* Marcelo y su agradecimiento a Mariano Moreno * De tesorero a payasito * Hillman ambicionaba 4 hectáreas en Punta Diamante * Ayuntamientos veracruzanos se endeudan * La buratilización fue un engaño * Endeuda a los municipios y falta dinero para obra pública

 

Don Fidel Herrera Beltrán, el señor feudal de Veracruz, es presa de sus miedos. Le teme a la pérdida del poder; a las consecuencias jurídicas que enfrentará por el atropello a las leyes; al abuso de sus actos de gobierno, y al juicio de la historia por la quiebra financiera derivada del dispendio y del engendro bursátil que llevó a la entidad a un endeudamiento brutal de 35 mil millones de pesos.

Políticamente, fidelidad se ha convertido en sinónimo de suciedad. Bajo esa norma se condujo el Consejo Político Estatal del PRI, el sábado 12, en Boca del Río. Tenía como misión definir el método de selección de sus candidatos a cargos de elección popular en los comicios del año 2010 y para ello el punto clave era agenciarse la voluntad de los consejeros y manejar las votaciones.

Fidel y los suyos actuaron como perredistas en decadencia. Para excluir a los seguidores de sus enemigos, rasuraron a los consejeros etiquetados como incómodos, aquellos identificados con dos de los aspirantes a la candidatura al gobierno de Veracruz: Héctor Yunes Landa y José Francisco Yunes Zorrilla. Les negaron la acreditación con los métodos del viejo PRI —acuñados también en el PRD— el de la marrullería y el cinismo, y con la impudicia que distingue a los antidemócratas.

Fidel, émulo de las prácticas decadentes del perredismo, armó así un proceso interno priísta que le servirá para imponer a su delfín, el grisáceo diputado federal Javier Duarte de Ochoa, que lo único que garantiza es la fractura del PRI y la rebeldía de las corrientes del priísmo, cuya expresión se verá en la resta de votos a su partido. Insertó como método de selección de su candidato, la asamblea de delegados y canceló la propuesta de hacerlo mediante encuesta.

Confirma así lo que desde hace semanas le venía reprochando el diputado local Héctor Yunes Landa. “Los dados están cargados”, expresó en cuantos espacios tuvo a la mano.

 

Se refería al candidato oficial, Javier Duarte, de trayectoria inventada por el aparato publicitario de la fidelidad; cargamaletas en la campaña de Fidel Herrera, en 2004, a quien solía encontrársele durmiendo en los asientos de los lobbies de los hoteles donde pernoctaba el entonces candidato del PRI.

Yunes Landa, el sábado, durante su intervención en el Consejo Político Estatal del PRI, lanzó nuevos dardos que advierten el riesgo de la derrota.

“Con imposición y soberbia no se construirá una candidatura ganadora. Conocemos a quienes van a competir con nosotros, pero también ellos nos conocen porque alguna vez fuimos correligionarios. Por ello debemos presentarnos a la batalla con nuestras mejores cartas. Por eso no debemos improvisar. Lo que está en juego es ni más ni menos que nuestra supervivencia política y nuestra permanencia como partido al frente del gobierno de Veracruz”.

Don Fidel Herrera, sin embargo, va en otra ruta. No compite por la gubernatura; va por una elección convulsa, arrebatada y de ser necesario, robada. Le apuesta a la fidelidad de sus mañas, al desaseo de las formas: impone al candidato; somete a sus enemigos; controla los órganos electorales; despliega el aparato de gobierno para operar electoralmente con cargo a la nómina oficial; compra con despensas la dignidad de los olvidados, y si el caso lo amerita, hurta las urnas.

Lo que se vio en el Consejo Político Estatal del PRI es el arranque de la imposición.
Lo mejor está por venir.

De risa esa frase del alcalde Marcelo Montiel Montiel en su segundo informe de labores: “Gracias a mi amigo y compañero Mariano Moreno (síndico).

 

Gracias Mariano por tus consejos, por tu asesoría y por tu participación siempre propositiva en el cabildo de Coatzacoalcos”. Una burleta con pasión.

 

Mariano Moreno Canepa fue todopoderoso en la administración que presidió Iván Hillman. Hacía y deshacía desde la Tesorería Municipal, aunque fue un auténtico fiasco político; no ganó una sola elección. Con Marcelo Montiel se convirtió en el congelado de palacio.

 

Nadie lo fuma; todos lo desdeñan; es el hazmerreir del gobierno marcelista. Y con toda intención el alcalde de Coatzacoalcos le llama compañero y amigo; le agradece sus consejos, su asesoría y su participación.

 

Pobre Mariano: de tesorero a payasito... Así que el notario y ex alcalde de Coatzacoalcos, Juan Hillman Jiménez, pretendía apoderarse de cuatro hectáreas del predio Punta Diamante.

 

Su prestanombres sería Giorgio Stevanato, quien fuera director de Obras Públicas cuando Juan Hillman ocupó la presidencia municipal, entre 1982 y 1985. Intentó quedarse con la parte del predio que limita con la Avenida Universidad.

 

 No imaginaba que el constructor Oscar de la Cruz Cruz recuperaría su terreno tras cinco años de lucha en tribunales y, sobre todo, cuando se dimensionó el tráfico de influencias y el abuso de poder que implica al ex secretario de finanzas y planeación de Veracruz y diputado federal por Córdoba, Javier Duarte de Ochoa, su suegro incómodo, Tony Macías, y a INVIVIENDA...

 

Cada vez son más los ayuntamientos de Veracruz que solicitan autorización para endeudarse a fin de realizar obra pública en el ejercicio 2010 y algunos lo hacen para terminar de pagar aguinaldos en este 2009.

 

Orizaba es uno de esos casos; Minatitlán, otro. Resultó una vil y fiel mentira que la bursatilización de las participaciones federales fuera a resolver el problema de la inversión y la obra pública.

 

Además que significó un grave endeudamiento, pues los alcaldes recibieron dinero que los municipios tendrán que pagar con “rendimientos”, o sea intereses, no alcanzó prácticamente para nada.

 

Fue una falacia urdida en el palacio de gobierno de Jalapa y en la mente siniestra del entonces secretario de Finanzas y Planeación, Javier Duarte El Gordo de Ochoa, hoy diputado federal por Córdoba...