* Duarte y Romero Deschamps, fríos * Carnaval de Coatza: improvisados en el equipo de seguridad * Grecia Bello, en la SEV * Subprocurador dejó ir al contratista de Chagra * Tenía orden de aprehensión * El IFE, al borde de la parálisis
Amagar, amenazar, insultar, es el sello de Marco César Theurel Cotero. Violento su lenguaje, la mano en alto, a centímetros del rostro de sus víctimas, provoca e incita a la agresión mutua. Así es el alcalde, el “gentleman de Coatzacoalcos”.
Pillado esta vez, la prepotencia de Marcos Theurel quedó registrada en un audio de once minutos de duración, cuando un constructor, Mario Alberto Escobar Guzmán, conocido como Travis, le pidió que agilizara el pago de obras realizadas hace casi un año en el palenque de la Expo Feria.
A las puertas de su domicilio, ubicado en la primera calle de la avenida 18 de Marzo, el 25 de enero, lo abordó el contratista, mientras en una de las camionetas lo esperaban sus guaruras y a cierta de distancia, cerca del río Coatzacoalcos, se hallaba un segundo grupo de guardaespaldas. Testigo del sainete, el secretario particular del alcalde, Sergio Cortés. Guadalupe Félix Porras, esposa del alcalde, permanecía en el interior del hogar.
Afable en un principio, Marcos Theurel ofrecía liquidar el pago y corregir el maltrato que recibió el constructor Travis de parte de la directora de Egresos del Ayuntamiento de Coatzacoalcos, María Cristina Mora Juárez.
Súbitamente, sin embargo, cambió la cortesía por una avalancha de insultos. Mencionar el nombre de su ex secretario de Obras Públicas, Adrián Pérez Martínez, lo puso fuera de sí. Escobar Guzmán refería que él no le reclamaría al alcalde por la falta de pago como lo hiciera con el ex titular de obras.
“Si te pones así, te rompo tu madre… te rompo tu puta madre”, decía, amenazante Theurel, rodeado de guaruras, los propios y los de su esposa, Guadalupe Félix Porras.
“Y no como alcalde… como hombre”, recetaba con el rostro descompuesto.
Advertía Marcos Theurel que a él no le reclamara el constructor Mario Alberto Escobar Guzmán, representante de la empresa Proveeduría, Servicios y Construcciones Conde, S.A. de C.V., por la falta de pago.
Marcos Theurel inició así su carnaval de violencia verbal:
“Yo te la rompo… te rompo tu madre… te rompo tu puta madre”, decía en actitud retadora, provocadora.
Travis intentaba conciliar. Explicaba que sus trabajos fueron investigados por la Secretaría de Obras y por la Contraloría municipal. Su documentación pasó, fue aprobada y quedó en espera de que le liquidaran un millón 740 mil pesos por la rehabilitación de las instalaciones del palenque de la Expo Feria, año 2011; 88 mil pesos a cuenta de renta de dos camionetas que fueron usadas para auditar el sistema de alumbrado público, y obras que su empresa realizó y que fueron facturadas indebidamente por el director de Adquisiciones del Ayuntamiento, el contratista Brian Carlos López Mendoza, protegido del alcalde Marcos Theurel.
Le advirtió Travis que la directora de Egresos, María Cristina Mora Juárez, se había enfadado porque la esposa del alcalde, Guadalupe Félix, la había conminado a saldar el adeudo.
Violento como es su genética, tatuaje de su alma negra, Theurel Cotero no sólo agredió de palabra al joven Mario Alberto Escobar Guzmán. Regordete, más de cien kilos sobre sí, arriba del 1.80, hacía gala de la fuerza bruta. Extendió el brazo izquierdo mientras con la mano derecha se quitaba el reloj de pulso, pose de pandillero de arrabal. Acercaba su diestra en ademán agresivo, colocada a unos centímetros del rostro de Travis Escobar. Tres veces le repitió la escena. El Travis ni se inmutaba.
—Bueno pues a la chingada —lanzaba el gentleman de Coatzacoalcos—. Orale cabrón. Aquí no te me pares porque te rompo tu madre”.
—Está bien —respondió Travis—. Le regaló las rentas.
—A mí no me regalas nada —dijo el iracundo alcalde.
—Bueno. Ya no las cobro. No voy a discutir eso. Usted es el al…
—A la v…a. No es de alcalde. Yo soy tu pa… A chingar a tu madre —estallaba de nuevo Theurel—. No, no, maestro, ni vengas —le decía a uno de sus guaruras que se acercaba a Mario Alberto Escobar, El Travis—. Yo puedo. Yo aquí le rajo la cara.
A lo largo del desencuentro, en once minutos, tres veces estrelló el alcalde Marcos Theurel las palmas de sus manos, retando a golpes. Travis no perdía la compostura. Aguantador le explicaba que tenía derecho a cobrar su trabajo.
Insistía el alcalde que quien había metido en un lío al contratista era el ex secretario de Obras Públicas Municipal, Adrián Pérez Martínez.
—Aquí manda un cabrón que se llama Marcos Theurel. Si te metió ese pendejo, a chingar a su madre. Vele a reclamar.
Florido el repertorio, dijo también Theurel:
“Yo a ti no te debo nada. A chingar a tu madre. Demanda, manifiéstate. Haz lo que quieras…”.
