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Mussio Cárdenas Arellano

Informe Rojo

Cochinero azul

22/02/2012 11:16 a.m.
* Vicente Benítez: visitas a palacio  * Uscanga, diputación y venganza  * PRD se enreda en caso de supervisor electoral  * El Kalimba quiso infiltrar a la novia en el IFE  * Pulgoso y los terrenos de Lomas de Barrillas  * Manzur, Marcelo y Javier Herrera Borunda en el Carnaval de Veracruz
 
Jugar a la democracia le costó al panismo veracruzano un mundo de desprestigio, candidatos cuestionados, acusaciones de fraude, compra de votantes y el despliegue de un abanico de prácticas y marrullerías priístas.
 
Su elección, este domingo 19, fue tácitamente un cochinero azul, rijosos los líderes de las corrientes, obsesivos con destrozar al rival.
 
Un ingrediente, sin embargo, expuso la podredumbre del proceso interno: el factor PRI, evidenciado con pactos pasados y presentes, acuerdos entre las sombras y arreglos de lodo de los precandidatos al Senado, Fernando Yunes Márquez y Alejandro Vazquez Cuevas.
 
Yunes Márquez, más contestatario que efectivo en el Congreso de Veracruz, desarrolló una estrategia en que describía, cual pitoniso griego, su futuro papel en el Senado y las iniciativas a las que daría prioridad, al tiempo que atizaba una estrategia para exhibir la vinculación de Vázquez Cuevas con el régimen de la fidelidad.
 
En campaña, el clan Yunes, incluido el patriarca, Miguel Angel Yunes Linares, acusó al Pipo Vázquez de haberse beneficiado con notarías públicas en el gobierno de Fidel Herrera Beltrán, lo que no dejaba de ser cierto. Los fans yunistas le imputaron, también, la clonación de boletas electorales para abultar la votación. Era el panista más fidelista de Veracruz.
 
Vázquez Cuevas respondió con la misma moneda. Los entregados al PRI eran los Yunes. Y no le faltaba razón.
 
Agrio crítico de Javier Duarte de Ochoa, a quien le atribuyó el hostigamiento que sufriera en la campaña por la gubernatura de Veracruz, en 2010, Yunes Linares lo acusó también de corrupto, de desviar recursos públicos, de enriquecerse inexplicablemente, de adquirir propiedades en el extranjero y mil lindezas más.
 
Un año después, bajó la guardia. Terminó aplaudiendo al gobernador y lanzando elogios públicos a sus decisiones.
Vázquez Cuevas les recordó que ahora los Yunes son duartistas; que Fernando Yunes pastoreó a medio centenar de alcaldes a una reunión con el gobernador Javier Duarte para mendigar obras, y que los recursos del programa Oportunidades, del gobierno federal, en manos del delegado estatal, Miguel Angel Yunes Márquez, el otro junior, eran usados para comprar panistas en la elección de candidatos a senadores.
 
Negó haber clonado boletas electorales y le imputó la autoría del correo electrónico en el que se le incriminaba, a Fernando Yunes, pues, dijo, fue el único candidato que solicitó previamente una boleta al órgano electoral panista.
Julen Rementería del Puerto, ex alcalde de Veracruz y director de centros SCT, también participó en el lodazal.
 
Desplegó su imagen al precio que fuera en espectaculares e internet, lo que le valió una andanada de descalificaciones.
Cuanto se dijeron en campaña, fue nada comparado con lo que ocurrió en la elección. Ese día, en diversos puntos del estado de Veracruz, se vivió una jornada al estilo PRI, pero sin el PRI: acarreo, relleno de urnas, compra de votos con dinero público, y la sospecha entre el panismo de que el gobierno de Javier Duarte metió las manos para favorecer a Fernando Yunes.
 
Tantoyuca, feudo del clan Yunes, hizo revivir la magia del ex diputado panista Francisco Herrera, quien en una votación en la Legislatura, el 22 de abril de 2005, hizo aparecer boletas de la nada para avalar el nombramiento del procurador Emeterio López Márquez.
 
Fue, pues, circo aparte. Aportó más de 10 mil votos de dudosa calidad para el junior Microyunes. En una jornada de seis horas, o sea, durante 21 mil 600 segundos, se habrían necesitado dos segundos para que cada panista hubiera emitido su sufragio, algo sin precedente en la historia los procesos electorales. De ahí que se espera la impugnación de las casillas de Tantoyuca, la sede del fraude.
 
Neoavecindado en el PAN, Fernando Yunes arrasó y será primera fórmula para contender por el Senado por Veracruz. Julen Rementería logró la segunda posición. Pipo Vázquez, en tercer lugar, es el gran derrotado y, más que eso, el gran humillado. Mauricio Duck ni pintó.
 
Pagan caro los panistas su candidez. Abrieron la puerta a tránsfugas del PRI, y los Yunes los insertaron en un escenario de fraude electoral, provocaron el divisionismo de sus bases, fracturaron las estructuras de dirección y se apropiaron de una senaduría, seis años en manos de priístas disfrazados.
 
Burla a domicilio.
 
