Mercedes, integrante de la Colectiva Medusa, brinda acompañamiento a mujeres que desean abortar, esto con la intención de que no lleven un proceso en soledad, con miedo o culpa
Mercedes, integrante de la Colectiva Medusa, brinda acompañamiento a mujeres que desean abortar, esto con la intención de que no lleven un proceso en soledad, con miedo o culpa
Hace dos años, en 2022, Mercedes decidió iniciar el proceso de acompañamiento a mujeres que resolvieron interrumpir su embarazo. La idea es que no lleven el proceso en soledad, con culpa, vergüenza o traten de sobrellevar el miedo, sin apoyo, por tomar una decisión sobre su cuerpo.
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La joven es licenciada en Psicología, estudia la maestría en Estudios de Género de la Universidad Veracruzana (UV) y es integrante de la Colectiva Medusa, grupo de mujeres o “compas”, como ella las llama, que apoyan a mujeres en procesos de denuncia pública o judicial en casos de violencia de género, física, acoso, violencia sexual o intento de feminicidio. Se reconoce como una mujer privilegiada, pero ha estado rodeada de violencia en el ámbito escolar, lo que la llevó al activismo para apoyar a otras mujeres que en muchas ocasiones lo único que buscan es alguien que las escuche, sin juzgar.
Como integrante de la Colectiva Medusa, agrupación que surgió en 2019 en la Facultad de Psicología donde un profesor -psicólogo de profesión- fue grabado revictimizando a víctimas de violación. Asegura que es necesario que las mujeres puedan tener una red de apoyo que las haga sentir en un “espacio seguro”, dejando de lado el estigma que son malas por decidir no ser mamás.
Mercedes explica que el proceso de acompañamiento a mujeres que deciden interrumpir el embarazo es “autogestivo”, es decir, se da seguimiento previo, durante y después del proceso de consumo de medicamento para la Interrupción Legal del Embarazo (ILE). El apoyo y asesoría para el proceso autogestivo está avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que dice que ese procedimiento -de consumo de medicamento- es seguro y eficaz.
A través de una solicitud de información, la Colectiva Medusa conoció que 86 por ciento de los procesos de interrupción legal del embarazo que ha realizado la Secretaría de Salud de Veracruz, desde noviembre del 2021 a marzo del 2024, es recetando medicamento a las mujeres que solicitan la Interrupción Legal del Embarazo.
Sin embargo, Mercedes aclara que el trato es meramente médico, no brinda una red de apoyo a las mujeres que deciden interrumpir su embarazo, ni se les da seguimiento una vez que empiezan con el consumo de las fórmulas médicas y las consecuencias por ingerirlo.
Los datos de ILE de la SSA
Según el folio de la solicitud de información 301153824000284, del 11 de noviembre del 2021 al 31 de marzo del 2024, se han realizado 971 interrupciones legales del embarazo en Veracruz. De ese total, 824 se realizaron con medicamento, 95 por medio de aspiración manual endouterina y 51 por legrado instrumental uterino.
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Al dar detalle sobre la atención a pacientes, la SSA desglosó que en el periodo noviembre 2021-marzo 2024 se habían practicado 206 ILE´s en el Centro de Alta Especialidad de Xalapa; 170 en el Hospital Regional de Xalapa, Luis F. Nachón; 141 en el Hospital de Río Blanco; 85 en el Hospital de Tarimoya; 51 en el Hospital de Yanga; 45 en el Hospital de Alta Especialidad en Veracruz, 35 en el Hospital Regional de Poza Rica.
Además de 29 en el Hospital de Minatitlán; 28 en Perote, 24 en Tuxpan, 23 en el Hospital de Cosamaloapan; 15 en el Hospital de San Andrés Tuxtla, 13 en el Hospital de Huatusco; 12 en el de Coatzacoalcos; nueve en los hospitales de Alvarado, Naranjos y Boca del Río; seis en Acayucan; cinco en Teocelo y Tantoyuca, entre otros hospitales.
