Las Choapas, Ver.

El color del alma: la flor de cempasúchil ilumina las calles de Las Choapas en víspera del Día de Muertos

Como cada año, los tonos amarillo-naranja del cempasúchil tiñen la ciudad y mantienen viva una de las tradiciones más queridas de México.
30/10/2025 10:27 a.m.
Hernán Villarreal
Presencia.MX

El colorido y el aroma del cempasúchil ya se hacen presentes en las calles de Las Choapas, marcando la llegada del Día de Muertos. Como cada año, esta flor símbolo del recuerdo y la espiritualidad adorna los altares, panteones y hogares de las familias que honran a sus seres queridos.

¡Ya tenemos canal de WhatsApp!  Únete aquí​​

Uno de los puntos más vistosos se encuentra sobre el bulevar Antonio M. Quirasco, frente a la terminal de autobuses ADO, donde Ulises González González, proveedor procedente del estado de Puebla, ofrece sus flores recién cortadas. El comerciante comentó que la tradición sigue viva y que la respuesta de la población ha sido muy positiva.

 

“La flor de cempasúchil es una conexión con los muertos, una manera de guiarlos de nuevo a casa”, expresó Ulises mientras acomodaba los ramos anaranjados que adornan su puesto.

Mantente al día con las noticias, únete a nuestro grupo de WhatsApp​​

El vendedor destacó que espera un mayor flujo de clientes y un repunte en sus ventas a partir del 31 de octubre y durante los días 1 y 2 de noviembre, cuando las familias acuden a comprar flores para los altares y tumbas.

 

La flor que guía a las almas


El cempasúchil (del náhuatl cempōhuāxōchitl, que significa “flor de veinte pétalos”) es originario de México y Centroamérica. Desde tiempos prehispánicos, los pueblos indígenas lo utilizaban en ofrendas dedicadas a los difuntos, ya que se creía que su color intenso y su aroma ayudaban a guiar las almas en su regreso al mundo de los vivos.

 

Durante la celebración del Día de Muertos, sus pétalos se colocan sobre caminos o senderos que conducen al altar, simbolizando la luz del sol que guía a los espíritus. Esta tradición, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, continúa viva gracias a familias, artesanos y vendedores que, como Ulises, mantienen encendida la llama del recuerdo.

En Las Choapas, el resplandor anaranjado del cempasúchil no solo embellece las calles, sino que también recuerda que el amor trasciende la vida y la muerte.

¡Suscríbete a nuestro canal de YouTube! Aquí