* Brenda Manzanilla y sus escapadas al cine * Edil de Coatza roba 15 hectáreas en la novena etapa del malecón * El chef de Marcos
A los tumbos, en su tobogán emocional y en sus rencores multipolares, Marco César Theurel Cotero va dejando el ayuntamiento de Coatzacoalcos con más pena que gloria, y no fue un evento político sino un pedazo de circo popular, el carnaval del odio, el colofón de su malograda alcaldía.
Perdido en su desgracia política, Theurel —“Te rompo tu puta madre”— llevó el carnaval Coatzacoalcos 2013 a la arena política, maniobró y mintió, fue vapuleado, suscitó violencia, tomó revancha y humilló a su acérrimo enemigo, el diputado federal Joaquín Caballero Rosiñol.
De inicio, el carnaval de Theurel ya venía aquejado por la mala fortuna y la desventura. El sábado 16, entre Matías Romero y La Ventosa, en el estado de Oaxaca, falleció en un accidente automovilístico Jennifer Santos Jiménez, quien fuera reina del carnaval 2012. También perdieron la vida su madre y su novio. Mal augurio.
Un día antes, el viernes 15, dos mariscales de campo en la pandilla theurelista, Brian Carlos López Mendoza, director de Adquisiciones en el Ayuntamiento de Coatzacoalcos y simultáneamente contratista, y Benito Argüelles Calzada, director Jurídico, fueron denunciados por privación ilegal de la libertad con fines de extorsión en agravio del proveedor de gradas Aurelio Marín Hernández.
Brian Carlos, un nauseabundo funcionario que provoca hedores a su paso por el servicio público, empleado de medio pelo con aires de soberbia, había suscrito un contrato con la empresa Abastecedora y Proveedora Familia Marín, S.A. de C.V. en el que se ostentaba como “representante del Ayuntamiento”, lo que además de ser una mentira es un delito, pues el mentado López Mendoza incurrió en usurpación de funciones.
Quiso recuperar el contrato al precio que fuera, cancelados los servicios que había requerido, por casi 700 mil pesos, pero se negaba a pagar el traslado de las gradas, es decir los servicios ya prestados. Citó al proveedor, lo condujo a su casa en la colonia Guadalupe Victoria, le exhibió un arma para intimidarlo y ejerció presión psicológica, amén de retenerlo contra su voluntad. El rufián que se siente blindado.
Ahí llegó el director Jurídico del Ayuntamiento, Benito Argüelles Calzada, no se sabe si para levantar un acta o para certificar la privación ilegal de la libertad. Ya en corto, encerrados en oficina aparte, se le escuchó decirle a Brian Carlos López Mendoza que se había excedido. Todo consta en la denuncia que interpuso Álvaro Marín ante la agencia del Ministerio Público del Fuero Común.
No había salido de esa Marcos Theurel —“Te rompo tu puta madre”— cuando ya era objeto del escarnio público pues la farándula le hizo pasar una mala semana. Su staff anunciaba desde mediados de febrero la presencia del cantante colombiano Juanes, de quien ufanos destacaban sus éxitos, sus gramys y las mil coronas que trae encima. Pues no. Juanes ni enterado estaba que en Coatzacoalcos ya lo promocionaban para el carnaval y el asunto se cayó.
Lanzó entonces otra bola de humo: Enrique Iglesias, más fama que logros recientes. Pues tampoco. Sus fans se quedarían sin escuchar Por Amarte, Experiencia Religiosa, Si tú te vas o No llores por mí, cuando el cantante español colocó en su página oficial en internet un mentís contundente que sacudió a Theurel y a su pandilla.
“Aviso a nuestras fans: se ha anunciado que Enrique tendrá un show en Coatzacoalcos, Veracruz, este sábado 23, pero es falso. Nos invitaron de último momento y es imposible por el poco tiempo lograr hacerlo. El evento NO está confirmado. Como siempre, si no está en las páginas oficiales de Enrique, no existe.”
Theurel, que le gusta meter las manos al fuego y quemarse, publicó entonces, el 20 de febrero, un tuit con el que se quiso justificar:
“PARA QUE NO HAYA DUDA SI HUBO CONFIRMACION, FUERON CUESTIONES TECNICAS”.
Como haya sido, Enrique Iglesias no llegó y el bochorno, atizado por sus enemigos políticos, lo tuvo que aguantar. Optó por contratar al dominicano Juan Luis Guerra, quien se presentó el sábado 23.
Otra metida de pata fue el anuncio de la presentación del actor cubano William Levy, quien participaría en el paseo del carnaval. El 21 de febrero, en su cuenta de Twitter, Levy lo desmintió:
“Una disculpa a mi gente del #CarnavalCoatza2013 Sábado 23 d Febrero pero Yo No estaré presente. Nunca supe de esto. Los quiero”.
Obvio que sus enemigos, los marcelistas por delante, acribillarían a Theurel en las redes sociales, convertido el alcalde de Coatzacoalcos en el mayor mentiroso y maniobrero que la terca memoria recuerde.
Llegó el viernes 22. Gris y desangelado, el primer paseo del carnaval mostraba gradas vacías, escasa afluencia, burlas y gritos procaces, mientras el alcalde Theurel desfilaba al frente del contingente, su esposa Lu-pilla Félix junto a él con su inseparable mezclilla, la playera del año anterior y el maquillaje a la Río de Janeiro, rodeados por policías, navales y grupos de choque, en la más patética escena del miedo. A su lado y circundándolo, sus regidores, entre ellos Pulgoso Lagunes, hasta hace unas semanas sospechoso de drogarse, según insinuación del alcalde, y las bailarinas de AXE Bahía y los hilitos que las cubren, un grupo que ya es parte del inventario oficial del evento.
