A diferencia del huachicol tradicional, esta modalidad opera a través de fraudes aduaneros y fiscales
A diferencia del huachicol tradicional, esta modalidad opera a través de fraudes aduaneros y fiscales
El huachicol fiscal se ha convertido en una de las formas más sofisticadas y preocupantes de evasión en México, con un impacto económico que supera los 170 mil millones de pesos, de acuerdo con el informe "Recaudación potencial del contrabando fiscal", elaborado por Petro Intelligence.
A diferencia del huachicol tradicional —que implica el robo directo de combustibles de los ductos de Pemex—, esta modalidad opera a través de fraudes aduaneros y fiscales. Mediante la manipulación de fracciones arancelarias, empresas y grupos criminales introducen combustibles como gasolina y diésel al país, pero los registran como productos que están exentos del IEPS —Impuesto Especial sobre Producción y Servicios—, como lubricantes, alcoholes o aditivos.
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Dicha estrategia permite vender combustible a precios más bajos, generando enormes márgenes de ganancia e injustas ventajas competitivas frente a distribuidores legítimos.
¿Por qué el huachicol es tan perjudicial en México?
La operación del huachicol requiere complicidad o negligencia por parte de autoridades aduaneras, así como el uso de permisos temporales de importación, los cuales se utilizan para ocultar la verdadera naturaleza de las mercancías. Así, se facilita tanto la evasión fiscal como el comercio ilegal de hidrocarburos.
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El fenómeno fue abordado recientemente por la Mandataria de México, Claudia Sheinbaum, quien en su conferencia matutina del 8 de septiembre reveló que el huachicol fiscal ha sido detectado en varios puntos clave del país, incluido el puerto de Tampico.
En esa zona, un barco fue asegurado tras descubrirse que transportaba combustibles disfrazados como otros productos. El operativo derivó en la detención de 14 personas, entre ellas empresarios, marinos activos, un marino retirado y exfuncionarios de aduanas.
Tal situación deja entrever el grado de sofisticación que ha alcanzado el huachicoleo, mismo que se ha arraigado particularmente en Tamaulipas. Figuras como Roberto Cantú Blanco han sido señaladas por su presunta participación en estas operaciones.
Además de ser un problema fiscal, el huachicol se ha transformado en una actividad delictiva a gran escala. De hecho, la Embajada de Estados Unidos en México lo identifica como la segunda fuente de ingresos del crimen organizado, solo detrás del narcotráfico.
La transición del huachicol físico al huachicol fiscal representa un cambio en la naturaleza de este delito. Ya no se trata de perforaciones clandestinas en ductos, sino de un esquema mucho más complejo que involucra corrupción, fraude institucional y lavado de dinero.
Con información del Informador.MX
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