* Reynaldo llegó tarde al informe de Marcelo * Duarte llegó más tarde

Emplear un tono altanero y hasta violento, ha sido una característica del discurso de la organización priísta Antorcha Campesina. Ataca, embiste y se da el lujo, incluso, de sacudir al gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, conminarlo a otorgarle carta de impunidad y situar a sus líderes a salvo de la justicia.

Su más reciente bravuconada la dio mediante un desplegado en Diario del Istmo, el jueves 26 de noviembre, donde protestó con tal energía por la detención de su líder regional, Pergentino Cortés Girón, seis días antes, que hasta el jefe de las instituciones veracruzanas debe haber sentido que las corvas le temblaban.

Relató que por un conflicto agrario, campesinos del ejido Las Palomas fueron víctimas de una resolución judicial que, desde su óptica, los despojó de un predio de 237 hectáreas, el cual fue asignado al hoy agente municipal de San Pedro Soteapan, Malaquías Soto Pascual, sobre el que el desplegado antorchista vaciaba no sólo su furia sino una serie de epítetos donde lo describían como ambicioso y calumniador.

El escrito, publicado a media plana, dirigido al gobernador Fidel Herrera, servía también para cuestionar lo que calificó como una supuesta detención del nunca bien ponderado Pergentino Cortés, y conminaba a los medios de comunicación a no hacerse eco de informaciones falsas y tergiversadas, una “campaña mediática de difamación”, según sus términos. Y negaba que hubiera ocurrido tal aprehensión.

Con la valentía que distingue a quienes se sabe incontrolable, el movimiento antorchista le recordó a don Fidel Herrera que los gobiernos federal y estatal “están dejando que se abuse de la ley, lo que sin duda detonará en un conflicto social en la zona”.

A la prensa la invitó a investigar el origen del conflicto “y no difundan las calumnias lanzadas por el supuesto propietario”, y señaló que la detención de Pergentino Cortés está siendo “magnificada en algunos medios de comunicación por los cacicazgos regionales”.

Antorcha Campesina advirtió que defenderá a Pergentino Cortés, al que, según afirma, “se le pretende fabricar artificiosamente causas penales para reprimirlo”.

Pues bien, Antorcha Campesina miente y se va de boca.

 

Pergentino Cortés sí fue detenido por elementos de Seguridad Pública de Veracruz bajo las órdenes del comandante Inocencio Chiquito Lara. Lo hicieron en atención a la orden de aprehensión número 3175, girada por el Juzgado Primero de Primera Instancia, como parte de la causa penal 205-2009.

 

Fue remitido al reclusorio regional de Acayucan. Sin embargo, lo dejaron en libertad minutos después, según el jefe policíaco, porque amenazaba Antorcha Campesina con movilizar miles de campesinos para convulsionar el sur de Veracruz. La burla al juez y a la justicia fue evidente.

Al margen de que se trata de un hecho que cuestiona el régimen de derecho, el tono beligerante con el que se dirige al gobernador Fidel Herrera es inusual. Antorcha Campesina es una organización con intereses en el PRI. Existe una fotografía en que su líder estatal, el ex diputado local Samuel Aguirre, le levanta la mano al delfín fidelista, Javier Duarte de Ochoa, a quien pretenden ver como sucesor de Fidel Herrera.

Esa vinculación entre Antorcha Campesina y Javier Duarte se hizo patente en Coatzacoalcos, cuando Pergentino Cortés encabezó la invasión de 10 hectáreas del predio Punta Diamante, como una forma de presión al constructor y propietario Oscar de la Cruz Cruz. Tres hectáreas del predio las reclamaba como suyas el empresario Jesús Antonio Macías Yazegey, socio y copropietario de Parque Tecnológico Puerto México, además de suegro incómodo del diputado Duarte y que finalmente debió entregar al dueño por haberse demostrado que se trataba de un vil despojo.

De ahí surgieron las acusaciones que implicaban a Antorcha Campesina como una organización duartista “contratada” por Macías Yazegey para apoderarse de Punta Diamante.
Pergentino Cortés fue en ese momento el líder de la invasión y el vocero de las causas perdidas.

 

Su historial, sin embargo, va más allá de Punta Diamante o del ejido Las Palomas. Tiene aristas espinosas en Chicontepec, Benito Juárez, Chalma, Tantoyuca, Tempoal, Ixcatepec, Poza Rica, Cazones y San Rafael.

Su origen se remonta a la Organización Agraria General Emiliano Zapata, donde ocupó la dirigencia tras el asesinato del líder campesino Venancio Chávez Alvarez. Luego se unió a Antorcha Campesina; fue apadrinado por Miguel Angel Yunes Linares y ahora es seguidor de Javier Duarte El Gordo de Ochoa. Es camaleónico.

 

Sólo que esa es otra historia. Seguimos.

Como suele ser su costumbre, el secretario de Gobierno de Veracruz, Reynaldo Escobar Pérez, llegó tarde al Segundo Informe de labores del alcalde de Coatzacoalcos, Marcelo Montiel Montiel.

 

A las 8:10 de la noche, 40 minutos después de iniciado el evento, hizo su arribo, medio atropellado, medio fuera de foco, aplaudiéndose a sí mismo, el funcionario estatal.

 

Y eso que traía la representación del gobernador Fidel Herrera Beltrán... Y el que de plano ni llegó a tiempo al informe marcelista fue el diputado Javier Duarte de Ochoa. Ya había concluido el evento, cuando el delfín fidelista venía como alma que lleva el diablo en un convoy de cinco autos, una de sus tantas exageraciones que lo exhiben como un político inflado, sobrado de pedantería.

 

Su justificación fue que por el fuerte viento, no autorizaban que descendiera el avión en que se transportaba. Gracias a ese retraso, la mayoría de los asistentes ni se enteraron que estuvo en Coatzacoalcos...