Esa noche, a unos metros del alcalde Theurel, a la vista de todos, sus guaruras sometían al reportero gráfico Gabriel Gutiérrez Baeza por el delito de tomar fotografías. Al frente del grupo de choque se hallaba un priísta de nombre José Luis Vasconcelos Ramos, aviador inscrito en la nómina, adscrito a la Secretaría de Gobierno Municipal, con la ficha 12064, con salario de 114 mil 897.90 pesos anuales, menos de 9 mil pesos al mes, que cobra pero no devenga, cuyo ingreso al ayuntamiento está registrado el 16 de julio de 2011.
Dos de los guaruras tomaron de los brazos a Gabriel Gutiérrez Baeza, lo inmovilizaron, mientras uno más le asestaba un golpe en las costillas. “Y hazle como quieras. A nosotros nos protegen Los Zetas”, gritó José Luis Vasconcelos. ¿Los guaruras de Theurel ligados al crimen organizado? ¿Lo sabrá la Marina, el Ejército, el gobernador Duarte, Luis Videgaray?
Un día más tarde, los odios de Theurel y su pandilla se enfocaron al diputado federal y aspirante a la alcaldía de Coatzacoalcos, Joaquín Caballero Rosiñol, quien pagó con el ridículo las ganas de meterse en el avispero theurelista.
Theurel; el ex alcalde Iván Hillman Chapoy, conserje político del gobernador; el secretario de Turismo, Harry Grappa, y el subsecretario de Gobierno, Enrique Ampudia, con lugar preferente en el palco de honor, echaban ojo lascivo a las danzantes carnavaleras, la baba caída, mientras Caballero casi suplicaba que lo dejaran pasar.
Tajantemente le decían que para él no había lugar. La orden provenía de la hermana del alcalde, Alejandra “Peri” Theurel, doña Tepo, y los ejecutores eran Brian Carlos López Mendoza y Benito Argüelles, los denunciados por privación ilegal de la libertad con fines de extorsión, finísimas personas, pues.
Ahí tuvieron al diputado federal hasta que se apiadaron de él y lo subieron lo más retirado que se pudo de los imanes de la fiesta, mientras los representantes del gobernador Javier Duarte, Grappa y Ampudia, se preguntaban en qué crucero se les perdió Caballero.
No fue un carnaval más; fue un carnaval de odio.
Archivo muerto
De historias non sanctas está saturada la política. Brenda Manzanilla Rico tiene la suya. Aspirante a alcaldesa de Nanchital, el único mérito que la adorna es ser comadre del notario Miguel Yuen Ricárdez, hijo del presidente municipal, Alfredo Yuen Jiménez. Su otro flotador es su mamá, la ex munícipe Teté Rico Martínez, quien aún no respira tranquila pues tiene encima una denuncia de la Sección 11 del sindicato petrolero por disponer de un terreno propiedad esa organización. O sea que esa carta mejor no jugarla, no vaya a ser que le reactive el expediente y mandé a la mamá a la cárcel. Brenda es próspera para hacer negocios sobre todo cuando está inscrita en la nómina oficial. Fue presidenta del DIF de Nanchital, pero dedicaba todo su tiempo a su salón La Fiesta, el mejor de la comarca, sobre un terreno que le costó alrededor de un millón de pesos y le ha inyectado otro millón o más para acondicionarlo con pisos de lujo, mobiliario, cortinas y aire acondicionado. ¿De dónde? ¿Acaso de los diezmos del trienio anterior? Su hoja de servicios, sin embargo, tiene pasajes borrascosos y también morbosos. En horas de trabajo, solía trasladarse a Coatzacoalcos en compañía del subdirector del DIF, Alfredo Garrido Flores, a “atender asuntos inherentes a su encargo”. Y así lo hacían hasta que un día el marido los sorprendió en tan noble tarea, sí, en el cine, en Plaza Forum, cada uno con su combo, palomiteando y cocacoleando. Hubo escándalo e infierno grande, como debía ser. Ya apaciguado el dime-que-te-diré, encuerdada por el notario Miguel Yuen, que se cree estratega electoral, y por su esposa, que es uña y mugre de Brenda Manzanilla, ésta jura que será alcaldesa de Nanchital. ¿Será o sólo quiere negociar la sindicatura o una regiduría? ¿Y será que el PRI, con semejantes manchas, la quiere postular? Hay más historias de la terrible Brenda, disfrútense a retazos, porque la gula es mala consejera…
¿Quién es ese edil priísta que se agenció 15 hectáreas de la reserva territorial de Coatzacoalcos, por ahí, por donde pasará la novena etapa del malecón? No le costó un centavo el megapredio; cobrará la afectación por la obra del bulevar, y una vez urbanizado el terreno —pavimento, alumbrado, drenajes— podrá venderlo a precio de oro. Sí, es él…
Que el chef es testigo de primera fila del show bipolar del alcalde Marcos Theurel. Testifica, pues, que el estado de tensión que vive el edil de Coatzacoalcos por su urgencia de liquidar facturas a discreción, todas para sus empresas, vía prestanombres, es de antología. En casa, Theurel ordena, exige a Mary Mora, la directora de Egresos, que pague todo, todo, absolutamente todo, así se embarre en lo que sea. Estrujado el teléfono en sus manos, grita Theurel que para eso es el crédito de 350 millones que concertó con BANOBRAS, del cual liquidó 200 millones de deuda que le heredó su antecesor, mentor y castigador, Marcelo Montiel Montiel. En cosa de semanas, de los 150 millones restantes casi no queda nada en las arcas municipales y sí en las cuentas de la pandilla feliz. Mientras, el chef cocina y sus oídos escuchan lo que los otros no tienen el cuidado de ocultar…
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