* La mano sucia del regidor Phínder * Rosa Chapol y el negocio de la prostitución * Bono de 400 mil para silenciar regidores * Denuncia el PAN a Caballero * Promueve sacerdote católico al candidato del PRI * Corintia Cruz, la nueva estrella del duartismo
Enemigos cordiales, Marcelo Montiel Montiel y Marco César Theurel Cotero mantuvieron una sorda rivalidad, odios personales, rencores políticos, hasta que el riesgo de que el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, sea derrotado en el distrito de Coatzacoalcos, los obligó a pactar una tregua.
Su historia es trompicada, como los romances épicos, tan tórridos como imposibles.
Políticamente inexistente, burócrata del poder, director de Obras Públicas Municipales, Marcos Theurel fue proyectado por Marcelo Montiel cuando pretendió imponerlo como su sucesor en la alcaldía de Coatzacoalcos en el año 2004. De ese regateo con el PRI, Marcelo logró una diputación local y a Theurel lo colocó a las puertas del gobierno de Veracruz.
Ahí se marcó la ruptura. Theurel se alejó de Marcelo Montiel al ingresar al círculo de la fidelidad. Ser subsecretario y luego secretario de Comunicaciones, en un lapso de seis años, marcó su deslinde del marcelismo y la construcción de un proyecto personal que, por sus nulos resultados, se enfila al fracaso.
Cuando Fidel Herrera decidió que Theurel fuera el nuevo alcalde de Coatzacoalcos, en 2010, Marcelo Montiel se vio forzado a apoyar una candidatura que de origen parecía muerta. Aún así, le entró. Insertó sus operadores políticos en la campaña y promovió la imagen de Marcos sin importar rebasar los techos financieros y sin reparar en que se cometía un delito electoral.
Impopular, desconocido para el electorado, con fama de transa e ineficiente —puentes que se caían o que había dejado inconclusos, carreteras fantasmas y el supernegocio del contratismo—, Marcos Theurel tuvo una campaña fatal.
No se enganchaba con los votantes; traslucía fastidio, y el rechazo de la sociedad era evidente. Si ganó por un estrecho margen, fue porque su contrincante, el ex priísta Gonzalo Guízar Valladares, candidato del PAN, cargaba con fama de porro y sus hermanos confrontaban diversas denuncias penales y acusaciones por despojo de terrenos.
Culpó a su antiguo protector de diseñar un escenario de derrota y colocarlo al borde del abismo. Dominado por el rencor, ya en la alcaldía de Coatzacoalcos, pretendió entonces desmantelar al marcelismo. Reclutó a algunos de los operadores de Montiel, los colocó en áreas de dirección, los endulzó y les permitió hacer negocios con cargo al erario público. Luego los pateó, los echó a la calle y los ridiculizó.
A las infanterías del grupo marcelista, insertadas en la nómina municipal, algunos basificados en el ayuntamiento, amagó con dejarlos sin empleo. Se valió del sindicato y los ridiculizó filtrando a los medios de comunicación sus nombres. Al final, dio marcha atrás cuando en Xalapa se expuso que muchos de esos operadores priístas habían contribuido a que Javier Duarte de Ochoa fuera gobernador de Veracruz.
Paranoico del poder, Theurel gusta de espiar a funcionarios y empleados, a sus enemigos pero también a sus amigos. Al ex secretario de Desarrollo Social, Mario Malpica Medel, marcelista, lo exibió como un funcionario corrupto, basado en que lo había grabado. “Tenemos inteligencia”, presumió sin percatarse que su voz era registrada en un audio y luego puesta en Youtube. Espía, espiado.
Theurel es explosivo; Marcelo Montiel no. Marcelo es perverso, insensible, implacable. Retorcido, dos caras, doble lenguaje, Marcelo pega desde las sombras. Tenebroso, habla al oído, desprestigia, malinforma, golpea y agravia. Así ha logrado convertir a Theurel en un apestado en los círculos de poder de Veracruz.
Su último affaire ocurrió hace un mes. Lo provocó la difusión de un audio en que se escucha al alcalde Theurel proferir mentadas de madre y amenazas al constructor Mario Alberto Escobar Guzmán, Travis, por el cobro de obras y arrendamiento.
Theurel acusó al marcelismo de estar detrás de la difusión de la grabación y estimular el escándalo. No tuvo cómo justificar su prepotencia. Dijo que era un montaje y que pretendían extorsionarlo. Cobarde, le faltó valor para enfrentar el peso de su sucia palabrería.
Sin argumento alguno, a Marcos Theurel lo único que le quedó decir es que su administración es “pésele a quien le pese y duélale a quien le duela” la mejor en la historia de Coatzacoalcos.
Hoy, la tormentosa relación ha cambiado. Marcelo Montiel y Marcos Theurel fueron conminados a pactar una tregua, cariñosearse de nuevo. Marcelo, comprometido a no interferir en la encomienda de garantizar la victoria del candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, labor encomendada al inoperante Marcos Theurel, y éste obligado a no frustrar la diputación para el nuevo favorito de corte marcelista, Joaquín Caballero Rosiñol.
