* Denuncia contra Lupita Félix de Theurel * Exige secuestrar credenciales del IFE * Reabren expedientes contra Beto Chagra * Los pecados del encargado de la estructura electoral del PRD * Carvajal y el adeudo con Serrano * Rocío Nahle es mala candidata, no sacrílega * Ocho escoltas armados en el restaurant Pampas
Maltrecho, Enrique Peña Nieto no abandona el trance en que lo metió un sector de la sociedad, el de los estudiantes, que amén de repudiar su candidatura presidencial, le recuerdan un pasado represor y nulos atributos, tipo sin ideas, para gobernar México.
Del negro episodio de la Universidad Iberomericana, su Waterloo, donde lo hicieron huir devorado por gritos de “asesino”, tras asumir la responsabilidad de un crimen, el de San Salvador Atenco, el candidato presidencial del PRI ha visto escalar la oleada de rechazo hasta tocar los umbrales de la violencia.
Pudo haber atenuado aquel viernes negro en la Ibero con sólo asumir que fue un mal día, una anécdota de campaña, un traspié para olvidar. Debió darle la vuelta a la hoja y ya. Pero no. Dominado por la soberbia, quiso amoldar la realidad a su conveniencia, minimizar el recuento de daños y terminó agraviando, en primera instancia, a los jóvenes iberos, y en segunda a un numeroso segmento del electorado.
Llamarles “envenenados”, término usado por el líder nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, para desacreditarlos, y asegurar que ni siquieran eran estudiantes de esa universidad, fue un agravio que los iberos no dejaron pasar. #131 Alumnos de la Ibero Responden, nombre del video que circuló en internet, se convirtió en el detonante de una protesta nacional, tácitamente el linchamiento insólito del candidato priísta.
Peña Nieto es, más allá de inculto, un político mal intencionado y evidentemente torpe. Pretendió suavizar el impacto del descalabro en la Ibero, y orquestó un cerco informativo al que se prestó la mayoría de los medios de comunicación, unos con su silencio, otros enmascarando la graciosa huida del candidato presidencial, la expresión de miedo en el rostro, y unos más falseando la verdad, dimensionando un supuesto éxito en el encuentro con los universitarios que no existió.
Mentir como lo hizo un sector de la prensa, fue el ingrediente que convirtió al episodio de la Ibero en una movilización nacional. Se repudia por igual a Peña Nieto que a los medios de comunicación que se han prestado a inflarlo.
Se demanda su democratización; que hablen con la verdad; que no oculten la dramática realidad de México; que no se perviertan y prostituyan por dádivas económicas, por publicidad disfrazada de información, por pagos mensuales, los llamados “chayotes”, y por privilegios y canonjías.
Aquel viernes significó también la derrota de la prensa priísta frente a la redes sociales.
Atados de manos, cerrados sus portales en internet a la protesta la Ibero, los medios de comunicación fueron superados por Twitter y Facebook, donde fluían los mensajes fatales para Peña Nieto, tildado de asesino y cobarde, rubricados con fotografías y videos que retrataron lo que la prensa infructuosamente intentó ocultar.
Así sería en los días por venir. Iberos y estudiantes de otras universidades marcharon y se apostaron frente a las instalaciones de Televisa Santa Fé. Repudiaron el manejo sesgado, tramposo de la información, el ocultamiento del descalabro de Peña Nieto. No necesitaron de la TV.
Transmitieron en vivo a través de canales en internet, ligados a Twitter y Facebook. Esa movilización tendría réplicas en todo el país, algunas reprimidas como en Córdoba, Veracruz, y en Colima, justificada la agresión por el candidato presidencial del PRI cuando expresó a sus borregos priístas que no debieran caer “en provocaciones”.
Día tras día, Peña Nieto pierde la elección en las redes sociales. Inútiles han sido sus 20 mil tuiteros, contratados para inundar con mensajes Twitter que favorezcan al priísta y generan un ambiente de triunfo.
Del hashtag #Somos131 se pasó al #YoSoy132 y al @MarchaYoSoy132 que enlazó a cientos de miles de antipeñistas, y que denotó que no fue un reducido número de estudiantes de la Ibero quienes alzaban, solitarios, sus voces contra la imposición de Peña Nieto. En téminos tuiteros, #MarchaYoSoy132 se convirtió en Trending Topic, uno de los temas más recurridos a nivel mundial durante cuatro días, todo un récord.
Por las calles marchan jóvenes y se les adhieren habitantes de Atenco, machetes en mano, en sus voces las exclamaciones justicia; campesinos, obreros, desempleados, disidentes, inconformes. Marcha también el ingenio popular, el cartel con leyenda hiriente; la que se dice “bonita pero no pendeja”, por eso es anti-PRI; el que dice tener 10 años “pero he leído más que Peña Nieto”; el que conmina a leer a diario, no a leer el diario; el que fustiga a Televisa por sus afanes de imponer al próximo Presidente.