Mientras el alcalde de Coatzacoalcos se aleja, el contratista le suplicaba: “Me hinco, señor; me hinco. De verdad, le digo que mi esposa está muy mal”.
Mario Alberto Escobar Guzmán confirmó a INFORME ROJO la autenticidad del audio y el agrio momento que vivió suplicándole al alcalde Theurel el pago de sus obras.
Presa de su carácter explosivo, el alcalde de Coatzacoalcos reveló actos de corrupción cometidos por su personal de confianza, obviamente encubiertos desde su feudo de poder.
No es, sin embargo, el único caso de violencia que rodea al presidente municipal de Coatzacoalcos. Existe un expediente judicial que narra las agresiones de las que lo acusa su ex esposa, Katya Aguirre Compañ.
Ironías de la política, contrasentido de sus palabras, Lupita Félix, su esposa actual, siempre con el discurso de la no violencia, abnegada defensora de las mujeres física y psicológicamente maltratadas, pugna por el repudio a la violencia intrafamiliar.
Ha de dormir con el enemigo y no lo acepta.
Tiene más el audio. Mañana le seguimos.
Archivo muerto
Desdeñoso, impúdicamente frío, Carlos Romero Deschamps tuvo regalos para todos, pero al gobernador Javier Duarte de Ochoa le obsequió su mayor indiferencia. Lo trató así, gélido el gesto, en la conmemoración del aniversario de la expropiación petrolera, el domingo 18, en Coatzacoalcos. Romero Deschamps, a quien Duarte definía como su padrino en tiempos de campaña por la gubernatura de Veracruz, si acaso lo mencionó en su discurso. Olvidaron a Duarte los trabajadores del complejo petroquímico Cangrejera, cuyas porras y arengas, aplausos y vivas no eran para el mandatario veracruzano, presa del bochorno, ninguneado de fea manera ante el presidente Felipe Calderón Hinojosa. Paga así la traición a la cúpula petrolera, a la que despojó de la candidatura a la diputación federal de mayoria relativa por el distrito de Poza Rica, cuya carta sería Jorge del Angel Acosta, para entregarsela el sindicato de maestros, que propuso líder magisterial Gaudencio Hernández como candidato. Del Angel tuvo que ser colocado en la lista plurinominal del PRI para no dejar ir el apoyo petrolero al candidato presidencial, Enrique Peña Nieto. Duarte no se quedó atrás. Tampoco hizo mayor mención a Romero Deschamps, a no ser por un saludo igualmente frío en su discurso. Sólo cenizas quedan de aquel tórrido romance político entre el gobernador de Veracruz y la cúpula petrolera…
A cuatro días del inicio del carnaval de Coatzacoalcos, el comité organizador seguía penando por no haber constituido su área de seguridad. Publicó en la prensa, el domingo 18, un anuncio solicitando personal sin exigir experiencia en el ramo, sólo mayores de edad, ambos sexos. No se sabe qué harían los elementos de “seguridad” en caso de un borlote mayúsculo, una zacapela como las que suelen ocurrir por el consumo desenfrenado de alcohol, sin contar con el perfil ni el fogueo para controlar a una turba embrutecida…
Grecia Bello es la eficiente y nueva colaboradora del secretario de Educación de Veracruz, Adolfo Mota Hernández. Experta en relaciones públicas, Grecia laboró brevemente en la alcaldía de Xalapa, a las órdenes de Elizabeth Morales García, y posteriormente pasó al área educativa, donde coadyuva en la difusión de programas del secretario Mota. Anteriormente se movió en la Secretaría de Trabajo estatal, en la era de Américo Zúñiga, y en la esfera del ex diputado Joel Arcos Roldán, líder de Nuevo Tiempo Veracruzano, en tiempos de Tony Chana, un prometedor político del sexenio fidelista que ya no se ha visto…
Fermín Avalos Vidal tiene un aliado sin par: el subprocurador de Justicia en la Zona Sur, Jorge Yunis Manzanares. Fue detenido por la posesión de un auto con reporte de robo, y lo dejó ir. Tampoco le ejecutó una orden de presentación —hay quien dice que es orden de aprehensión— cuando don Fermín, ex chofer y contratista estrella del síndico de Coatzacoalcos, Roberto Chagra Nacif, se hallaba en la cárcel preventiva. Tiene una denuncia por fraude. Yunis Manzanares incumplió su obligación legal, pues estando Fermín Avalos a su alcance y siendo público su encierro, no impidió que se le escabullera. Se impuso la razón política y se desdeñó la aplicación de la justicia, complicidad evidente de la Procuraduría de Amadeo Flores Espinosa con el clan Chagra…
Riesgo de parálisis en el IFE de Coatzacoalcos. Si el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le da la razón al Partido de la Revolución Democrática, tendría que reponerse el proceso de selección de supervisores y capacitadores electorales. Tardaría un mes en lanzarse una nueva convocatoria, aplicar exámenes, calificarlos, verificar si los aspirantes reúnen los requisitos, incluida su no afiliación a algun partido político, y determinar las secciones electorales en que operarían para designar a los funcionarios de casilla, a los cuales, también, habría que capacitar. Un mes de retraso, a estas alturas del proceso electoral, sería un suicidio…