* ¿De qué ética habla José Luis Pérez Cruz? * Caso Punta Diamante: usó un volante apócrifo como fuente de información * No toca el abuso de poder de Javier Duarte * Tony Macías, el suegro incómodo, según la periodista Elia Melchi, de Notiver * 200 millones del erario para el negocio particular del pariente del delfín fidelista * Dante cocina alianza con los Yunes * Lupe Porras o cómo lucrar con el drama de los damnificados * ¿Será, Tony?
Habitualmente, la Iglesia católica es prudente, mesurada y conciliadora. En Veracruz, sin embargo, ya perdió la paciencia; rechaza la simulación, el abuso y el atropello a la ley. Repudia, también, la injusticia y que el inocente pague culpas de criminales.
Un caso, el secuestro y asesinato de la joven Karina Reyes, sobrina del arzobispo de Jalapa, Hipólito Reyes Larios, ha tensado la relación de la jerarquía católica con el aparato de justicia veracruzano. Ha exhibido las fisuras en la relación con el gobierno estatal y con su Procuraduría, y plantea la hipótesis de que se haya incurrido en la fabricación de culpables.
Ayer, el vocero de la arquidiócesis jalapeña, Quintín López Cessa, fue por demás contundente. Reveló oficialmente que la Iglesia católica de Veracruz no cree en la responsabilidad de quienes se encuentran sujetos a juicio por la muerte violenta de la joven Karina Reyes.
“Hablamos —dijo Quintín López— con los familiares de uno de los principales acusados y ellos nos daban muchos datos que comprobaban que su hermano no tenía nada que ver”.
Y abundó:
“Lo que decimos es que se haga una investigación, que se resuelva, pero que no se pongan chivos expiatorios. Si son inocentes, que los liberen”.
No es la primera ocasión en que la jerarquía católica se muestra escéptica y pone en duda las líneas de investigación de la Procuraduría de Justicia de Veracruz. Ha insistido en que existen inconsistencias en las pruebas que vinculan a los detenidos con el crimen de la joven Karina Reyes.
Pero hay algo que esta vez hace aún más relevante su posición oficial: la cercanía del quinto informe fidelista. Pudo matizar, reservarse para otro momento, pero expresó su rechazo cuando las palabras duelen y cuando las estructuras de poder se sacuden.
Como la Iglesia católica, un amplio sector de los veracruzanos duda del aparato de justicia. Fabricar culpables en Veracruz es una constante y muy a menudo ciudadanos inocentes pagan por las culpas del delincuente.
Pudo la jerarquía católica expresar su repudio a la investigación del caso Karina Reyes en otro momento. Pero si no lo aguantó, por algo es.
Archivo muerto
¿De qué ética habla José Luis Pérez Cruz, el columnista de la inteligencia ausente de Diario del Istmo, cuando es incapaz de aportar fuentes a sus alegatos periodísticos y se apoya en un volante apócrifo? ¿Quién preside la Organización Cívica Veracruzana que acusa al constructor Oscar de la Cruz Cruz de usurpar un terreno que dice no es suyo? ¿Cuál es su nombre? Que lo identifique Pérez Cruz si algún día lo encuentra.
Ese es el meollo del caso. Pérez Cruz, célebre por su pobreza intelectual y en una perorata, sí, sesgada, apoyó su información en un volante sin firma, como sólo lo haría un aprendiz de periodista.
No toca, sin embargo, lo medular del Caso Punta Diamante: el despojo orquestado por el pseudoempresario Jesús Antonio Macías Yazegey; la invasión de Antorcha Campesina, organización que ya le levantó la mano a Javier Duarte, el delfín fidelista, según elocuente fotografía; la desaparición de un libro en el que se halla el título de propiedad de la familia Bringas Burelo, reconocido por gobiernos como el de Dante Delgado Rannauro; el abuso del aparato de poder; las maniobras legaloides de Tony Macías, suegro incómodo del diputado Javier Duarte, como lo califica la periodista de Notiver, Elia Melchi (sábado 7 nov 09); la entrega de más de casi 200 millones a los negocios del suegro incómodo siendo Duarte de Ochoa secretario de Finanzas del gobierno de Veracruz; la rapacidad de Tony Macías, su incursión en una prisión, su vinculación a Inmobiliaria La Voz del Istmo, negocio de su patrón, José Pablo Robles Martínez, dueño de Diario del Istmo, ahí donde se practica el periodismo de cañería, de sótano y de drenaje. Aquí, en INFORME ROJO, todo lo hemos documentado.
¿De qué ética habla, pues, quien soslaya la información y se amarra la lengua? Si José Luis Pérez Cruz se quiere callar, allá él; nosotros mañana le seguimos... Insólito: cada vez más cerca el senador Dante Delgado Rannauro del Grupo Y.
En el restaurant Castelo, en el puerto de Veracruz, compartieron la misma mesa Dante, el diputado Héctor Yunes Landa y el alcalde de Boca del Río, Miguel Angel Yunes Márquez. A unos metros se encontraban el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán y el supuesto director —¿o será un actor como los que le gusta contratar Tony Macías?— de la empresa FOTON.
A Dante le encantan las alianzas, incluso las que traba con sus enemigos... Genio y figura hasta la sepultura: Guadalupe Porras David, alcaldesa de Minatitlán, ya se apresta a lucrar con la tragedia de los damnificados por las inundaciones provocadas por las intensas lluvias. Siempre lo ha hecho así.
Teatralmente conmovida, habla de la ayuda que se le presta a las mil 200 familias afectadas, las cuales fueron remitidas a albergues. Doña Lupe es habilona como pocas; busca las cámaras, los reflectores y con tono misericordioso construye su guión dramático para describir cómo se preocupa por los afectados. Por eso el diputado local Leopoldo Torres la acusó hace un año de lucrar con la desgracia ajena, de pavonearse frente a los medios de comunicación y de usar a los damnificados como instrumento de sus ambiciones políticas. A otro perro con ese hueso... ¡Qué guardadita se la tenía Tony Macías!...