Autoridades sanitarias internacionales advierten que la variante H3N2 de la influenza A se propaga con mayor rapidez y reduce la eficacia de la vacuna, provocando una temporada gripal más intensa y temprana.
Autoridades sanitarias internacionales advierten que la variante H3N2 de la influenza A se propaga con mayor rapidez y reduce la eficacia de la vacuna, provocando una temporada gripal más intensa y temprana.
Los casos de gripe están en aumento, al igual que la gravedad de sus síntomas. La causa está en la rápida propagación de una variante más agresiva del virus, la cepa H3N2. Situación que ha activado las alertas tanto de autoridades en materia de salud como en la población.
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De acuerdo a la UK Health Security Agency (UKHSA) y un análisis reciente del London School of Hygiene & Tropical Medicine (LSHTM), la cepa H3N2 de la influenza A ha sufrido mutaciones que le permiten propagarse con mayor facilidad y reducir la eficacia de la vacuna. Este comportamiento atípico explica por qué la actual temporada gripal se percibe más temprana, más extensa y, sobre todo, más severa que en años anteriores.
Una variante más agresiva: la H3N2 bajo la lupa
La clave de por qué la gripe se siente más severa este año radica en la aparición y expansión de la subvariante de influenza A H3N2. Esta cepa ha mutado lo suficiente como para evadir parcialmente la inmunidad previa de la población. Investigaciones señalan que diversos virus H3N2 de clado J.2 y su variante subclade K ya exhiben mutaciones antigenéticas que podrían reducir la efectividad de la vacuna.
Adicionalmente, en el Reino Unido se ha detectado que la mayoría de las infecciones tempranas provienen de H3N2, lo que representa un cambio respecto a temporadas anteriores.
Cuando un virus cambia sus “máscaras” antigénicas, la población pierde la familiaridad inmunológica y el brote puede sentirse más severo de lo habitual.
¿Qué implica esta mutación para la gravedad del brote?
La alta transmisibilidad y la mutación hacen que el arranque de la temporada sea más temprano: en algunos países se reportan aumentos incluso antes del típico pico invernal.
Al afectar esencialmente a grupos amplios —niños, adultos jóvenes y mayores—, la demanda hospitalaria sube y la presión en los sistemas sanitarios crece.
La posible “descoordinación” entre cepas circulantes y la composición de la vacuna reduce el escudo protector.
Estas características combinadas explican por qué la temporada se ve más “aguda” este año.
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Factores que agravan la temporada de gripe
Cobertura de vacunación insuficiente
Un eslabón clave en la magnitud del brote es la baja cobertura de vacunación en ciertos grupos de riesgo y la dificultad para alcanzar niveles óptimos de inmunidad colectiva. En el Reino Unido, se observó que la eficacia estimada de la vacuna oscilaba entre 30 % y 70 % según el grupo etario y el escenario clínico.
Por otra parte, muchas personas elegibles aún no reciben la dosis anual, lo que deja huecos en la protección.
Temporada adelantada y acumulación de casos
La gripe suele manifestarse en invierno, pero este año el inicio adelantado —octubre en algunos países— ha permitido mayor diseminación antes de que muchas personas estuvieran preparadas.
Esta “ventana de ventaja” de la influenza respecto a medidas de control o vacunación intensiva da al virus una ruta libre para propagarse con más rapidez.
Contexto post-pandemia y mezcla de virus
La coexistencia con otros virus respiratorios (como Respiratory syncytial virus RSV o COVID‑19) y la eliminación de muchas restricciones sanitarias han generado mejores condiciones para la gripe. Además, la fatiga pandémica puede haber reducido la alerta social sobre medidas simples de higiene.
El virus, entonces, se aprovecha de un entorno más receptivo.
¿Qué pueda hacer una persona para protegerse?
Vacunarse siendo la primera defensa
Dado el escenario, la vacuna contra la influenza sigue siendo la herramienta más efectiva. Aun con variantes evolutivas, las vacunas pueden seguir reduciendo la gravedad de la enfermedad. El mensaje oficial es claro: quien esté en riesgo, debe acudir a vacunarse.
Es importante no esperar hasta el pico: hacerlo antes del invierno mejora la protección.
Medidas cotidianas de prevención
Lavado frecuente de manos, ventilación de espacios cerrados y uso de mascarilla en aglomeraciones siguen siendo válidos.
Evitar acudir a actividades multitudinarias si se presentan síntomas de gripe o catarro.
Las personas de mayor riesgo (mayores de 65 años, embarazadas, inmunodeprimidos) deben estar particularmente atentas.
¿Cuándo acudir al médico sin demora?
Si presenta fiebre alta persistente, dificultad para respirar, confusión mental o empeoramiento rápido de síntomas respiratorios, debe buscar atención médica. Dada la mayor agresividad que puede tener la temporada, no valen demoras.
Este año, la gripe no se limita a un resfriado molesto: una combinación de una variante más astuta (H3N2), una campaña de vacunación que aún debe fortalecerse y un entorno más propicio para la transmisión han elevado el nivel de alerta.
Reforzar la frase clave “por qué la gripe está siendo tan grave este año” nos ayuda a centrar la atención en el porqué más que en el qué.
La buena noticia es que aún hay margen para actuar: si eres candidato para la vacuna, procura recibirla cuanto antes, mantén hábitos de prevención y consulta a tu médico si formas parte de un grupo de riesgo o presentas síntomas preocupantes. En medicina, la anticipación es tan importante como el tratamiento.
Con información del
Excelsior.com
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