Colectiva Medusa una red de apoyo para mujeres
Mercedes decidió ser acompañanta ante la demanda del servicio a la colectiva. A la semana, cuenta, pueden llegar dos o tres solicitudes, en temporada baja, o hasta10 peticiones de asesoría y acompañamiento al proceso de interrupción legal del embarazo, cuando el número se dispara.
La joven explica que ella decidió apoyar a otras mujeres, pues tiene amigas y familiares que han abortado y llevaron su proceso en soledad, con culpa y con vergüenza, con muchas connotaciones negativas por decidir sobre su cuerpo. No obstante, dijo que cuando se da compañía a una mujer se resignifica el proceso y se quita el estigma de que alguien que interrumpe un embarazo es una “mala mujer” por no querer maternar.
El 20 de junio del 2021 el Congreso de Veracruz determinó modificar el código penal y legalizar el embarazo hasta la semana 12, como parte de la recomendación que hizo la Comisión Nacional para Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim) ante la declaratoria de emergencia por violencia equiparada, al no garantizar la interrupción legal del embarazo.
La psicóloga reconoce que el Estado tiene módulos para brindar información sobre la interrupción legal e interrupción voluntaria del embarazo en donde se puede, en teoría, acceder a información, pero el acompañamiento es solo clínico, no hay apoyo a las mujeres.
En la Colectiva Medusa, explica, dan acompañamiento reforzando la idea que no hay ningún prejuicio o estigma y que las mujeres, en autonomía corporal y de total decisión de sus cuerpos, están decidiendo interrumpir su embarazo y se sigue el proceso, sin importar cuál es el motivo.
“Normalmente no sólo es un acompañamiento en cuestiones médicas, ahí también hay como un cuestionamiento a las mujeres que no son médicas, enfermeras o cirujanas, pero están avaladas por la Organización Mundial de la Salud, que dice que el procedimiento de la interrupción del embarazo autogestivo es seguro y eficaz".
“Siempre y cuando se sigan los lineamientos específicos en términos de cuántas pastillas, qué semana de gestación, o con ciertas particularidades, pues la interrupción no se puede llevar cabo si la persona gestante tiene anemia, el embarazo está fuera del útero o si tiene DIU”.
Explica que cuando una mujer se acerca a la colectiva y le pide acompañamiento, les solicitan un ultrasonido y responden un cuestionario, con la idea de que el proceso de autogestión sea seguro para la mujer.
“En muchas ocasiones hay mujeres que ya tienen conocimiento de cómo se toma el medicamento, cuáles son los efectos secundarios, cuál es el proceso y se acercan más a la contención emocional y a la escucha activa"
“En la mayoría de los casos la familia no sabe o no están de acuerdo, las amistades no saben o no están de acuerdo, o las parejas, tampoco saben o, tampoco están de acuerdo o, a veces, es verificar que las mujeres son las que están tomando la decisión (…) y no por coerción de un hombre”.
La decisión de ser acompañantas fue porque era muy constante que las mujeres se acercaban a preguntar dónde podían llevar acabo el procedimiento de interrupción legal del embarazo, si la colectiva tenía el medicamento, o si conocían quién podría dar el acompañamiento. Las edades más recurrentes en las que acuden las mujeres son de 18 a 24 años, muchas van por primera vez y su reacción es miedo al descubrir que están embarazadas
“Siempre las referíamos a otras Colectivas que tuvieran conocimiento, pero en algún momento lo hablamos. Empezamos con una introducción de cómo se lleva el seguimiento, porque a veces llegan en crisis, porque están embarazadas y no saben qué hacer".
“Yo dije, bueno, si ya tengo una idea, ya tengo las bases y sé cómo se toma el medicamento, cuáles son las condiciones, cuáles son los efectos secundarios y demás, empecé a dar acompañamientos, llevo dos años”.
Mercedes reconoce que para dar acompañamiento las integrantes de la colectivas deben estar bien física y psicológicamente, por lo que hay ocasiones en las que ellas mismas refieren a quien pide apoyo con alguien más de la Colectiva.
