* Rasuraron de padrón perredista a seguidores de Gloria Rasgado * Le impidieron acreditar representantes en casillas * Aún así, ganó su candidato * Javier Duarte envía cartas y usa el padrón electoral * Ante notario entregan predio Punta Diamante a Oscar de la Cruz * INVIVIENDA y Tony Macías no eran los dueños * ¿De qué sirvieron los ataques periodísticos de Federico Lagunes y José Luis Pérez Cruz?

 

 

Una de las facetas más pintorescas de Fidel Herrera Beltrán es su optimismo. Se vende alegre, dicharachero, a menudo vulgar, fantasioso y sobre todo, falaz. Así, con pocas verdades y un mundo de mentiras, construye el edificio de la fidelidad, el sueño de ser grande, el espejismo de ser presidenciable y la obsesión por ser un mesías tropical, un mesías jarocho.

Su maquinaria mediática lo ha hecho desvariar hasta niveles de esquizofrenia política. Pregona un Veracruz pujante, generador de empleos, alejado de la pobreza, sobrado de educación, paraíso de las inversiones, turístico en todos sus rincones, que sólo en la mente volátil del gobernador puede existir.

Rollero irredento, Fidel Herrera ha usado el aparato publicitario para ocultar los grandes rezagos. Maquilla cifras, falsea estadísticas, sobredimensiona logros y llega al colmo de construir la estatua del niño desconocido, en honor al pequeño que presentó el primer caso de influenza porcina en México y que salió airoso.

Para semejantes disparates don Fidel se vale de una estrategia que incluye un despliegue desorbitado de su imagen personal y detrás de él, el estado de Veracruz. Fiel y fidelidad son dos vocablos revolucionados hasta el exceso, trillados y sobados, cuyo uso por parte del PRI, su partido, ha provocado controversia y debate, denuncias y condenas entre los actores de la vida pública veracruzana.

Tiene en sus filas, sin embargo, a un mago de las finanzas y pésimo, que a su vez es un ilusionista de la comunicación. Alfredo Gándara, su vocero, presenta virtudes bíblicas.

 

No multiplica panes ni pescados, pero sí hace maravillas con el erario a su cargo. Con un presupuesto raquítico para el tamaño de su dependencia, don Alfredo saca dinero de quien-sabe-donde para maicear de lo lindo a la prensa; la incita a falsear la verdad, a describir un Veracruz relumbrante, que simplemente no existe.

Sabido es que la exacerbada campaña mediática no se nutre del presupuesto real de don Alfredo Gándara en Comunicación Social. Sabidas son otras vertientes de dinero para sufragar el gasto del proyecto fiel, que a todas luces encuadran en el desvío de recursos de otras dependencias del gobierno estatal para soportar el gasto publicitario.

Don Alfredo Gándara, un periodista de medio pelo, boletinero y nada más, maneja un presupuesto para morirse de risa. Le sobra, en cambio, pasta para difundir ese proyecto amorfo de la fidelidad, que no es otra cosa que la plataforma para hacer simpático a un gobernador insoportable que llevó a la quiebra a Veracruz; que endeudó a niveles de hasta 35 mil millones de pesos; que hizo añicos la seguridad de los veracruzanos y que heredará un caos a quien haya de sucederlo en el cargo.

Qué más da lo que cueste. El Proyecto Fiel debe venderse al precio que sea.
Al fin que los veracruzanos pagan.

Gloria Rasgado Corsi enfrentó toda clase de marrullerías en la elección del domingo 8: le impidieron acreditar representantes en las casillas de votación; rasuraron del padrón perredista a sus seguidores, sobre todo a los que habitan en lo que fue la Sección 816, al poniente de Coatzacoalcos, y cientos de personas, acarreados por otras tribus, votaron sin ser miembros del Partido de la Revolución Democrática. Aún así, Celso Pérez Ruiz, operador electoral de la ex diputada federal, ganó la elección.

 

Ella asegura que todo lo documentó... No da una el diputado federal Javier Duarte. Ahora envía cartas a los ciudadanos de Jalapa; lo hace como legislador; usa la correspondencia oficial de la Cámara de Diputados; y tira un rollo mareador que no se lo cree ni un autista.

 

Lo grave del caso es que hay indicios que el flamante diputado gordobés echó mano del padrón electoral para integrar su base de datos, donde aparecen los nombres y domicilios de los ciudadanos a los que remite su empalagosa cartita que tiene como único fin hablar bien de su patrón, Fidel Herrera Beltrán. Usar el padrón electoral para fines distintos a los que se les entrega a los partidos políticos, simplemente constituye un delito... De nada sirvió el pataleo del “periodista” José Luis Pérez Cruz en Diario del Istmo.

 

INVIVIENDA y Tony Macías tuvieron que reconocer que el propietario del predio Punta Diamante es el constructor Oscar de la Cruz Cruz y su empresa Vivienda Industrializada de Coatzacoalcos, S.A. De C.V. Ayer, ante notario público, les fue reintegrada la franja de 3 hectáreas de la que se posesionó Tony Macías, el suegro incómodo del diputado Javier Duarte de Ochoa, y hoy se hará lo mismo con las otras 7 hectáreas.

 

Posesionarse de un bien ajeno es una transgresión a la ley; la responsabilidad es del gobierno del estado de Veracruz, del gobernador Fidel Herrera Beltrán, de Javier Duarte y de su conflictivo suegro. Decía Tony Macías, dueño del Parque Fantasma Puerto México, que le pelarían los dientes; que las críticas lo fortalecían; que no devolvería esa tierra porque es suya, y que para eso, a través de Fidel Herrera, detenta el poder. Nada más falso.

 

Ayer se fue con la cola entre las patas, sin explicación, sin justificar cómo pudo promover una invasión por parte de Antorcha Campesina; cómo pudo contratar seguridad privada para cuidar “su” predio, cómo pudo auspiciar ataques y más ataques a Oscar de la Cruz, el legítimo propietario de las 10 hectáreas, a quien se le difamó impunemente y quien se reserva el derecho de acudir ante los tribunales.

 

¿De qué sirvió la embestida de Federico Lagunes y de su alumno José Luis Pérez Cruz? Los hechos probaron que su alegato, su “análisis” y su argumentación era escoria periodística. Mañana le seguimos...