BAMA paga mordida mensual de 50 mil  * 5 millones en efectivo para Robles  * Theurel adeuda 4 millones de pesos por gasolina a Rafael Anaya 
 

Marcelo Montiel Montiel suele venderse como la octava maravilla de la política veracruzana, pero tiene una errática, torpe, manera de maquillar cifras y cubrir desfalcos. Su última incursión, la alcaldía de Coatzacoalcos, arrojó un saldo de escándalo: irregularidades financieras por casi 79 millones de pesos, tan sólo en el ejercicio fiscal 2009.

Narcisista en fase terminal, afanoso en ser la cereza del pastel, Marcelo Montiel tiene el don de timar a todos y hallar, simultáneamente, indulgencia plenaria. Su rating anda en las nubes, pese a sus pecados políticos, pues en 2004, cuando terminaba su primera gestión como alcalde, malversó recursos federales, condonó accesorios fiscales, desapareció millones y provocó daño patrimonial al pagar obras adicionales y extraordinarias violando la ley.

Rehén de sus propias tretas, en su segundo paso por la alcaldía, hizo de las suyas con el erario. Su obra fue de menor contenido social y, aún así, incurrió en pagos improcedentes, erogaciones no justificadas, descuido en integración de expedientes y ocultamiento de bitácoras. En suma, todo un compendio de actos de corrupción que, sin embargo, no demeritaron el nivel de aceptación entre sus fans.

Es, en consecuencia, un villano popular.
Llegar al gobierno de Veracruz y ser convertido en secretario de Desarrollo Social, tampoco le fue complicado. Sus habilidades electorales, mañas para comprar votos y cobrar favores; sobornar líderes priístas y de oposición, le permitieron salvar la debacle que advertía el entonces candidato de la fidelidad a la gubernatura, el frágil Javier Duarte de Ochoa. En una frase: Marcelo Montiel fue el intendente del fraude priísta en el sur.

Todopoderoso en la Sedesol estatal, operador del programa cumbre del duartismo, Adelante, Marcelo Montiel tiene una mancha mayúscula, mal maquillada por el Organo de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz (ORFIS) para atenuar sus culpas y expiar sus pecados administrativos.

Al concluir su gestión en la alcaldía de Coatzacoalcos, los auditores del ORFIS advirtieron que el ejercicio fiscal 2009 había sido un desastre. Dejó Marcelo Montiel cabos sueltos por doquier, obras sin documentación que las sustentaran, uso de recursos en proyectos para los que no estaban destinados, pagos ilegales. Todo un catálogo de transgresiones a la ley.

Consignado en el documento “Informe original del ORFIS. Cuenta Pública 2009 del Ayuntamiento de Coatzacoalcos”, los auditores establecieron que Marcelo Montiel violó sistemáticamente normas y lineamientos. La suma de irregularidades fue escandalosa: 78 millones 900 mil 626.41 pesos, que había que encubrir al costo que fuera.

En el ámbito financiero, según la observación número 31, Marcelo Montiel pagó indebidamente 2 millones de pesos al comisariado ejidal de Tatahuicapan, municipio enclavado en la sierra de Soteapan, y no al representante legal del Ayuntamiento. Esa cantidad supuestamente fue entregada en atención a un acuerdo para la recarga de la cuenca hidrológica en el área en que se halla enclavada la presa Yurivia que abastece a Coatzacoalcos de agua.

En la observación 35, con recursos del programa Peso a Peso, pagó 2 millones 632 mil 90.85 pesos por afectaciones de terrenos y viviendas en la cuarta etapa del malecón costero. Según los auditores de ORFIS, se consideró “como gasto no autorizado”, además de no constar documentación notarial del traslado de la propiedad al Ayuntamiento y la falta de avalúos sobre el valor real de las propiedades.

Uno de los renglones más explosivos del documento es el “probable pago improcedente” de 18 millones 282 mil 602 pesos en la construcción de la sexta etapa del malecón costero, que por cierto se colapsó por la mala calidad de sus materiales. La obra fue realizada por la empresa PROCORE, estrechamente vinculada al entonces secretario de Comunicaciones del gobierno de Veracruz, Marco César Theurel Cotero, hoy alcalde de Coatzacoalcos.

Otra obra irregular es la construcción de la alberca semiolímpica. Según la observación 040/2009/006, se pagaron de manera también improcedente 10 millones 809 mil 340 pesos. Además, el Ayuntamiento ocultó el expediente técnico unitario de la obra.

Diversas obras, con montos de 3 a 4 millones de pesos, carecen de documentación que las sustenten o fueron pagadas con partidas presupuestales que no correspondían al fin para el que se asginaron los recursos.

Dos de ellas, las obras 237 y 238, correspondientes al Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de los Municipios (FORTAMUN), no presentan documentación para realizar una revisión. Se trata de limpieza de canales y colectores, asignados a amigos y operadores de Marcelo Montiel, en los que se detectó erogaciones a “aviadores”, empleados fantasma en la plantilla de trabajadores.

En el documento, los auditores de ORFIS determinaron 62 observaciones, seis de ellas administrativas, 56 con presunto daño patrimonial, con un monto total de 78 millones 900 mil 626. 41 pesos. Todo un festín de corrupción.

Sin embargo, Marcelo Montiel dispuso del manto protector del ORFIS, que estableció en su conclusión final que “no se detectaron irregularidades que hagan presumir la existencia de daño patrimonial en el municipio de Coatzacoalcos”.
O sea, frente a la evidencia, la complicidad.

Es, pues, Marcelo Montiel un priísta de alto rating con la interminable cola que le pisen. Lo que Javier Duarte necesita.
Tal para cual.
 

50 mil pesos es la diferencia entre el orden y la impunidad. 50 mil pesos al mes es lo que paga la negociación BAMA, una cadena de minisuper, por tener venta abierta, licor y cerveza incuido, entre las 3 y las 9 de la mañana. No es un cobro oficial, sino una mordida. De los 50 mil pesos para transgredir la ley, nada sabe el tesorero Daniel Jiménez Medina. Quien recibía la “cuota” era el inspector de alcoholes, Antonio Cervantes. Quienes se agencian esa mordida son la directora de Ingresos, Carolina Gracia, y su jefe político, el síndico Roberto Chagra. El caso está documentado, grabado en audio y video. Bendita tecnología…

 

¿Quién es ese conocido personaje, culto, nuevo rico, prestanombre, que llevara a los dominios de Pepe Robles, el Caño del Istmo, el Mausoleo de la Succión, un paquete con fajos de billetes equivalentes a 5 millones de pesos cuando iniciaba la campaña por la alcaldía de Coatzacoalcos, en 2010? Una pista: lleva por nombre el de un personaje de novela de Gabriel García Márquez, el colombiano, Premio Nobel de Literatura…

 

Cartas marcadas en el conflicto por la gasolinería de la colonia Teresa Morales, en Coatzacoalcos. La clausura decretada por el alcalde Marcos Theurel, obedece a la presión del ex tesorero Luis Rafael Anaya Mortera, quien es propietario de otra estación de servicio ubicada metros adelante, sobre avenida Universidad, al poniente de Coatzacoalcos. Anaya planteó la clausura de sus competidores o que el Ayuntamiento de Coatzacoalcos le liquide más de 4 millones que adeuda por concepto de combustible para los vehículos municipales. Theurel optó por la clausura, sabedor que con ello reventaba al suegro del gobernador Javier Duarte, el célebre Tony Macías…
 

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