* Héctor Yunes: cuando agravió a la juventud priísta * Peña Nieto no quería comer con Duarte * Dos notarios rechazaron la frauduventa de Pulgoso * Le falló a Mily; Víctor Kidnie no será senador * Víctor Márquez, candidato del PANAL a diputado * Cirilo y la publicidad de Ponciano
De José Francisco Peyreffite Aguileta nada se sabe. Dicen que lo levantó el crimen organizado y que ya habita en el mundo de los que no vuelven, olvidado por el priísmo, frescos los recuerdos de su enfrentamiento brutal con el alcalde Marco César Theurel Cotero y con el síndico Roberto Chagra Nacif.
Peyreffite no dejó huella ni rastro. Un día, sin más, fue borrado del mapa. Quedó su historia, su lucha frustrada por ser regidor en el Ayuntamiento de Coatzacoalcos, la traición de los suyos, el egoísmo de sus líderes y patriarcas, y el disimulo del PRI.
Le había llevado años organizar a los industriales de la masa y la tortilla. Cuando fundó la Federación estatal, con registro oficial, se percató del tamaño de su fuerza. Así lo vio Roberto Chagra, quien atisbó el capital político que podría acumular. Lo hizo su brazo derecho.
Paco Peyreffite apuntaba a ser regidor en el Ayuntamiento de Coatzacoalcos. Así se lo prometió Chagra. Pujaban juntos por la candidatura a la alcaldía para el joven árabe que nunca llegó. En la negociación, Chagra amarró la sindicatura y comenzó a tejerse la hipótesis de que su hermana, Milene —Mily— Chagra Nacif, se quedara con la regiduría.
Ahí se produjo el primer choque de trenes. El 9 de abril de 2011, tres meses antes de la elección municipal, Peyreffite lanzó un ultimátum a Chagra: o cumple con la regiduría o se queda sin equipo. Roberto Chagra reculó, dejó en suspenso la regiduría de Mily y se congració con sus aliados… aparentemente.
Soldado del PRI, movilizador natural de priístas, Peyreffite fue un activo en la campaña de Marcos Theurel. Invirtió recursos propios, organizó eventos, la rifa de una vivienda y la entrega de tortibonos para abaratar el producto.
Medio año después, ganada a trompicones la alcaldía de Coatzacoalcos, Marcos Theurel le mordió la mano a Francisco Peyreffite. Asestó una puñalada trapera, inusitada, que nadie, menos el líder tortillero, hubiera imaginado: avaló un golpe de estado en la Federación de Industriales de la Masa y la Tortilla, que provocó un cisma en la organización y el desconocimiento de Peyreffite como líder.
Theurel y Roberto Chagra asistieron y tomaron protesta a la directiva espuria del grupo de tortilleros. Al frente de la organización había quedado X, cuyo desempeño como dirigente era ampliamente cuestionado. Luego se sabría que los nuevos líderes recibían línea directa en la sindicatura municipal.
Peyreffite retuvo en sus manos los registros como asociación, unión y federación, reconocido él por las autoridades estatales.
Burdo, nada sutil, Theurel fue arrastrado a ejecutar un linchamiento político del que no imaginaba su funesto desenlace.
Peyreffite organizó una marcha en la que se propuso reunir a más de dos mil afiliados, que partiría de la sede del PRI al palacio municipal. Una vez apostado frente al Ayuntamiento, procedería a tomar sus instalaciones.
Cuando Marcos Theurel lo supo, sufrió un ataque de pánico. Peyreffite recibió decenas de amenazas y la exigencia para deponer su actitud. No se arredró. Intervino el líder estatal del sector popular, Alejandro Montano Guzmán, hoy candidato priísta a diputado federal por el distrito de Xalapa Rural, y logró sofocar el ánimo de Peyreffite Aguileta.
En la primera semana de julio de 2011, Francisco Peyreffite reveló en corto detalles de cómo se fraguó el golpe de estado; la historia oscura de los líderes que lo traicionaron, uno de ellos con denuncias por fraude y otro que ni tortillero es; la participación de Marcos Theurel y Roberto Chagra en la asonada; el ofrecimiento de Montano para que se convirtiera en líder de la CNOP en Coatzacoalcos, y el mecanismo para recuperar la directiva de la unión de tortilleros.
Semanas después, ya designado como líder cenopista, pero sin haber rendido protesta, Francisco Peyreffite desapareció. El 15 de septiembre, durante la ceremonia de Grito de Independencia, trascendió que había sido objeto de un levantón presuntamente a manos del crimen organizado.
Tuvo el Ejército la investigación en sus manos, sin resultado visible. Callado el PRI, callada la CNOP, callados los priístas, negligente la autoridad judicial, sus familiares colocaron carteles en las calles, su fotografía al frente, suplicando ayuda para hallarlo.
