* El secretario de Marcos y los contratos * Lupita Félix ni se paraba por el DIF * El certificado de defunción de Teodoro Lara * La navaja de Paulino García Román * Arturo Sáenz, Ramón Zúñiga y Cecilio, testigos del crimen
Mujer obsesiva, política tormentosa, Norma Rocío Nahle García tiene una extraña virtud: desata, como nadie, la ira de los perredistas y provoca, como pocas, el reclamo airado de las bases del PRD.
Preparada, culta, especialista en temas petroleros, la defensa de la petroquímica como bandera, la candidata del sol azteca, sin embargo, no se inserta en el perredismo real, culpada por proyectos fallidos y fracasos electorales; dineros mal empleados; promoción del voto con operadores fantasmas; traición a su candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, y ser artífice de campañas para perder.
Malquerida por las tribus, a la candidata del PRD a la diputación federal por Coatzacoalcos se le acusa de ser producto de una imposición mediante una encuesta amañada y fraudulenta, y de ejercer la exclusión de militantes en tareas clave para enfrentar un proceso electoral.
Un documento, de la autoría de los integrantes de la estructura electoral del PRD en la elección federal de 2006, describe a Rocío Nahle como el peor producto perredista de cara a los comicios del 1 de julio.
Fechado el 30 de marzo, día en que López Obrador se encontraba con el perredismo del sur de Veracruz, el texto retrata las inconsistencias de la candidata del PRD. Lo suscriben David Hernandez Medina, Juan Hernández Salazar y José Valadez López.
En sus partes medulares, el documento dice:
“Desde el proceso electoral de 2003, la ahora candidata, Norma Rocío Nahle García, le descompuso la campaña al mejor candidato en ese momento, Felipe de Jesús González Díaz, porque no tenía ni idea de lo que significa meterse a una campaña y no saber cómo se mueven las cosas abajo, donde se ganan las campañas.
“Obtuvimos un desastroso tercer lugar, aun cuando el PRD tenía la diputacion federal del 2000-2003. Se tomaron muy malas decisiones, aunado al repudio que tiene la candidata, Rocío Nahle, entre las bases militantes.“De los movimientos de petroleros disidentes, a los que Rocío Nahle pertenece, no se conoce alguna base o fuerza constituida para que impulse las candidaturas de la izquierda en este distrito o que converja con los ideales de ella; esto como respuesta a que todo en lo que participa lo ha echado a perder.“Andrés Manuel López Obrador necesita votos, no cifras al calor de las cuentas alegres que le hace la candidata, que le permiten a Rocío Nahle para seguir obteniendo recursos y así seguir construyendo imágenes y/o campañas para perder.
“El gobierno legítimo de López Obrador, en Coatzacoalcos, ni siquiera existe. También lo echó a perder, porque carece de una base de carne y hueso que pueda sostener su campaña.“De la promoción del voto del 2006, de la cual Rocío Nahle recibió jugosas cantidades, nos gustaría saber que base humana quedó porque en la campaña de López Obrador no se aplicó… Al parecer era una agencia de colocaciones.“Este es uno de los puntos más delicados de la corta carrera política de la candidata Rocío Nahle.
La estructura de promoción del voto se conforma con ciudadanos comprometidos con sus ideales. Son los impulsores de una candidatura. Eso lo tenía ella a su cargo.“Sin embargo, con sorpresa descubrimos, al cruzar información con quienes fueron representantes generales y representantes de casilla en la elección 2006, que no existían esos ciudadanos.
Existía un listado de nombres pero muchos de ellos eran ficticios. Andrés Manuel López Obrador jugó, en gran parte, con una estructura fantasma que, como era de esperarse, lo llevó a perder votos.“Este gravísimo hecho lo corroboran los representantes generales que, ellos sí comprometidos con la causa de López Obrador, conocieron cómo se gestó la traición a nuestro candidato.
“Todos los representantes generales de aquel momento lo saben, menos AMLO y su gente, porque le ha hecho creer a López Obador que esa estructura sí funcionó cuando que la cosecha de votos obedeció al arrastre de López Obrador, así como a la movilización del PRI, ya que algunos de sus grupos lanzaron voto diferenciado, en contra de su candidato, Roberto Madrazo, y a favor de López Obrador, aunque los movilizara el PRI.“Nuestra duda persiste: ¿y todo el presupuesto que se le entregó a Rocío Nahle dónde quedó…? Aunado a esto, esta parte del presupuesto también sirvió para que su subcoordinador de promoción del voto, Rubén Villegas, hiciera contracampaña a la entonces candidata Gloria Rasgado Corsi, para que hubiera voto diferenciado”.
Contudente, documentado, el texto es aún más amplio. Toca a los alfiles del Rocío Nahle, el representante del PRD ante el IFE distrital, David Riquer del Toro, y el de Movimiento Ciudadano, Arnaldo Domínguez, aliado del PRI en diversos procesos electorales, así como al dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional, Javier Félix Martínez, quien en 2006 descuidó las rutas electorales y las casillas, con su consabida pérdida de voto para López Obrador.
