* Theurel, zarandeado por los guaruras del gober * No lo peló Duarte en Acayucan * Cuando Edgar Cisneros fue baleado * El funcionario electoral y sus historias * Brian Carlos, “representante legal” del Ayuntamiento * Pistola en mano, amenaza a proveedor de gradas * Amagan con reventar instalación de consejos distritales
A gritos y manotazos, condenas y arañazos, panistas y perredistas van sacudiendo, desgastando y tambaleando la alianza política que puede darles el control del Congreso local y las principales alcaldías y prácticamente amarrar la gubernatura de Veracruz. Han de tener ganas de perder la próxima elección.
Su pleito es por cuotas de poder, porque al fin seres con hambre y ambición, los ayuntamientos y las curules significan dinero y estados de bienestar, la jauja desenfrenada y el placer, contratos de obra, prestación servicios y prebendas millonarias, eso que de palabra le combaten al PRI y que en los hechos imitan con admirable maestría.
Van y vienen con su sonsonete de que la alianza se cae pues ni los panistas son mejores que ellos, dicen los perredistas, ni los socios del partido del sol azteca son mejores que el panismo moderno, presumen los militantes del PAN.
Torpedeada desde antes de nacer, la Alianza por Ti tuvo que aguantar la mala leche del gobernador Javier Duarte de Ochoa y los caciques priístas que no duermen de tan solo pensar en la vapuleada que le auguran al PRI en la elección del 7 de julio.
De neurona corta, como son, el gordobés y su pandilla pudieron hacer más en su labor de sabotaje, pero el seso no les dio y terminaron reduciendo su argumento a los eslogan más torpes que pudieron hallar: “el agua y el aceite no se llevan” y “esa alianza es antinatural” para intentar permear la idea de que el acuerdo PAN-PRD era como hacer un pacto con el diablo.
Habría que ver el ridículo que hicieron los amanuenses periodísticos del doctor Duarte y su vocera, doña Gina Tirana Domínguez, para denostar y cebar la alianza, concretada finalmente el 31 de enero.
Los Cambranis en el PAN, los Vergel en el PRD, las rémoras de uno y otro que hoy presumen de ser aliancistas a ultranza, se ufanaban de tener candidatos propios, capaces de ganar cualquier elección. Seguro que sí. Quizá por ello, por su pobreza política y su incapacidad para enfrentar las marrullerías electorales del PRI, ni PAN ni PRD gobiernan en Xalapa, Veracruz, Boca del Río, Córdoba, Orizaba, Poza Rica, Coatzacoalcos, Acayucan y Minatitlán. O sea, sólo les dejaron los ayuntamientos morralla.
Otros adalides de la oposición, como el ex diputado local perredista Manuel Bernal Rivera, encantado por el fidelismo en sus días de legislador, expresaban abiertamente su rechazo a la alianza, y una vez que se dio, reclamaba que el PAN se hubiera “agandallado” 87 candidaturas a alcaldías en posiciones que debían ser para el PRD.
Hoy, sin embargo, el conflicto se finca en la ambición de los grupos panistas y perredistas y en la soberbia de sus líderes por la conformación de las planillas y la posición de las corrientes para acceder a las regidurías.
En Coatzacoalcos, donde el PAN postulará a Gonzalo Guízar Valladares, candidato a la alcaldía, la sindicatura es pleito mayor entre el ex priísta Alejandro Wong Ramos y la ex candidata a diputada federal Rocío Nahle García, ambos del PRD. De los dos no se hace uno, pues aquel va de escándalo en escándalo y de denuncia en denuncia, casi todas por agresión, y ésta por su paranoia política que la alejado de todas la tribus.
Acayucan es otro foco rojo. El perredismo rechaza a Abel Vázquez González, medio hermano del extinto cacique Cirilo Vázquez Lagunes, sabedores de que en cuanto asuma la presidencia municipal, daría el bandazo para asumirse priísta, tal como ocurrió con sus sobrinos Regina y Fabiola Vázquez Saut, Cirilo y Ponciano Vázquez Parissi.
Por su parte, el PAN peca de soberbio. En Las Choapas, por ejemplo, sus dirigentes invitan al perredismo a sumarse al trabajo que vienen realizando. Pero no hay diálogo.
Complicado de por sí, el futuro de la alianza se agravó cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado de Veracruz metió ruido con una sentencia que deja en manos de un consejo estatal espurio la suerte del pacto PAN-PRD. Emitió una sentencia adversa a la dirigencia perredista e integró una lista de consejeros estatales con cien personajes que nada tienen que ver con el PRD y que se presume traen línea del gobierno duartista para desechar el pacto.
Tan bien que pintaba la Alianza por Ti, pero comenzó a desteñirse.
