* El avioncito de Theurel, a Villahermosa * Intento de violación acallado * A Marcelo se le acaba la cuerda * La playmate de Marcos * Todos metieron mano
Más por lo que sabe que por lo que vale, Adrián Pérez Martínez es un joker en la baraja de Marco César Theurel Cotero, desde los días en que en la Secretaría de Comunicaciones de Veracruz generaba fortunas bienhabidas, pero sobre todo malhabidas, hasta su paso por la Secretaría de Obras Públicas en Coatzacoalcos, cuando perpetró, según el alcalde, el robo de 4 millones de pesos.
Atesora información clave, nombres y rostros, cifras y quejas, de cada contrato y lo que pagaron los constructores por obra asignada, el diezmo en lenguaje coloquial, ese al que definió Theurel como “el sancho”, pues todos, dijo ante el Congreso en una desafortunada comparecencia, todos hablan de él pero nadie lo ha visto.
No necesitaba ser un funcionario de alto nivel en la SECOM, pues ese rango lo tenía reservado el secretario Theurel —“Te rompo tu puta madre”— para su burocracia técnica y sus gatos de angora, un séquito especializado en vigilar que las obras carreteras y el sueño de los mil puentes fuera material vendible en la desenfrenada oleada propagandística de la fidelidad. Para él había algo mejor.
No hubo contratista que le diera la vuelta a un extraño asesor del secretario Theurel, que no opinaba sobre precios unitarios y proyectos ejecutivos, sino sobre quién ya se puso, con cuánto, y a quién había que mandar al diablo. Hacía relaciones públicas, don Adrián, comía por invitación y bebía sin moderación, a cargo, invariablemente, del ejército de constructores que por un contrato de obra daban un diezmo y algo más.
Su Waterloo, sin embargo, lo vivió en Coatzacoalcos. Director de Obras Públicas Municipales, primero, secretario después, subió al cielo Adrián Pérez y en un instante se despeñó hasta tocar las puertas del infierno.
Salió por la puerta trasera, maquillada por el alcalde Theurel como una renuncia por motivos personales y para dedicarse a proyectos políticos. Pero cuando se desató el escándalo por la difusión de un audio en que el presidente municipal de Coatzacoalcos insulta al constructor Mario Alberto Escobar Guzmán, “Travis”, al negarse a pagar trabajos pendientes, se escuchó decir al edil que su fiel Adrián Pérez, alcahuete en mil trastupijes, era el responsable del robo del presupuesto por 4 millones de pesos destinados a la limpieza de canales pluviales.
“Se lo robó todo”, repetía remarcando sus palabras Marcos Theurel —“Te rompo tu puta madre”— en ese célebre audio que además desnudó sus problemas de conducta y una evidente bipolaridad, explosivo carácter, violento, prepotente y lenguaje de arrabal.
“Adrián se chingó todo, todo. Cobraron 4 millones de renta (de maquinaria para desazolvar canales). Está pagado. 4 millones… 4 millones… está pagado”.
Días después, hurgaba el alcalde en la llaga. Intentaba parar el escándalo suscitado por el audio, todo un festín de leperadas del que ya no se pudo reponer. Insistía en que Adrián Pérez había falseado información y cobrado por trabajos realizados con personal del Ayuntamiento de Coatzacoalcos.
“Hay pruebas de un fraude muy grande que descubrimos en Obras Públicas con el pasado secretario Adrián Pérez Martínez. Eso causó que él saliera. Son múltiples pruebas de obras que se querían cobrar cuando las hizo el Ayuntamiento y el personal sindicalizado. Se detectaron facturas apócrifas”, dijo.
Ofreció que denunciaría penalmente a su ex secretario de Obras Públicas, pero no lo hizo. Tampoco exhibió las supuesta facturas apócrifas de Adrián Pérez. Era un show.
Documentos internos de la Secretaría de Obras Públicas demostraron tiempo después que una de las empresas que cobraron por trabajos de desazolve es Factores del Istmo, S.A. de C.V., propiedad del director de Adquisiciones del Ayuntamiento de Coatzacoalcos y protegido del alcalde, Brian Carlos López Mendoza, involucrado tiempo atrás en la clonación de tapetes industriales y detenido por la Policía Federal Preventiva.
Otro documento, demuestra que las rentas de maquinaria fueron avaladas y aprobadas por Marcos Theurel, lo que contradice su argumento de que el arrendamiento está prohibido en su administración. Se trata de un oficio suscrito por el ex coordinador del Área Técnica, Rodolfo Morales Salas, enviado al secretario de Obras Públicas Municipales, Daniel Aguilar Avendaño, el 17 de noviembre de 2011, tras ser apretado por el contralor Rafael Tejeda Patraca para que explicara de qué tamaño fue el atraco en el programa de desazolve de canales pluviales.
Morales tácitamente responsabilizó al alcalde Theurel. Dice que debió ajustar en precios unitarios los gastos de mano de obra y maquinaria con la ayuda del ingeniero Miguel Angel Velázquez, “los cuales desde mi punto de vista fueron excesivos, pero finalmente autorizados por el alcalde”. Morales, un fiel escudero de Adrián Pérez, implicó así al presidente municipal en el supuesto fraude de 4 millones de pesos, las “rentas prohibidas”.
