* Semana jarocha: cuatro episodios de violencia  * Yunes pierde en Coatza  * Miguel Brito, nuevo líder local del PAN  * Theurel, el espía espiado  * Se desploma la recaudación municipal en Coatza  * CMAS exige terreno al Ayuntamiento de Coatza 
 
No hay, por lo que se ve, semana de paz en Veracruz. En dos días, cuatro incidentes violentos sofocaron las voces de la esperanza, la efectividad del operativo “Veracruz Seguro” y el jolgorio mediático que propalaba la restauración del clima de seguridad emanado del régimen duartista.

Vulnerada la confianza, la credibilidad por los suelos, lo único que le faltaba al gobierno de Javier Duarte de Ochoa era ver expuesta su fragilidad ante los arañazos del crimen organizado, la delincuencia mayor que persiste en retarlo.

El viernes 18, al mediodía, un grupo de sicarios enfrentó a la guardia del gobernador Duarte. Fueron detectados en el tramo Xalapa-Coatepec, a 600 metros del colegio Las Hayas, donde estudian los hijos del mandatario, una nena de 6 y un niño de 8 años. En la reyerta, los cuatro delincuentes cayeron abatidos.

Generó estupor saber que el ataque se perpetró a la guardia personal del doctor Duarte, un cuerpo de élite, adiestrado, perfectamente equipado, dispuesto, como es sabido, a defender con su vida al gobernador o a su familia.

Preocupó, aún más, la difusión de informaciones relativas a que el objetivo del ataque serían los hijos del gobernador Duarte, alojados en ese momento en el colegio Las Hayas, a salvo los pequeños, desentendidos de cuanto ocurría en las cercanías, unas tres cuadras a lo sumo.

Desatada la fuerza del rumor, voló la imaginación con morbo y suspicacia, que tocaba la hipótesis de un secuestro a los pequeños o un ataque mortal.

Diligente, como rara vez lo es, Gina Domínguez Colío, la vocera oficial, desmintió la versión, sabedora quizá de lo que traían en mente los sicarios, su motivación y su objetivo.

Esa noche, otro incidente de violencia crispó el nervio de los veracruzanos. Una cafetería, “Al Grano”, cerca del exclusivo fraccionamiento Playas del Conchal, en el municipio de Alvarado, cerca de Boca el Río, fue objeto de un ataque armado.

Desconocidos dispararon sus armas de fuego e hicieron estallar una granada, según versiones de prensa que describían el grado de estupor entre la sociedad.

A la mañana siguiente —sábado 19— tres cadáveres con huellas de tortura aparecieron en las instalaciones de la feria Ylang Ylang, en Boca del Río, en cuyos cuerpos fue dejado un mensaje ominoso, regreso a la zozobra: “Para los que piensan que ya nos fuimos, aquí andamos: Atte. Mata Zetas”.

De su autoría, los sicarios advertían que eso les ocurriría a quienes fueran enviados a Veracruz. “Eso les va a pasar”, decía parte del mensaje.

Horas después, otro suceso violento: un comando tiroteó el palacio municipal de Fortín de las Flores, en las cercanías de Córdoba, las huellas de los impactos en el inmueble y, una vez más, el miedo en la piel de la población.

Frente a cuatro episodios de violencia, es incipiente la respuesta de “Veracruz Seguro”. 14 individuos, presuntamente integrantes de la banda de los Zetas, fueron detenidos y consignados para deslindar culpas.

Hay, sin embargo, una mayor suspicacia en el ataque a la guardia del gobernador, repelida con efectividad y muertos los delincuentes, a quienes se les halló un arsenal en el vehículo en que circulaban.

No se sabe, bien a bien, si su objetivo era plagiar o ultimar a los hijos del gobernador Javier Duarte de Ochoa. Para fortuna de todos, no ocurrió así.

