* Brian Carlos López Mendoza, señalado por el contralor * “Malversó fondos” * Marcos debió destituirlo desde abril y lo encubrió * La viuda del pastor rehuía al MP * 150 mil lonas de Joaquín * Gersaín y las teiboleras * Tony y su otra hija * La “colega” Mónica Robles
Mano larga, rapaz y abusivo, Brian Carlos López Mendoza hizo cuanto quiso en la Dirección de Adquisiciones del ayuntamiento de Coatzacoalcos hasta que una investigación interna documentó sus excesos, exhibió sus lacras y lo señaló de haber desviado recursos públicos y malversado fondos.
Su caso representa, oficialmente, la primera evidencia comprobada de corrupción y vulnera al favorito del alcalde Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”—, justo cuando el edil se precia de que el Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz (ORFIS) practica cuatro auditorías al ejercicio 2012 y se ufana que todo está en orden y bajo el amparo de la ley.
Brian Carlos López Mendoza incurrió, según el expediente CM-AID-016/2013, en “desvío de recursos, malversación de fondos e incumplimiento del deber legal”, por lo que el contralor municipal, Rafael Tejeda Patraca, solicitó al área jurídica su destitución como director de Adquisiciones del Ayuntamiento de Coatzacoalcos.
Intragable, engreído, el arma al cinto pa’ lo que se necesite, Brian Carlos López Mendoza es todo un pájaro de cuentas, inodado en hechos delictivos, un ingreso a la cárcel, pero con la suerte de taparse con el mismo sarape del alcalde Theurel.
Como se le vea, su caso es corrupción pura, pues no es común que el contralor se tire a matar de esa manera y califique la actuación del protegido de Theurel como “desvío de recursos, malversación de fondos e incumplimiento del deber legal”. Por lógica simple, la separación del cargo es insuficiente cuando debió procederse a la denuncia penal.
Su destitución fue requerida desde el 12 de abril pasado y turnada a la Dirección Jurídica Municipal, cuyo titular, Benito Argüelles Calzada, la entretuvo cuanto le fue posible hasta que el 14 de mayo, reacio a seguir manteniendo la bomba en las manos, la remitió al área de Recursos Humanos para darle cumplimiento.
De acuerdo con el oficio número JUR-0395/2013, Argüelles Calzada instruyó al titular de Recursos Humanos, Oscar Gustavo Ruiz Sánchez, “que de inmediato se suspenda el pago del salario y prestaciones que perciba dicho funcionario, hasta nueva disposición”, y anexa copia de la resolución emitida por la Contraloría Municipal.
Argüelles Calzada también conmina al área de personal a “descontar del salario y prestaciones que percibe el citado funcionario, el importe que resulte de cincuenta días de salario mínimo vigente en la capital del estado de Veracruz, en cumplimiento de la resolución de fecha 27 de febrero de 2013, citada dentro del expediente CM-AID-018/2013, del índice de la Contraloría Municipal de este H. Ayuntamiento Constitucional”. O sea, otro caso de corrupción protagonizado por Brian Carlos.
Dos días después, el 16 de mayo, el contralor Rafael Tejeda Patraca se separó temporalmente del cargo. Su argumento fue que debía atender añejos problemas de salud, pero hay serias sospechas de que no regresará al Ayuntamiento de Coatzacoalcos.
Su ausencia le fue comunicada al cabildo municipal el 30 de mayo, cuando el alcalde Theurel enteró a los regidores y propuso a Jesús Ramón Rincón Rivera como su remplazo.
Argüelles Calzada, que es una especie de vicealcalde y virtual tesorero, que presume una camioneta Hummer, vida de nuevo rico, y todo porque le lleva asuntos jurídicos a Marcos Theurel y conoce secretos y algunas suciedades más, no quiso ser el pararrayos de una tormenta que apenas evidencia el nivel de corrupción en que se halla la administración theurelista.
Se sabe que la ficha delictiva de Brian Carlos López Mendoza inició al ser pillado violando derechos industriales, pero nadie tiene idea de cuándo habrá de cerrarse.
En 2010, el 21 de enero, Brian Carlos fue sorprendido en las oficinas de la empresa Ingeniería Ambiental y Procesos, S.A. de C.V., de la que es director general, en la colonia Tierra Nueva, cuando clonaba tapetes ecológicos de concreto, usados en bordes de ríos y en la industria petrolera, cuya patente pertenecía a la empresa Sub Marelhers, desde 2008.
Fue aprehendido por agentes federales y procesado. Tiempo después recuperó su libertad, ufanándose, deslizando a quien lo quisiera oír que si no hubiera sido por él —“aguanté vara”—, el que habría ido a parar a la cárcel sería Marcos Theurel.