Ese arrendamiento, la tarifa fijada por Theurel Cotero y la revelación de Morales, implica también a Factores del Istmo, del director de Adquisiciones Municipales, Brian Carlos López Mendoza, y a otra empresa ligada al alcalde, Desarrollo de Construcciones y Ecología (DECOE), a la cual el Ayuntamiento le arrienda maquinaria en el basurero municipal y para el mantenimiento de vialidades, según revelan siete contratos.
Un tercer documento sobre el tema, suscrito por un constructor local, dice categórico: “Robo es lo que cometió Adrián Pérez Martínez en la limpieza de canales, en 2011; robo que ascendió a 4 millones de pesos, según lo denunció en un audio el alcalde Marcos Theurel. Será una persona sin escrúpulos, perversa y bipolar, pero es el alcalde, y una denuncia de esta naturaleza contra su ex secretario de Obras, Adrián Pérez Martínez, es demoledora porque se tipifica como robo al erario público y al que comete un robo de esta naturaleza se le tipifica como ratero de cuello blanco, que generalmente son solapados por los gobiernos y los partidos políticos a los que pertenecen”.
Pasivos, el Congreso de Veracruz y la Procuraduría de Justicia nada hicieron contra quien fuera brazo derecho de Marcos Theurel, ni el alcalde denunció a Adrián Pérez como lo ofreció.
Así se solapan unos a otros, al tiempo que Adrián Pérez se enfrasca en una nueva aventura: ser alcalde de Emiliano Zapata, municipio conurbado a Xalapa, sólo si a los electores les pasan de noche que Marcos Theurel lo responsabiliza de un robo de 4 millones de pesos, categorizado como un raterazo, solapado por el PRI y a centímetros que la oposición le active una denuncia por peculado, que implicará de paso al cabildo de Coatzacoalcos, su síndico Roberto Chagra y quienes aprobaron la cuenta pública.
Mientras, Adrián cuenta a los suyos que Emiliano Zapata esta vez no se le va, pactada la candidatura con el alcalde actual y con los grupos priístas, a los que con antelación sometió.
Su historia no termina ahí. Sin rienda, Coatzacoalcos fue para Adrián Pérez el desenfreno total, el éxtasis. Se le supo atento, extremadamente caballeroso con una fémina a la que le endilgó el apodo de La Loca, y otras dos de Acayucan, tan motivado que les obsequió llantas para su Jeep Liberty, color verde, obviamente no pagadas de su bolsillo sino que las hizo liquidar al constructor Daniel Aguilar Avendaño, a la postre su relevo en Obras Públicas.
Su historia es para llevarla al cine.
Archivo muerto
Presa del escándalo, Marcos Theurel ordenó el traslado de su nuevo avioncito, un Beechcraft Bonanza, del aeropuerto de Canticas a Villahermosa, Tabasco. Entripado, en su estado natural, el alcalde de Coatzacoalcos sacó de la escena la nave cuando aquí, en INFORME ROJO, se dio santo y seña de su nueva adquisición, y en las redes sociales se lo comieron vivo. Nunca la imprudencia ha sido buena consejera…
¿Quién es ese funcionario del Ayuntamiento de Coatzacoalcos, implicado, hará dos semanas, en un intento de violación? Ocurrió el viernes 10. Concluía un festejo de cumpleaños, cuando la joven secretaria decidió retirarse y el rufián, muy solícito, le ofreció un aventón. Ella, sin pensar lo que habría de ocurrir, aceptó de buena gana. El, que debió llevarla al fraccionamiento Las Gaviotas, no paró ahí. Se dirigió al motel La Hacienda, pese a los reclamos de la joven, quien en el trayecto mensajeaba desde su celular pidiendo ayuda. Ya en su interior, el funcionario theurelista insistía en tener un agasajo del tercer tipo. Súbitamente, y para fortuna de la chica, irrumpieron en el motel sus amigos y la rescataron de lo que tácitamente era un secuestro, a punto también de ser violada. Ahí quedó el tema. La denuncia está en suspenso, por si el funcionario reincide. No es la primera que hace. Una tal Isabel, en otros tiempos, lo pescó en el trance, forzando a una joven en un baño, y lo reventó…
Sueño efímero de Marcelo Montiel Montiel de ser secretario de Desarrollo Social. Prepara ya las maletas y deja, contra su voluntad, la política estatal. Nada le garantiza ser alcalde de Coatzacoalcos por tercera ocasión y sí, en cambio, enfrentado a todos los grupos priístas, un sonoro descalabro. La SEDESOL de Veracruz, pensada originalmente para Erick Lagos Hernández, líder actual del PRI, será para Alberto Silva, alcalde de Tuxpan, El Cisne narcisista, ligado al hermano de Francisco Colorado, detenido y procesado en Estados Unidos por vínculos con Los Zetas…
Funcionarios de Obras Públicas y ex funcionarios, un supervisor de SEDESOL, vínculo entre marcelistas y theurelistas, Miguel, Adrián, Rodolfo y una joven y activa priísta, todos implicados en la difusión de las fotos de la playmate del alcalde Marco César Theurel Cotero. No son dos fotos, más que sugestivas, por cierto; son cinco. Y pensar que la playmate, en un arranque de celos, hizo despedir a Luz, la secretaria de cabecera de su marido, herida cuando supo de la infidelidad. Y a todo esto, ¿pues qué se habría tomado —alcohol, droga o las dos— cuando posó, así, para la lente?…
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