Deja, no obstante, en evidencia la fragilidad del gobierno de Veracruz, asaltado por el crimen organizado, sujeto a ataques armados, cuestionada la solidez de las instituciones.
No hay semana que no vuelva el Veracruz violento. No se abate, como tanto pregona el régimen duartista y su prensa mentirosa, la criminalidad, el clima de zozobra y la inseguridad.

Nada, pues, ha cambiado. Sólo que ahora el riesgo lo vive Javier Duarte en los suyos.
Ojalá nada ocurra.
 
Archivo muerto
Enésimo descalabro de Miguel Angel Yunes Linares, aplaudidor azul de su otrora enemigo: el régimen duartista. Su corriente fue aplastada en la elección del comité municipal del Partido Acción Nacional en Coatzacoalcos. Miguel Brito Molina, miembro del grupo que jefatura el diputado federal Oscar Saúl Castillo, del clan de Víctor Alejandro “Pipo” Vázquez Cuevas, obtuvo la victoria con 124 de los 220 votos de los panistas activos. Dejó en el camino a José Carlos Lara Hinojosa, primo del presidente Felipe Calderón Hinojosa, que como se ve, pierde de todas, todas. Cada vez más disminuido, Yunes Linares protagoniza un regreso sin gloria, sellado por su tibieza, discurso terso, sublime condescendencia. No pinta en Coatzacoalcos don Miguel y así, iluso, pretende apuntalar al grisáceo Ernesto Cordero Arroyo para la candidatura presidencial del PAN. Con qué, si los panistas de aquí son josefinistas…

 

Con sorna se cuenta el pasaje, picaresca política. Charlaba el señor Theurel con un amigo no tan amigo. Hablaba con desparpajo, lenguaje muy suyo, insolente e insultante, la mentada una vez, la mentada otra vez; “puta madre” por esto, “puta madre” por aquello. Como él sabe decir. No aminoró sus blasfemias con nadie, ni con los de casa, menos con los enemigos. Fue así de procaz, rudo, con el suegro del gobernador, para quien dedicó lo mejor del repertorio. No sabía, nunca lo supo, que era grabado. Bajo las ropas de su amigo, un equipo de sonido registraba insultos, reclamos, su ira finalmente desatada. El audio llegó al suegro incómodo. Lo escuchó y le dio curso. Espía, espiado. Dirían en TV Azteca: ¡Ya cayó!...

 

Meta que no se cumple, es fracaso. Así anda el gobierno municipal de Coatzacoalcos. Tenía presupuestado recaudar 137 millones 559 mil927.06 pesos, según consta en la Ley de Ingresos aprobada por el Congreso de Veracruz durante el ejercicio 2011, según documento suscrito por los diputados Eduardo Andrade Sánchez y Loth Melchisedec Segura Juárez, presidente y secretario de la Legislatura, de fecha 29 de diciembre de 2010. Se trata de ingresos propios, no de participaciones federales. Sin embargo, hay alarma en la Tesorería Municipal y en el cabildo de Coatzacoalcos. No se logrará la recaudación y habrá consuencias. En 2011 se verán disminuidos los apoyos federales, producto de la ineficiencia. Todo por no aplicarse en la captación de recursos. Lo que es vivir en la luna…

 

Ultimátum de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS) de Coatzacoalcos al Ayuntamiento que preside Marcos Theurel Cotero: esta semana, a más tardar, deberá entregar el terreno donde actualmente opera el taller de mantenimiento y estacionamiento de las unidades de limpia pública. El predio es propiedad de CMAS. Hace dos semanas se conminó al alcalde a entregarlo en un lapso no mayor de 10 días, pero, como siempre, Theurel hizo su rabieta e ignoró el plazo. Esta semana tendrá que hacerlo para evitar se encausado legalmente. Es la respuesta a la guerra sucia que desató el alcalde contra CMAS y contra su director, Eduardo García Luna, al que le promovía “periodicazos” para ablandarlo, ningunearlo y someterlo. Tendrá Theurel que hacer gala de imaginación para ver dónde guarda un centenar de unidades de obras públicas y limpia pública, si es que no quiere parar en los tribunales…

 

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