* Sucia estrategia a base de correos difamatorios  * Operadores de Iván, Mariano y Chagra en la operación “basura fiel”  * Amagan con secuestrar y mutilar a mi hija  * Daños a mi vehículo, amenazas de muerte y un sicario merodeando mi hogar  * Fidel, Duarte, Macías, Iván, Mariano, Chagra, Gonzalo y Robles, responsables de lo que nos ocurra

Ayer, en el programa Agenda, que se transmite en Radiover.com, en internet, desde Jalapa, este columnista relató el seguimiento periodístico que se le ha dado al Caso Punta Diamante; las maniobras del “empresario” Jesús Antonio Macías Yazegey para agenciarse un predio de 10 hectáreas, propiedad del constructor Oscar de la Cruz Cruz; los más 150 millones de pesos que la Secretaría de Finanzas de Veracruz le otorgó al suegro incómodo del diputado Javier Duarte de  Ochoa, y el acoso, hostigamiento y amenazas.

 
Ayer mismo, minutos después que concluyera el programa Agenda, reinició la campaña de lodo de los políticos amigos, empresarios amigos y periodistas amigos del gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, en contra de este columnista mediante correos electrónicos anónimos y con pseudónimo, en los que se distingue la difamación y el agravio no sólo a mi persona sino también a mis familiares.

La estrategia fidelista ha sido una estrategia sucia. En la difusión de los correos electrónicos han participado operadores políticos vinculados al ex alcalde Iván Hillman Chapoy y al síndico del ayuntamiento de Coatzacoalcos, Mariano Moreno Canepa; periodistas ligados a ambos personajes y al ex director de Carreteras Estatales, Roberto Chagra Nacif y a su hermana Milene.

 

Otros colegas periodistas se han prestado a la tarea de reciclar los correos y se han regodeado con el deterioro de salud de mi padre, Mussio Cárdenas Cruz, hasta su muerte. Le llamaron “viejo moribundo” y que lucré con su deceso.
Uno de esos operadores de la campaña de infamias es un individuo de nombre Jaime Molina, que sirve a los intereses del Clan Hillman-Robles. La huella que dejó en los correos, su cuenta electrónica, lo identificó plenamente.

Otro personaje que se ha prestado a maquillar, alterar y modificar los correos difamatorios es el columnista de Diario del Istmo, Federico Lagunes Peña, quien suponiendo que ocultando nombres que aparecen en los textos originales, evade su responsabilidad, ha dejado constancia de sus intenciones perversas.

 

Con su habitual cobardía, usa en sus textos la alusión porque carece de los tamaños para llamarle a las cosas por su nombre, y encarar a sus adversarios de frente.

Esa prensa fidelista se ha involucrado en la decadente tarea de acallar la crítica con las armas de la descalificación y el chantaje moral.

 

Es la prensa fiel, la que viaja con el gobernador de Veracruz a Washington; la que le lame las botas; la que difunde, pregona y proyecta al delfín del régimen, el diputado federal Javier Duarte, apestado políticamente, repudiado por los grupos priístas.

A este columnista pintarrajearon su automóvil; le arrojaron una cabeza de cerdo con amenazas de muerte. El lunes 19 de octubre, estando en la Ciudad de México, recibí una llamada y escuché una voz, la voz de mi hija, diciendo que la habían subido a un vehículo y que la mantenían con los ojos tapados. De inmediato se escuchó una voz que amenazaba con mutilarle un dedo para empezar a negociar.

Eran las 12:39 del día. De aquel lado de la línea se escuchaba una voz autoritaria que pronunciaba los nombres de mis otros hijos y aseguraba saber que yo me hallaba en la Ciudad de México. Cuando se cortó la comunicación intenté hablar con mi hija. Fue imposible.

 

Por más de una hora bloquearon su teléfono. Hice contacto con personas allegadas a la Secretaría de Seguridad Pública Federal y con el gobernador de Veracruz.

 

A éste le expuse que la vida de mi hija corría peligro; me pidió comunicarme con su secretario particular, Arturo Ugalde, al que nunca pude contactar. Mi hija se hallaba a salvo, pero sin poder comunicarse telefónicamente con nadie mientras duraba el acoso.

Ayer difundí el contenido de una carta abierta, publicada en el diario Milenio, en que el constructor Oscar de la Cruz Cruz le ofrece a título de obsequio al gobernador Fidel Herrera el predio de 10 hectáreas en que se construiría Punta Diamante. Exhibía el hostigamiento, las presiones, las amenazas para ceder el predio.

Horas después abordé el caso en Agenda, en Radiover.com, y respondí a cuestionamientos sobre la conducta de Tony Macías, los recursos que el entonces secretario de Finanzas, Javier Duarte de Ochoa, su yerno, le destinó al proyecto Parque Tecnológico Puerto México y a la empresa Frutas y Verduras de Veracruz, ambos del suegro incómodo.

Hablé del episodio en que Tony Macías, su concuño Jorge Ramírez Pérez, el empresario Luis Daccarett Habib y la esposa de éste, fueron encarcelados por intentar defraudar a Bancomer, en 1992.

Minutos más tarde se recrudeció la campaña de suciedad fiel. Pero no es todo: mientras redactaba esta columna, poco después de la medianoche un individuo ingresó al edificio donde vivo con mi familia, se agazapó entre las sombras y provocó la alarma de vecinos y familiares. Se le buscó pero logró escapar.

Algo es claro: ni todo el acoso, ni todo el hostigamiento, ni toda la presión que ejerza el Proyecto Duarte hará variar la postura periodística de este columnista.

 

Javier Duarte representa la tabla de salvación de Fidel Herrera ante la quiebra en que ha sumido a Veracruz, ante el desenfrenado endeudamiento al que llevó al estado; la pobreza insultante; el abandono de las demandas sociales; el robo electoral; el subterfugio de los fideicomisos para blindar el manejo de millones de pesos a favor de los amigos de Fidel, y mil trapacerías más.

Aquí, desde INFORME ROJO, hago responsable de lo que pudiera ocurrirle a mis familiares o a mí mismo, así como a mis bienes patrimoniales, al gobernador Fidel Herrera Beltrán, Jesús Antonio Macías Yazegey, Javier Duarte de Ochoa, Iván Hillman Chapoy, Mariano Moreno Canepa, Roberto Chagra Nacif, José Pablo robles Martínez.
Ah, y no le bajaremos ni medio gramo a la línea crítica.