La comunidad de Río Tol quedó marcada por el feminicidio de Silvia Cruz, una mujer trabajadora y discreta, presuntamente atacada por su propio hijo tras años de conflictos y episodios de violencia.
La comunidad de Río Tol quedó marcada por el feminicidio de Silvia Cruz, una mujer trabajadora y discreta, presuntamente atacada por su propio hijo tras años de conflictos y episodios de violencia.
La casa donde Silvia Cruz buscaba reconstruir su tranquilidad quedó en silencio tras su muerte. En la entrada, las huellas del suceso y la cinta de precaución recuerdan el feminicidio ocurrido este 8 de diciembre en Lomas de Río Medio IV, un hecho que conmocionó a vecinos que escucharon los últimos momentos de la mujer.
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A las 4:15 de la tarde, los vecinos de enfrente, de al lado y de abajo del departamento cuádruplex escucharon los muebles caerse y el último grito de Silvia tras ser apuñalada por la espalda, también escucharon cuando su hijo, Manuel Antonio “N”, le preguntó: “¡¿Ya te quieres morir o qué?!”.
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Silvia era poco conocida en la calle Río Tol, hacía un mes que había instalado el aire acondicionado en su vivienda y cambiado la taza del baño, casi nadie la veía caminar en la calle donde hacía años mantenía su patrimonio familiar habitado por ella de vez en cuando. Quienes la llegaron a ver, la recuerdan como una mujer de poco más de 1.50 centímetros de estatura, de cabello color negro, crespo y reservada.
Algunos sabían que Silvia cuidaba de una pareja de adultos mayores en Veracruz, otros, que mantenía fuertes discusiones con su hijo, quien solía tener un comportamiento agresivo contra cualquier hombre que se atreviera a mirarlo. Los enfrentamientos verbales eran comunes en la calle, pero también las discusiones en casa de Silvia.
Según explicó a los vecinos “Rolas”, el amigo de Manuel Antonio que llegó ante el llamado de Silvia y el primero en hallar su cuerpo en el borde de la puerta, su hijo tenía poco de haber salido de un anexo por su consumo problemático de sustancias. Durante este tiempo, vecinos notaron que Silvia dejó de acudir a su domicilio hasta octubre pasado, cuando regresaron a Lomas de Río Medio IV.
Un comportamiento irregular
Hacía una semana que Silvia había cambiado la chapa de su puerta para evitar el ingreso de Manuel Antonio “N”. Eran las protecciones color blancas de sus ventanas y color verde de su puerta, lo que le impedían el paso y ocasionaba constantes llamadas a la puerta para que ella lo dejara entrar.
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“Ya no te quiero aquí, consíguete otro cuarto”, le dijo la mujer de poco más de 50 años a su hijo en medio de una discusión nocturna. Según vecinos, el hombre que en otro momento trabajó como trailero solía sentarse en las escaleras de los condominios a cantar y escuchar música a todo volumen, lo que también llegó a ocasionar discusiones entre ellos.
El presunto feminicida es uno de los dos hijos de Silvia, a quien la mujer educó y mantuvo como madre soltera siendo la primera radio operadora de Taxis GL. A través de redes sociales, el director de la estación de radio taxis, Guillermo Larios Barrios, le dedicó unas palabras de despedida a la mujer recordada por su carácter firme.
De acuerdo con Rolas, el amigo de Antonio que compartió lo ocurrido en redes sociales, la mujer amaba a su hijo, quien durante mucho tiempo lo mantuvo en clínicas de rehabilitación para superar su consumo de drogas. “Ella semana con semana iba a llevarle de comer y a verlo, pero la droga ya lo había consumido”, contó a través de comentarios.
Gritos y forcejeos: el día de su feminicidio
A pesar de ser vista pocas veces por vecinos de la calle Río Tol, Silvia es recordada por algunas personas como una mujer muy amable y educada que nunca se metía en problemas. También la recuerdan por su cabello corto y la forma en que mantenía sus actividades en la intimidad, por lo que nadie notó algo extraño previo al grito de Manuel Antonio.
Alrededor de las 4:00 de la tarde, objetos cayeron al suelo, el ruido de algunos golpes traspasaron las paredes delgadas y el grito amenazante llegó hasta las viviendas de enfrente. Asustada, Silvia llamó a Rolas, quien acudió a Lomas de Río Medio IV para tranquilizar a su amigo.
“¡Suelta a mi perro!”, le gritó Silvia a su hijo mientras bajaba de las escaleras con el chihuahua entre sus manos. Cuando llegó su amigo, forcejeó un momento con Manuel para tranquilizarlo y llevarlo a otra parte; sin embargo, este regresó a la vivienda para supuestamente devolverle el perro a Silvia.
Se escuchó un golpe, un grito y Antonio bajó corriendo las escaleras con intenciones de tomar su motocicleta y huir, pero Rolas lo impidió, le quitó las llaves y subió al condominio, donde encontró a la mujer en medio de un charco de sangre, en el borde de la puerta. “¿¡Qué hiciste?! ¡¿Por qué lo hiciste?!”, le preguntó enseguida a Manuel, quien finalmente huyó de la escena.
Antes de las 5:00 de la tarde, Silvia murió en la entrada de su vivienda, aquella que recién había comenzado a amueblar con nuevos aparatos y muebles sanitarios para finalmente disfrutarla. Horas después, su hijo, Manuel Antonio “N”, fue aprehendido por las autoridades en el municipio de Boca del Río, como el presunto responsable del feminicidio de su madre.
LaSillaRota
/PresenciaMX