* ¿Cuál memoria prodigiosa de Fidel? * Su mensaje sobre el quinto informe lo leía en una pantalla de cristal * El Veracruz maquillado y el Veracruz real * Héctor Yunes rendirá informe el sábado en Cardel * Se le tambalea la presidencia del PRD en Veracruz a Celso Pulido * Los mil votos que operó Gloria Rasgado, la diferencia
Veracruz ha vivido un episodio negro. Se ha conjuntado el aumento a las tarifas de transporte público, una pésima operación política y una reacción ciudadana cuyo rechazo alcanzó niveles de vandalismo.
Tradicionalmente, los transportistas han sido aliados de los gobiernos priístas. De su cuenta corre el acarreo en los mítines de los candidatos del PRI; la movilización de votantes en elecciones; la efectividad de las concentraciones en los actos de gobierno. Son pieza central en la logística del PRI e incondicionales de los grupos de poder.
Por eso a los transportistas se les daba todo. Tenían concesiones a perpetuidad y sin pedían se les daban más; permisos para realizar diversas tareas; contratos a precio razonable y en infinidad de veces a un costo extraordinario. Fueron un brazo insustituible del sistema político.
Por años les fue mejor que a nadie. Pero cuando llegó Fidel Herrera al gobierno veracruzano, su condición cambió. No perdieron nada, pero ya no se les dio el trato de antes.
Se les pide ahora que suministren vehículos y lo hacen. Pero no saben cuando se les pagará el servicio o simplemente si podrán cobrarlo. Ese cambio en las reglas del juego los tiene encrespados, irritados, malhumorados y con el rencor a flor de piel.
Cuando pidieron nuevas tarifas, comenzó a tensarse la cuerda que ayer terminó por romperse. Intentaron aplicar un nuevo precio al boleto del pasaje y dieron paso a un estado de caos en el que la ciudadanía pagó los platos rotos; se generó una evidente pérdida de control político y se lanzó al sector estudiantil a asumir un papel que correspondía a las autoridades estatales.
En política, las espontaneidades son impensables. Al unísono, en todo Veracruz, miles de estudiantes bloquearon calles, secuestraron autobuses, los patearon, quebraron cristales, se enfrascaron en trifulcas verbales y físicas con conductores de unidades que poco tenían que ver en la decisión de aumentar las tarifas.
A puerta cerrada, los transportistas y el gobierno de Veracruz negociaban una salida al conflicto. El secretario de gobierno, Reynaldo Escobar Pérez, lanzaba señales en sentidos contradictorios, fiel a su costumbre de enrarecer el ambiente. Decía días que habría requisa si paraba el servicio; decía también que no se permitiría el aumento; decía también que el incremento es inminente.
Como pepenadora política, la diputada chimoltrufia, Carolina Gudiño Corro, buscó en el gobierno federal al destinatario de las culpas. Atribuyó al aumento del precio del diesel el reclamo de los transportistas. Aunque por demás obvia, esa ha sido la tónica de la pandilla fiel para derivar la responsabilidad de lo que se hace mal en Veracruz en el régimen calderonista.
Ya tarde, de la oficina del gobernador Fidel Herrera Beltrán salió el líder de la Coalición de Transportistas de Veracruz, Carlos Demuner Pitol, con la nueva de que se aplazaba el aumento a las tarifas con la promesa de que se les daría seguridad para realizar el servicio y evitar así ser objeto de actos vandálicos.
Ya se verá quién paga la factura del sainete. Seguramente el PRI ha perdido a un aliado importante en su esquema de poder, en la movilización de contingentes en mítines y en elecciones.
El tiempo lo dirá.
Archivo muerto
Torpe apreciación de quienes le vieron memoria prodigiosa al gobernador Fidel Herrera Beltrán, en el mensaje del quinto informe. Don Fidel no memorizó ni improvisaba.
Leía el contenido de su mensaje en una pantalla de cristal llamada prompter; manoteaba, instruía, pedía acelerar las líneas que tenía frente a él. Movía la cabeza, simulaba recordar cifras y, esporádicamente, terciaba con alguna cita no incluida en el texto. Don Fidel andaba montado en la tecnología, no en su memoria.
Le era útil el show para contar su visión de Veracruz, una realidad distinta a la realidad que vemos todos; al desastre institucional que terminó en tragedia fiel. Su mensaje —compendio de eventos inciertos, cifras cuestionables— fue un error político, maquillaje de fracasos, sueño de pescadores que arrullan las olas del mar... Informe del diputado local Héctor Yunes Landa, el próximo sábado 28, en Cardel, perteneciente al distrito de La Antigua.
Concentrará las miradas de los principales actores del priísmo veracruzano, quienes lo ven como el candidato no oficial a la candidatura del PRI al gobierno de Veracruz; o sea, el candidato de las corrientes democráticas. Eso lo desmarca de cualquier tipo de imposición...
Aún incierto el resultado de la elección en el Partido de la Revolución Democrática en Veracruz. Celso Pulido Santiago, que aventajaba por casi mil votos a Juan Carlos Mezhua para la presidencia perredista estatal, ahora aparece abajo por 193 votos. Mezhua ya amenaza con tomar instalaciones de comités del PRD si no le reconocen su triunfo.
Mil de los votos finales se los pudo haber llevado Celso Pulido en Coatzacoalcos, donde operó con todo la ex diputada federal Gloria Rasgado Corsi, que esta vez orientó la votación a favor de Sergio Rodríguez, de la corriente Foro Nuevo Sol, con quien ella hizo fórmula como candidata a la secretaría general del PRD estatal.
Hoy es tema de análisis en el seno de la tribu Nueva Izquierda, la corriente que encabeza el chucho mayor, Jesús Ortega Martínez. Si la hubieran tomado en cuenta, Celso Pulido ya fuera el presidente del PRD estatal electo...