Con creces ha cobrado aquel acto de complicidad. Theurel le dio contratos a sus dos empresas “Ingeniería Ambiental y Procesos” y “Factores del Istmo”, entre otras la pavimentación de la calle Tláloc con costo de 2 millones 85 mil pesos; la construcción de tres cocinas comunitarias, por las que en un lapso de seis días se ganó casi 900 mil pesos, en mayo de 2011, y la limpieza de canales pluviales por la que el ayuntamiento pagó 4 millones 900 mil pesos, pero que según Theurel 4 millones fueron robados por el ex secretario de Obras Públicas Municipales y frustrado aspirante a la alcaldía de Emiliano Zapata, Adrián Pérez Martínez.
Insaciable, Brian Carlos López Mendoza hizo de la Dirección de Adquisiciones una mina de oro. Desde ahí fraguó negocios con la compra de bienes y la contratación de servicios. Uno de ellos fue el suministro de gradas para el carnaval anual.
Su ambición, sin embargo, lo perdió cuando en el evento correspondiente a 2012 suscribió un contrato por 2 millones de pesos, avalada la operación por el alcalde Theurel, a quien le urgía que las gradas fueran colocadas a la mayor brevedad. El proveedor Raziel López Garduza cumplió con el encargo pero no vio el pago y tuvo que entablar una demanda.
Brian Carlos López Mendoza pretendió sacudirse la responsabilidad. Ante la insistencia del proveedor, le dijo que esa factura ya había sido cobrada por la hermana del alcalde, Alejandra Theurel Cotero, ahora candidata del PRI a síndica, y que le reclamara el pago a ella. “Sin embargo, no me lo recomendaba —dijo Raziel— pues me podía ocasionar problemas mayores, pues él (Brian Carlos) sabía que Alejandra Theurel paga cuota a los de la última letra y que sólo con pedirles el favor, me llevarían a viajar”. O sea, la hermana del alcalde contratando los servicios de sicarios.
En este 2013 repitió la dosis. Suscribió de nuevo un contrato para disponer de gradas para el carnaval. Firmó el documento como “representante del Ayuntamiento”, sin tener esa condición, con la empresa Abastecedora y Proveedora Familia Marín, S.A. de C.V., a la cual se negó a liquidarle 700 mil pesos y a cuyo representante, Aurelio Marín Hernández, junto con su hijo, lo mantuvo privado de la libertad ilegalmente, sujeto a una extorsión, tratando de recuperar el contrato, pues Brian Carlos había incurrido en usurpación de funciones.
Ese caso estuvo en manos del contralor Rafael Tejeda Patraca, quien finalmente, por esa y otras irregularidades, determinó que debía ser destituido como director de Adquisiciones.
Desvío de recursos, malversación de fondos e incumplimiento del deber legal, son tres conceptos que engloban el primer caso de corrupción documentado del gobierno theurelista.
Y ocurre cuando el ORFIS intenta lavarle las cuentas sucias del alcalde Theurel.
¿Se quemará las manos el ORFIS?
Archivo muerto
Cuatro días después, casi cien horas desde que se cometió el crimen del pastor Claudio Martínez, su viuda, Luz Margarita Enríquez Reyes, se presentado a declarar ante la agencia del Ministerio Público del Fuero Común. Testigo clave, única persona que vio a los asesinos, supuestamente atada y amordazada por ellos en la cocina de la mansión, Lucy Martínez vive su duelo, acude a la Comunidad de Dios, su iglesia, habla con los feligreses, y pudo disfrutar de un inusual período de gracia que la Procuraduría de Justicia de Veracruz le dio para cumplir con su declaración ministerial. Si hubiera sido cualquier otro hijo de vecino, un piquete de agentes la habrían llevado ante el MP con la galantería y cortesía que los caracteriza. Llegó acompañada de abogados y familiares, en el sigilo de la noche, el tiempo de su lado, bien aleccionada sobre la historia que tendría que contar. ¿Quién podía odiar tanto al pastor Claudio Martínez como para matarlo con tanta saña¿ Sin duda, la pastora Lucy Martínez sabe qué hay detrás de tan horrendo crimen…
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“Colegas” les llama Mónica Robles de HILLMAN a reporteros que halla en su camino. ¿Colegas? se preguntan todos. “Si esta nunca ha escrito ni la carta a los Reyes Magos”, dicen con sorna de la candidata del PRI-Verde a la diputación local por el distrito Coatzacoalcos Urbano. ¿Colegas? se preguntan cuando Mónica Robles de HILLMAN, presidenta del consejo de administración de Diario de Istmo, despide periodistas a mansalva, sin tocarse el corazón, agraviándolos, inventándoles delitos como le hiciera a Luis Esteban Castillo Pérez, editor, reportero, fotógrafo y encargado de la revista Sé, quien terminó denunciándola por privación ilegal de la libertad y amenazas. O como le ocurrió a Martha Herrera y Bruno Torres, aunque éstos optaron por no enfrentarla. ¿Colegas? ¿Pues en que cantina cantamos juntos?, dicen entre burlas los verdaderos periodistas…
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