Se ha revelado una revolución de ideas; es la revolución de la inteligencia, cita el periodista José Cárdenas al poeta Javier Sicilia, herido también por el aberrante crimen de su hijo. Es la expresión de hartazgo, no sólo frente al PRI sino ante una clase política, el círculo del poder, que se come el país a pedazos.
Lo último ha sido la violencia contra Peña Nieto en Querétaro, que degeneró en el cerco que le tendieron al vehículo en que suponían viajaba el candidato presidencial del PRI; golpeaban su lámina; lo rociaron de gasolina; amagaron con prenderle fuego. Es la radiografía de la irritación social. La violencia ya es parte de la campaña, a instantes de que se incendie todo.
Peña Nieto se observa en picada, náufrago en el océano de su ignorancia, hecho añicos en las redes sociales.
¿Sabrá lo que está por venir?
Archivo muerto
Tentar al diablo, hizo de Guadalupe Félix Porras carne de denuncia electoral. Pillada en un restaurant, en la congregación de Mundo Nuevo, la primera dama de Coatzacoalcos, señora de Theurel, exigía a promotras sociales comprometer el voto para el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto. Ocurrió el 12 de mayo. Quienes acudieron a su “invitación”, eran obligadas a dejar sus bolsas y teléfonos celulares a la entrada del lugar. Requirió doña Guadalupita que las promotoras de Oportunidades, las infanterías del PRI, garantizaran intención de voto y, de paso, requisaran credenciales de elector. Tenía seguro que nadie la grababa. Se equivocó. En unas horas Lupita Félix de Theurel será denunciada formalmente…
Irritable, como león enjaulado, anda Roberto Chagra Nacif. Tiene por qué. Le reabrieron expedientes relativos a su paso por la Dirección de Carreteras Estatales en el gobierno fidelista, que revelan trastupijes en la asignación de contratos y beneficios a familiares y amigos. Beto Coca, síndico del Ayuntamiento de Coatzacoalcos, suponía que el tema estaba cerrado. Su jefe, el alcalde Marco César Theurel Cotero, juega así una carta de doble efecto: tiene con qué negarle beneficios a los hermanos de Chagra y le amarra las manos en la elección federal. Lo cierto es que Theurel y Chagra están implicados en decenas de obras carreteras cuando la Secretaría de Comunicaciones fue la caja chica del PRI y fuente de enriquecimiento ilícito de muchos…
Le apodan Og Mandingo en alusión a Og Mandino, autor de célebre libro El Vendedor Más Grande del Mundo. Rafael Carvajal Rosado ha sido perredista, traidor al PRD, representante del PAN en la elección federal de 2003, nuevamente perredista y ahora encargado de la estructura electoral en la campaña de la candidata amarilla, Rocio Nahle García. Cuestionado, en duda su solvencia moral, hay en su haber político una reiterada tendencia a acreditar mal o no acreditar representantes del PRD en las casillas; también a presentar fuera de tiempo recursos de impugnación cuando la elección está perdida. Más aún, existe un panista que lo recuerda bien: Jesús Serrano Carrillo, a quien un día le pidió 20 mil pesos y tuvo que ser amagado con una denuncia penal para devolver el dinero. Og Mandingo entregó 10 mil y Serrano Carrillo, hoy candidato del PAN a diputado federal por Coatzacoalcos, aplicó aquello de que “de lo perdido, lo que aparezca”…
Puede ser una nulidad en estrategia política, intragable para los perredistas, pero Rocío Nahle García sería incapaz de pintarrajear las paredes de la catedral de Coatzacoalcos. Las pintas que aparecieron sobre el inmueble católico, son de otra autoría, mano sucia y mente perversa. Alguien, seguramente los priístas, le hacen la chamba con ánimo de contrapuntear a la candidata de la izquierda a la diputación federal por el distrito de Coatzacoalcos con la jerarquía católica, una verdadera tropelía y agravio al sentir de los católicos. Rocío Nahle se deslindó de la rufinada. Ella también respeta…
¿Qué hacían ocho escoltas, policías de élite, en el restaurant Pampas, pasado el mediodía del jueves 10 de mayo, sin nadie a quién cuidar, pero armados hasta los dientes? Su presencia alarmó a los comensales y al personal del servicio. Eran las 2:30. Comían plácidamente ante la mirada expectante de todos. Sin rubor exhibían sus tronas y sus cuetes, y provocaban comentarios y temores. ¿Qué habría ocurrido si algún grupo de malosos se hubiera encontrado en el interior del Pampas, haciendo, como suele ocurrir, vida social? Afuera del restaurant, estacionada, los esperaba una patrulla de la policía estatal veracruzana. Eran escoltas y ese día no tenían a quién cuidar…
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