Archivo muerto
 
Con traje de impune, llega Vicente Benítez González al palacio de gobierno, en Xalapa, no por la puerta grande sino por el estacionamiento trasero. Ahí se reportan sus visitas, se registran sus pasos, se le ve con morbo. Motor del escándalo por los 25 millones de pesos en efectivo, decomisados al gobierno de Veracruz por la Procuraduría General de la República, el joven ex tesorero —renunció a la Secretaría de Finanzas sin explicación alguna— no sufrió un castigo mayor. Quienes lo conocen, lo identificaron el miércoles 15, a bordo de una minivan blanca. Llegó a palacio a las 6 de la tarde y se le vio partir a las 10 de la noche, luego de subir a la oficina del gobernador Javier Duarte, su protector. Vicente Benítez, de quien se cuenta que era dueño de 7 de los 25 millones, trabaja ya en otro proyecto: el manejo de los recursos para las campañas del PRI en la próxima elección federal. Ahí va a seguir nadando en dinero. Es lo suyo. Como hizo en 2010 desde la Torre Animas… No hay hueso que no motive a Jorge Uscanga Escobar. Tiene al 90 por ciento amarrada la candidatura priísta a diputado federal, esta vez por la vía plurinominal. Ex procurador en el régimen gutierrezbarrista, ahora secretario ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, Uscanga quiso ser en 2006 senador de la República. Perdió la partida con José Francisco Yunes Zorrilla, que a la postre Pepe Gris perdió indignamente ante Dante Delgado y Arturo Herviz, de la izquierda, y de Juan Bueno Torio, del PAN, siendo relegado. Tres años después, en 2009, Uscanga pretendió la diputación federal por San Andrés Tuxtla, pero el fuego amigo de la alcaldesa Marina Garay Cabada, le produjo una nueva derrota. Uscanga Escobar se revitaliza y si no hay golpe de timón, será candidato del PRI y luego diputado federal, aunque sea ingresando por la puerta trasera, la de los pluris. Respira y transpira política “La Chiquita” Uscanga, y para Marina Garay, quien tendrá que ganarse la elección en las urnas, habrá eso que los cheff políticos sirven fría, añeja y bien maquinada: la venganza…
 
Salió peor el remedio que la enfermedad. Exigió el Partido de la Revolución Democrática la revocación del nombramiento como supervisor electoral en Nanchital, perteneciente al distrito 11 de Coatzacoalcos, que ostentaba José Alberto Arellano Romero, por ser empleado del Ayuntamiento priísta, y se designó al primer candidato de la reserva, José Luis Sánchez Benítez, quien es trabajador petrolero jubilado. Hasta donde se sabe, el que más goza con el movimiento es el líder sindical de la Sección 11, Ramón Hernández Toledo, quien ejerce marcada influencia sobre el nuevo supervisor del IFE. Bien por el PRD. Le hace el juego a sus enemigos ancestrales…
 
Rejego, aferrado, Víctor Antonio Cruz, El Kalimba, quiso insertar a su novia como capacitadora electoral en el IFE de Coatzacoalcos. No lo logró. En el examen de conocimientos, la chica sacó un contundente 4 y fue tronada. Mapache del ex alcalde Ivan Hillman Chapoy, no se postuló a sí mismo por su propio desprestigio, por el escándalo que protagonizó en la elección de 2009, cuando se le supo dispuesto a usar su cargo de supervisor para colocar capacitadores afines y dirigir la designación de funcionarios de casilla. Esta vez quiso que fuera el amor de su vida quien infiltrara al órgano electoral, para armar el tinglado para sabotear al candidato del PRI-Partido Verde, Joaquín Caballero Rosiñol, a quien las corrientes ivanista, theurelista y chagrista le preparan un escenario de derrota. No pudo, pero el esfuerzo lo hizo… Muerde todo Pulgoso Lagunes, el regidor rufián de Coatzacoalcos. Recibió de Patrimonio del Estado un paquete de constancias de regularización de la manzana 7-N, en la colonia Lomas de Barrillas, incluido datos del beneficiario y número de lote, y vio en ello un filón de oro. Falsificó nombres y fabricó una supuesta venta o cesión de derechos a su persona para luego trasladarlos a su patrón, el capitán piloto aviador, en un trueque que le permitiría continuar en la nómina del periódico en que publicaba sus infumables y morbosas columnas, y una camioneta último modelo, incluidos vales de gasolina mensuales. “Vamos bien con INVIVIENDA”, dice en una charla en facebook el regidor Pulgoso, ofreciéndole una certeza al ya desesperado capi —“¿y qué hay de los documentos de los terrenos”?— y evidenciando que la dependencia del gobierno de Veracruz está involucrada en el fraude. La conversación en Facebook fue remitida el 15 de enero pasado, a las 2:15 de la mañana. Iluso el capi, no sabe que Pulgoso, alias también Pinky, el Ratón Idiota, ya colocó algunos de “sus” predios entre síndico y regidores. Luego les cuento…
 
Insolito: desfilaban juntos en el malecón del puerto de Veracruz, como parte del carnaval, el alcalde de Boca del Río, Salvador Manzur Díaz; el secretario de Desarrollo Social, Marcelo Montiel Montiel, y Javier Herrera Borunda, hijo del ex gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán. ¿Qué viene?...

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