Así aparecieron el lunes 9, sonrientes, al suscribir el pacto de no agresión por el proyecto priísta ante el riesgo de que Peña Nieto sea derrotado por el perredista Andrés Manuel López Obrador. Y es que desde 1982, siendo candidato Miguel de la Madrid Hurtado, ningún candidato presidencial priísta ha salvado la aduana de Coatzacoalcos.
De ambos, uno con la operación política y el otro con los recursos públicos a su alcance, depende evitar la debacle priísta. No hacerlo significará seis años de oscuridad. Andan, pues, en apuros.
Cínicos, desvergonzados, por la causa del PRI, Marcelo Montiel y Marcos Theurel guardan sus agravios para mejores tiempos.
Hoy es hora de tragar sapos y sonreír.
Archivo muerto
Alfredo Phinder Villalón es la decepción de los panistas. Asiduo al poder y a los privilegios que da ser regidor séptimo municipal en Coatzacoalcos, hizo del cargo un negocio lucrativo. Su brazo derecho, doña Rosa María Chapol, es quien opera un área que produce millones y más millones: la prostitución. Sin funciones oficiales, a espaldas de la ley, doña Rosa Chapol y su hijo Fernando Acua Chapol, regentean las cuotas que pagan las chicas del tacón dorado por ejercer su oficio sin sujetarse a revisiones médicas, sustituida la tarjeta de salud por las mordidas de los dueños de los congales o de las mismas damiselas. Tal usurpación de funciones movió ya al contralor municipal, Rafael Tejeda Patraca, a aplicarle marcaje personal a doña Rosa Chapol y a su retoño, y a exigir una explicación, pues se trata de un delito. Phinder Villalón no es ajeno a las andanzas de su protegida. Dos empleados, Roberto y Fernando Mendoza Ordaz, revelaron al área jurídica municipal que el regidor les exigía cantidades de dinero mensual, producto de la inspección de prostitutas. En respuesta, los despidió. Así dejó allanado el terreno para que Rosa María Chapol y su hijo Fernando Acua Chapol lucren con los derechos de piso que pagan las prostitutas y bailarinas teiboleras, cuya extorsión ya provocó una denuncia de 75 de ellas contra la inspectora panista. Hay más...
¿Quiénes son esos regidores a quienes un bono trimestral de 400 mil pesos los amansó y los hizo incondicionales del alcalde Marcos Theurel? Muy sácalepunta le pedían al edil de Coatzacoalcos un informe detallado del fraude cometido por el ex secretario de Obras Públicas Municipales, Adrián Pérez Martínez, según reveló Theurel en el audio en que se le escucha insultar al constructor Mario Alberto Escobar Guzmán, Travis, porque le cobró el millón 800 mil pesos que le adeuda el Ayuntamiento en obras y arrendamiento. Tras el bono, llegó el silencio cómplice…
Apenas se libraba de la denuncia que el PRD le enderezó por promoverse en el Paseo de la Alegría, en Nanchital, el candidato del PRI a la diputación federal por Coatzacoalcos, Joaquín Caballero Rosiñol enfrenta la queja del PAN, que lo acusa de usar espacios públicos para colocar su propaganda. Ayer, el representante panista ante el consejo distrital del IFE, Víctor Hugo Espinosa Hernández, documentó el uso de áreas de equipamiento urbano donde el PRI colocó la propaganda de sus candidatos, entre ellos la de Caballero Rosiñol. El sitio específico es un puente peatonal sobre la avenida Universidad, frente a la tienda de autoservicio Chedraui 3, a la altura de la colonia Las Gaviotas. La queja se desahogará el domingo 22… No en el nombre de Dios, sino del padre José Madrigal Ayala, pretende Joaquín Caballero Rosiñol ser diputado federal por Coatzacoalcos. Acudió a misa el candidato del PRI la noche del sábado 7, Misa de Gloria, en la iglesia de Santa María Reina del Rosario, en la colonia El Tesoro, día en que se conmemoraba la resurrección de Jesús. Recibió Caballero el aval del padre Ayala, quien de inmediato lo presentó a los feligreses como el “candidato a diputado federal”, en abierta violación a la legislación religiosa. Ya antes, un mes atrás, el padre Ayala intentó que el priiísta se promoviera entre los católicos de la colonia Lomas de Barrillas, donde sensatamente el sacerdote del lugar se negó a seguirle el juego. La política desde los púlpitos es delito y lo hacen por igual católicos que cristianos. Esta vez el protagonista fue el padre José Ayala quesque por agradecimiento al candidato Caballero. ¿Lo sabrá el obispo Rutilo Muñoz?…
Nueva estrella en el firmamento duartista, es Corintia Cruz Oregon. Brilla con luz propia la regidora priísta de Xalapa; rinde informe de labores; opaca a la alcaldesa Elizabeth Morales García; tiene sobre sí los reflectores que a otros se les niegan, incluida la prensa oficialista y todo el aparato de gobierno, al pendiente de tan trascendente comisión municipal a su cargo, la de juventud y deporte. De la mano del gobernador Javier Duarte, su futuro es prometedor, quizá la próxima diputación local por la capital de Veracruz o una secretaría en el gabinete estatal, donde será la dama más poderosa del régimen actual, igual o más influyente que la misma Karime Macías de Duarte, ésta sí confinada a sus labores en el DIF. Las priístas de renombre tendrán que esperar. Lo que hay que ver…
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