* Beto Chagra, sin peso político * Pesa más su negro historial * Llamadas de Mily al ISSSTE * Su encubridor deja que las emociones gobiernen su razón * Impugnará Ricardo López la elección perredista * Elogia el gobernador al Ejército * Para Gonzalo, los militares son violadores de derechos humanos * Fidel es el mensaje; o sea, no hay mensaje

 

De Veracruz se habla hoy por dos razones: por su potencial económico desperdiciado y por la tragedia que año con año vive su gente, inundada hasta el cuello, desposeída de sus bienes, su futuro cancelado y la angustia a flor de piel.

Miles han perdido todo por las lluvias torrenciales, por la falta de infraestructura, la desidia criminal de sus autoridades, el desprecio a los pobres y las ganas de hacer del dolor ajeno un arma electoral.

Agua Dulce y Las Choapas son el escenario que nadie desearía ver. Sufren inundaciones que en la lógica común no debieron ocurrir; que pudieron prevenirse y sobre todo, evitarse de haber aterrizado los recursos públicos, la ejecución de obras y la voluntad política.

Agua Dulce es el ejemplo más descarnado de lo que son capaces los políticos sin escrúpulos. Una y mil veces, año tras año, se ha venido alertando sobre los efectos del crecimiento del río Aguadulcita en tiempos de lluvias, desde que las obras de la autopista a Raudales y los trabajos que se realizaron en la autopista a Villahermosa, comenzaron a provocar escurrimientos que elevan su nivel crítico.

De entonces a la fecha, los hidrómilos viven con el Jesús en la boca. Pierden cuanto tienen. Esperan la temporada de lluvias con miedo real. Saben que las precipitaciones pluviales dan pie al crecimiento del Aguadulcita y de ahí a las inundaciones. Así es, año con año, y no ha habido acción de gobierno que aporte una solución integral al añejo problema.

Meses atrás, se hizo énfasis en la inundación que se veía venir. Se puso el dedo en la llaga; se advirtió que Agua Dulce se iría de nuevo a pique.

 

Al alcalde Vicente Escalante Macario se le recordó la promesa de atender los efectos de las lluvias, las consecuentes inundaciones y los daños a los bienes de los hidrómilos.

A su vez, Escalante Macario involucró al gobierno federal, vía la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), en el dragado del río Aguadulcita. Provocó reacciones oficiales, reuniones con el gobierno de Veracruz, y finalmente un anuncio esperanzador que advertía una inversión millonaria para atender el azolvamiento del río.

Fue, políticamente, un buen augurio. Pero las palabras no se tradujeron en hechos. Ni CONAGUA aterrizó los recursos económicos en la medida que se esperaba ni se contó con la voluntad del gobierno veracruzano para abatir el problema.
Hoy, miles de hidrómilos han perdido todo. Vuelven a su tragedia anual. La lluvia les quitó sus bienes, afectó su vida, los dejó sin nada.

Agua Dulce, en su conjunto, vio afectada su marcha diaria. Es nota de ocho en los medios de comunicación, no por su desarrollo, sino por convertirse en zona de desastre.

Se habla ahora de desviar el cauce del río Aguadulcita. Así responden los políticos en los momentos de crisis. Prometen y prometen, luego olvidan.
Habría que ver un año más.

Podrá llenar un estadio de futbol, el Centro de Convenciones o hasta el World Trade Center de Veracruz, pero nada de eso le da peso político a Roberto Chagra Nacif.

 

Su negro historial, los intentos de Mily de subirse al carro del yunismo —llamadas telefónicas al ISSSTE dicen algo, ¿o no?—, los fraudes en el ámbito carretero estatal y la ineficiencia, despilfarro y corruptelas en la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento de Coatzacoalcos, serán determinantes para que Beto Coca no acceda a ningún cargo de elección popular en la batalla electoral del 2010.

 

A menos, claro, que su encubridor de cabecera siga atrapado en su telaraña de pasiones donde las emociones gobiernan a su razón. Políticamente, Beto Chagra no existe.

 

El apapacho de sus adversarios es simple teatro; el elogio de la prensa es abarrote puro; los miles hambrientos de hoy serán los miles de ausentes de mañana... Dos casillas podrían modificar el resultado de la elección del Partido de la Revolución Democrática en Coatzacoalcos.

 

Una vez que el ex candidato a la dirigencia municipal del PRD, Ricardo López, formule la impugnación ante la Comisión Nacional de Garantías, se generará un conflicto poselectoral de antología. Con la votación registrada en ambas casillas, el triunfo se le acredita a Celso Pérez Ruiz, del equipo de la ex diputada federal, Gloria Rasgado Corsi.

 

Si se anulan ambas casillas, Ricardo López, de la tribu del ex regidor Alejandro Wong Ramos, ocuparía la presidencia del PRD local... Signo de los tiempos: mientras el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, se vuelca en elogios para el Ejéricto y la Armada de México, el diputado local Gonzalo Guízar Valladares tildó a un grupo de militares de ser violadores de derechos humanos, tras la retención de su cuñada, su sobrino y hermano José Gertrudis por la sospecha de que un vehículo de su propiedad tenía reporte que lo implica con el narco.

 

Gonzalo Guízar perdió los estribos; arremetió contra el Ejército, y no calculó el alcance de sus palabras.

 

Lo dicho, sin embargo, dicho está. Fidel Herrera cuida su relación con la milicia. ¿Será que aún persista en imponer a Gonzalo en la alcaldía de Coatzacoalcos, tras que éste despotricara contra el Ejército?... Una frase del maestro del periodismo, Fausto Fernández Ponte, lo describe en su exacta dimensión: Fidel es el mensaje, o sea es hueco, no hay mensaje.

 

Lo dijo en amena charla, saboreando exquisitas jaibas, arroz y pulpo, la tarde del sábado 14, en el puerto de Veracruz. Fausto Fernández, respetadísimo periodista, oriundo de Coatzacoalcos, tiene bien medido al gober...