En Culiacán, paramédicos usan chalecos antibalas como parte del uniforme nocturno. Ya no es una opción: es la única forma de seguir salvando vidas sin perder la propia.
En Culiacán, paramédicos usan chalecos antibalas como parte del uniforme nocturno. Ya no es una opción: es la única forma de seguir salvando vidas sin perder la propia.
A un año de la escalada de la violencia, en Culiacán han aprendido a sobrevivir entre el fuego cruzado. Ahora, médicos, enfermeras, camilleros y pacientes ya no se sienten seguros en hospitales y ponerse un chaleco antibalas ya no es sólo para las fuerzas de seguridad, también los paramédicos lo han vuelto parte de su uniforme.
“Nunca habíamos atendido tantos heridos por violencia, daños colaterales, casas y vehículos vandalizados”, dice Julio César Vega, director de la GERUM en Culiacán.
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Son paramédicos voluntarios de entre 18 y 36 años que responden a cualquier emergencia. Y, desde el 4 de septiembre, como equipo que va a la guerra, se ponen el chaleco que los distingue por el color rojo y que pesa 21 kilos, lo que puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.
“El uso de chalecos balísticos a partir de las 8 de la noche, o ya que oscurece, es obligatorio para todo el personal que se encuentra en el turno nocturno... resiste hasta tres proyectiles de arma de fuego largo o un calibre de los denominados cuerno de chivo, también sirve para armas cortas”, dice.
Todos los días hay heridos o muertos, tan sólo el 7 y 8 de septiembre se contabilizaron oficialmente seis.
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Imagen Noticias con Nacho Lozano acompañó una noche a la agrupación. El mismo día que la gente pidió paz en Culiacán, Julio César activó la sirena del vehículo minutos después de las 19:00 horas. Mientras se alistaba con casco y guantes, pensaba en llegar a tiempo para salvar una vida.
En el lugar había un cuerpo y muchos casquillos en la acera. Por seguridad, si, al llegar, la víctima no cuenta con signos vitales, sólo se cercioran que no cuente con pulso ni con respiración, ponen una sábana desechable y se retiran, explica Vega.
En los últimos 10 años, los 15 los elementos del GERUM en Culiacán han visto la escalada de violencia. En el último, han contabilizado hasta 12 heridos por bala en una semana. Para el director, el uso de chalecos antibalas es, ahora, algo fundamental para su cuidado.
Con información del
Excelsior.com
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