Persistentes en su voto a favor de López Obrador, los integrantes de la estructura electoral del PRD 2006, marcaron su deslinde de la candidata Rocío Nahle.
Su juicio es apabullante, producto de la experiencia de trabajar a su lado y verla desmantelar la plataforma operativa de López Obrador.
Muy temprano, en el arranque de campaña, siente Rocío Nahle el repudio de las tribus del PRD.
Por algo será.
Archivo muerto
Sergio Cortés es hombre clave en la trama de insultativo Marcos Theurel — “te rompo tu puta madre”—. Días antes de que se escuchara al alcalde de Coatzacoalcos lanzar mentadas y amenazas contra el constructor Mario Alberto Escobar Guzmán, Travis, por el pecado de cobrarle las obras y arrendamientos que le adeuda el ayuntamiento, fue filtrada la versión de que un proveedor, Carlos Omar Anaya Orozco, le pagó 20 mil pesos por un contrato de sistemas informáticos, y que no le cumplió. No va por ahí la historia. Anaya Orozco solía presumir que su amigo y contacto en el Ayuntamiento era Sergio Cortés y que éste, en su calidad de secretario del alcalde, tenía el poder para “conseguir todo”. Pero hay algo más picudo. Travis Escobar solía darle préstamos a un familiar cercanísimo a Anaya Orozco…
Ni quien vaya a extrañar a Guadalupe Félix de Theurel en el DIF de Coatzacoalcos. Política de burbuja, inflada con publicidad municipal, dejó la presidencia del DIF, su vitrina pública, para una misión imposible: coordinar el voto femenino a favor de Enrique Peña Nieto, el candidato presidencial del PRI, entre promotoras que simplemente la detestan. Siempre ausente, en quince meses de gestión si acaso acudía unas horas en la semana a la sede del DIF porque lo suyo no es, dicho sea en verdad, el servicio a los demás. Cara de misericordia, falsa estampa de quien simula vivir el dolor ajeno y la tragedia de otros, Lupita Félix —la Muñeca Bratz, como le dicen sus fieles empleados— no será extrañada por su breve retiro. Manejado a control remoto, el DIF Coatzacoalcos sirve para todo menos para lo que fue creado, endosado a dos alfiles, Diego Fernández y Aureliano Zenteno, que simplemente acatan las órdenes de las voraces minatitlecas. Proliferan ahí negocios, compras con sobreprecio, nóminas infladas, entre otras corruptelas, ya documentadas, por supuesto, mientras la señora Theurel prosigue en su proyecto de autopromoción con cargo a los dineros del pueblo…
Nebulosa, torcida, apenas camina la indagatoria del crimen que acabó con el priísta Teodoro Lara Avalos, la mañana del domingo 1. Quienes presenciaron el pleito en la playa de Coatzacoalcos entre Teo Lara y el chofer municipal y colaborador del programa Adelante, Paulino García Román, ni impidieron el hecho violento ni dijeron toda la verdad. Por lo menos un trabajador, el ingeniero Cecilio, fue testigo del hecho. El y sus compañeros vieron caer a Teodoro Lara y nada hicieron por detener al agresor, Paulino García Román. Nada dijeron de la herida que presentaba el fallecido priísta en el cuello, aunque ahora se sabe que Paulino portaba una navaja para cortar mecate. Minutos después del crimen, llegó un funcionario de Obras Públicas, Arturo Sáenz, acompañado de su chofer, Ramón Zúñiga, y lanzó agua sobre Teo Lara para tratar de reanimarlo. No reaccionó. Le sintió el pulso y pudo darse cuenta ya había fallecido. Suscrito por el médico legista Angel Herrera Kim, el certificado de defunción establece como causas de la muerte “traumatismo craneofacial simple y hemorragia cerebral”, sin aludir a un posible coágulo como se encargaron de propalar quien intentaron justificar a Paulino García Román. En el apartado de causas violentas o accidentales, el documento señala: presunto homicidio provocado por “contusiones por pleito”. Quienes presenciaron la riña fueron cómplices en la huida del agresor, sin que el Ministerio Público del Fuero Común haya procedido en consecuencia. Marcado por el rencor, días antes del incidente violento, Paulino García Román había expresado que Teo Lara “lo iba a conocer” y, al parecer, así fue. El MP, a cargo de Janet Vidal Morales, incurrió en otras inconsistencias: entregó las pertenencias de Teodoro Lara a un “conocido”, según dice el certificado de defunción, de nombre José David Smith de los Santos, entre ellas su cartera, dinero y su tarjeta bancaria con la que cobró su último salario como empleado del Ayuntamiento de Coatzacoalcos. En la penumbra se estanca el caso, quizá porque existen intereses que pretenden encubrir a Paulino García Román con la figura de Jesús Antonio Macías Yazegey, suegro del gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa…
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