“Si alguien puede si, y si no, en estas cosas de no limitar los derechos de las mujeres, se buscan otras acompañantas que si puedan, para canalizarlas y referir”.
El apoyo es diverso, sin embargo, suele estar relacionado a mujeres que no tienen una pareja estable, o que se embarazaron en prácticas de riesgo, incluso, algunas ya son mamás y no quieren tener una nueva hija, hijo e hije por diferentes condiciones.
Algunas mujeres llegan después de las 12 semanas de embarazo, “el acompañamiento se da antes, durante y después del aborto. Cuando llegan a la colectiva les preguntamos si están seguras, si es una decisión que ellas están tomando, saber qué dudas tiene, porque algunas vienen con información de internet y demás, y ver qué dudas tiene y qué miedos tienen, incluso, algunas piensan que se van a morir.
“Y de ahí gestionar y ver de qué manera ponernos de acuerdo en el día y horario, para estar al 100 por ciento pendientes del proceso. Se hacen preguntas si hay enfermedades crónicas, tratamiento médico, enfermedad de transmisión sexual, o si tienen DIU. Dependiendo de la condicione económica, se les pide un ultrasonido para llevar el proceso”.
Las opciones para la interrupción del embarazo es el consumo programado de mifepristona y misoprostol, sin embargo, reconoce que el primer medicamento es más accesible, pues no requiere de receta médica, en el otro caso es controlado.
“Una vez que expulsan el producto se les da acompañamiento durante la toma de medicamento, si es que tiene efectos secundarios como náuseas, fiebre, escalofríos, vómito, cólicos y demás. Y ver qué es lo que pueden tomar, que por lo regular es paracetamol, ibuprofeno o ketorolaco”.
Incluso se da seguimiento del tiempo que se regulariza la menstruación, después de la interrupción del embarazo. “Me ha pasado que ya están en la primera toma y no saben qué hacer, y entran en crisis, porque tiene mucho sangrado y mucho dolor, ahí empieza el acompañamiento. Nosotras tenemos un banco de misoprostol, pero a veces se agota”.
En la Colectiva acompañaron a una chica a un centro médico y lo único que hizo el personal médico fue dar las pastillas y las instrucciones para tomarlo en casa, sin darle mayor seguimiento. Se han presentados caso en donde las mujeres llegan después de las 12 semanas de embarazo, sin embargo, destacó, que muchas ocasiones el tema esta relacionado con que no sabían que estaban embarazadas, “han llegado a la semana 18 y no es que hayan decidido me voy a esperar hasta la semana 18”. Dijo que en su caso no le ha tocado, pero otras de sus compas, si han dado seguimiento a proceso de interrupción del embarazo, a infancias víctimas de violación.
Medusa apoya a temas de denuncia
La colectiva apoya en la contención o asesoría a víctimas de violencia, brinda información sobre ginecólogas o abogados, que les puedan brindar asesoría a mujeres, incluso, promueven sus emprendimientos en sus redes. Otras de las denuncias más recurrentes, son los señalamientos anónimos de hombres acosadores, que promueven violencia física, psicológica, intento de violación, violación o intento de feminicidio. Las denuncias se hacen de manera virtual, pues en ocasiones las mujeres se niegan a acudir ante las autoridades, por lo desgastante que puede ser el proceso judicial.
“Saben que son procesos desgastantes, que se requieren recursos y no se llega a nada. Las denuncias virtuales son una de las prácticas más fuertes, incluso, si se quiere proceder legalmente, ya se tiene el contexto de cómo proceder. Es lo que más llega, a veces estamos inactivas, pero pueden llegar de 10 a 15 denuncias a la semana”.
Las agresiones hacia las mujeres casi siempre se dan en relación de pareja, algunos familiares o personas cercanas, en ese orden la mayor incidencia. Incluso, reportan casos de violencia en la calle, donde mujeres son atacadas en plena vía pública.
LaSillaRota
/PresenciaMX
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