En algún momento de la historia, trabajar en Petróleos Mexicanos (Pemex), particularmente en el sureste del país, fue sinónimo de garantía, protección y bienestar para el empleado, así como de sus familias.
Sin embargo, en los últimos años las instalaciones de la petrolera en el sur de Veracruz, también conocidas como el emporio petroquímico más grande de Latinoamérica, no solo se han convertido en un pase directo para el más allá, sino también en la entrada a un laberinto sin salida para los familiares de las víctimas, cuyas vidas han cobrado numerosos siniestros.
El caso más reciente ocurrió el 23 de febrero del 2023, en el Centro de Almacenamiento Estratégico “Tuzandépetl”, en el municipio de Ixhuatlán del Sureste, pues no solamente se trató de un incidente que acabó con la existencia de por lo menos cinco trabajadores, sino que al día de hoy los deudos no han podido siquiera dar el último adiós a los petroleros fallecidos.
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