Marcos Theurel, beneficiario de su trabajo en campaña, traidor en la alcaldía, llegó a su primer informe de actividades, en diciembre de 2011, y nada dijo del líder de la CNOP, su compañero priísta.
Roberto Chagra, quien se sirvió de la organización de tortilleros para contar con capital político, también calló.
Seis meses después del “levantón”, el líder del PRI local, Víctor Andrade, matiza la indiferencia del PRI ante la desaparición de quien había sido designado líder del sector popular y afirma que si el PRI no actúa es por respeto a los suyos.
Sus familiares han acudido a todos los hallazgos de cuerpos mutilados o en narcofosas, a fin de constatar si alguno de los cadáveres pertenece a Francisco Peyreffite. No ha sido así.
Políticamente, Theurel y Chagra fueron sus verdugos. Lo hostigaron y combatieron hasta echarlo de la dirigencia de la federación de tortilleros.
No calcularon la dimensión del desenlace.
Les gusta el clima de sospecha.
Archivo muerto
Coleccionista de conflictos, Héctor Yunes Landa no sólo gustaba de confrontar periodistas; también es proclive a irritar a miembros de su partido, el PRI. Apenas en octubre, buen final de 2011, impuso a su secretario, el michoacano Aldo Lara Ponce, en la coordinación estatal del Frente Juvenil Revolucionario. Desató, pues, la furia de los jóvenes priístas que en un abrir y cerrar de ojos se apostaron en la explanada del PRI, en Xalapa, en son de guerra. No le veían más mérito a Aldo Lara que haber sido novio —así se lo imputan— de la hoy regidora municipal, Corintia Cruz Obregón, del clan de la alcaldesa Elizabeth Morales García, y acusaban a Héctor Yunes de traicionar a la juventud priísta y de consumar una burda imposición. Aquello fue —y es— un agravio a los jóvenes priístas, no superado, vigente hoy que Héctor Yunes aspira a ser senador por Veracruz. Es de esas facturas que se pagan en las urnas…
No le indigesta el pescado; los políticos improvisados, sí. De visita en el puerto de Veracruz, Enrique Peña Nieto grabó ayer sus promocionales de campaña en el zócalo y el malecón. En esas andaba, asediado por la prensa, posada la foto con los curiosos y admiradoras, cuando recibió la invitación a comer del gobernador Javier Duarte de Ochoa. Cortés, afable, con las mejores maneras desdeñó el priísta al adoptivo de Córdoba, jarocho de nacencia. No quería comer con él. Esgrimió que debía proseguir con otra grabación en otro estado. Intercedió entonces el gobernador del Estado de México, Eruviel Avila Estrada, y finalmente cedió. Forzado, el Gel Boy departió con el gober Duarte, un advenedizo entre el priísmo, invisible en el poder…
Dos notarios públicos se resistieron a dar fe de la venta de terrenos, fraguada por el regidor Pulgoso Lagunes a cuatro regidores municipales, a quienes les “asignó” predios en la colonia Lomas de Barrillas, obtenidos mediante falsificación de datos y con la complicidad de Patrimonio del Estado e INVIVIENDA. Uno esgrimió que era un caso “extremadamente espinoso”; el otro dijo que no le llegaron al precio. Se sabe que al regidor 13 lo contempló Pulgoso con 28 predios; no se tiene la certeza, sin embargo, de que se los haya adjudicado aún. Otra de las suyas tiene que ver con el accidente de un vehículo municipal, conducido por la joven del servicio de la casa de Pinky, el Ratón Idiota, alias Pulgoso Lagunes, en noviembre pasado. Pero esa es historia aparte…
Apuesta fallida de Mily Chagra. Su consorte, Víctor Kidnie, líder petrolero en zona de plataformas marítimas, no será candidato del PRI al Senado por Campeche, ni se le incluyó en la lista de plurinominales… Víctor Márquez Hernández, líder el Partido Nueva Alianza, es el virtual candidato a la diputación federal por Coatzacoalcos. Por años fue delegado de Patrimonio del Estado, donde trabó relación con promotoras sociales y líderes de colonias. Su candidatura está soportada por al menos un millar de maestros de la sección 56 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, cuya operación política será decisiva para generar la votación que permita al PANAL mantener el registro ante el IFE y a Víctor Márquez cosechar los votos que algunos de sus contrincantes no verán llegar…
¿Qué tan cierto es que el alcalde Cirilo Vázquez Parissi pagará la campaña publicitaria de su hermano Ponciano a diputado federal por Cosoleacaque con asignación de obras públicas? Una versión señala que un editor periodístico ya pasó la lista de constructores con quienes deberán suscribirse los contratos. Una pista: le encantan las alturas…
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