Archivo muerto
Atrapado en sus iras y rabietas, Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”— volvió a las andadas. Lo comía el rencor, su multipolaridad, mientras escuchaba de labios del gobernador Javier Duarte los nombres de un alcalde, y otro, y otro, y otro, pero no el suyo, presentes todos en la reunión de Acayucan, el martes 12. Así vivía la indiferencia del gober Duarte y así aguantó las burletas y la mordacidad de todos. Theurel el inexistente. Concluyó el evento; el gober se encaminó a su helicóptero, rodeado de su equipo de seguridad. Theurel lo seguía y apresuraba el trote. Cuando llegó a un punto, un guarura le cerró el paso. “Hasta aquí”, fue la orden, los brazos extendidos. Theurel quiso imponerse. “Soy el alcalde de Coatzacoalcos”, vomitó con gesto locuaz. Insistió y pretendió usar el físico regordete, pero ni así. En el jaloneo, casi pierde la camisa. Enrojecido el rostro, los ojos desorbitados, Marquitos era el vivo retrato del diablo. Otro guarura entró en escena hasta someterlo. A unos metros, serio, guardando la sonrisa hacia sus adentros, Javier Duarte sólo mecía la cabeza reprobando el show. Pero nada dijo y nada hizo, porque a él le encanta ver suicidarse a sus enemigos. Dejó a Theurel matarse solo. Lo observaban también, azorados, Fabiola Vázquez Saut, la presidenta municipal de Acayucan, y toda la corte. Horas después, lanzaba el Rey de Chuecolate su respuesta: Esto no está definido, dijo a sus voceros del Istmo, a ocho columnas; la candidatura a la alcaldía vendrá por encuesta. Sí, pues. “Nuestro gobernador tomará una decisión bien pensada y razonada, y que nos dé la fortaleza que se requiere para esta elección”, expresó con la estocada a medio lomo. O sea, Javier Duarte metido en política partidista, transgrediendo estatutos, dedo elector en el PRI. Si lo es, pero dicho por Theurel es —y será— arma para la oposición para demostrar que el gobernador viola los principios de imparcialidad y contamina el proceso electoral. ¿Fue desliz verbal de Marcos? No, fue revancha por la zarandeada que le metieron los guaruras del gobernador y la frustración de no lograr para su Lu-pilla Félix ni la presidencia del Club del Hogar. Que alguien le diga que Theurel y Duarte no son iguales aunque los haya parido el mismo semental…
Tiene historial Edgar Cisneros Tejeda, presidente del Consejo Distrital Electoral: juicios mercantiles, que son su especialidad; abogado de adinerados proclives a acaparar tierras ajenas; un vínculo estrecho con Jesús Antonio Macías Yazegey, el suegro incómodo del gobernador Javier Duarte, y un hecho de sangre del que fue víctima casi mortal. Ocurrió éste el 11 de agosto de 2011, cuando un desconocido lo baleó en el estacionamiento de Plaza Forum, ahí frente a su familia. Cisneros Tejeda fue internado en el sanatorio Semedis y, por fortuna, salvó la vida. Horas más tarde, la policía detuvo al individuo, acusado de escandalizar en la cantina Pico de Oro y de traer sangre en sus ropas. La esposa de Edgar Tejeda, Patricia Cruz Jiménez, lo reconoció como el agresor. Dijo llamarse Jorge Alberto Colorado Teutli. Dicen los que saben que aquello fue un atentado y que llevaba mensaje. ¿Para quién? ¿Para Edgar Cisneros o para sus auspiciadores?...
Una más del siniestro Brian Carlos López Mendoza, director de Adquisiciones en el Ayuntamiento de Coatzacoalcos. Amedrentó y privó de su libertad por tres horas a uno de los proveedores de gradas para el Carnaval Coatzacoalcos 2013. Lo citó en el inmueble municipal; de ahí lo subió a una camioneta Ford Lobo, y lo condujo hasta un casa, situada en José María Caracas y Juventino Rosas. Ahí tuvo al proveedor, Aurelio Marín Hernández, representante de la empresa Abastecedora y Proveedora Familia Marín, S.A. de C.V., a quien le exigía que le devolviera el contrato que Brian Carlos López Mendoza firmó con carácter de “representante del Ayuntamiento”, lo cual es un abuso de autoridad pues sólo el alcalde Marco César Theurel Cotero, el síndico Roberto Martín Chagra Nacif y los abogados autorizados tienen esa condición. Brian Carlos echaba abajo la operación; se negaba a pagar los 696 mil pesos por el servicio de 20 mil gradas; ofrecía pegar en efectivo, sin documento alguno. Aurelio Marín, acompañado de su hijo, lo vieron llegar; desenfundó un arma que traía en la cintura y la colocó sobre el escritorio, visible, lanzando el mensaje. Minutos después llegó el licenciado Argüelles, presumiblemente, el director jurídico municipal, también acompañado de dos guaruras que exhibían armas largas. Ambos discutieron en una oficina contigua. “Te excediste”, se escuchó decir a Argüelles. Minutos después, Brian Carlos insistía en recuperar el contrato y amenazaba con demandar por incumplimiento de contrato. Dejó ir a Aurelio Marín y a su hijo, a cambio de que le devuelvan el contrato. Pero haberse ostentado como “representante del Ayuntamiento de Coatzacoalcos” es un delito. Y portar armas, exhibirlas, lanzar amenazas, son otros, peores aún. ¿Lo sabrá el Ejercito o la Marina? Este viernes 15, Brian Carlos López Mendoza será denunciado en instancias penales. Brian Carlos, que en sus ratos libres es funcionario municipal y de tiempo completo es proveedor y contratista, es el mismo que fue detenido en flagrancia cuando clonaba tapetes ecológicos, violando la propiedad industrial, protegido del alcalde Marcos Theurel…
Fuego a discreción, hoy, en la instalación de consejos distritales electorales en Veracruz. No será a la misma hora, sino en eventos escalonados, en treinta sedes. Anuncia la oposición ajetreo, condenas y rechazo por la infiltración de consejeros priístas o vinculados a caciques y rufianes del PRI, que de antemano advierten el cochinero que será la elección del 7 de julio para renovar el Congreso de Veracruz y las 212 alcaldías. Se ve que el nuevo PRI va a recurrir a las mismas cochinadas del viejo PRI…
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