Andrés Manuel López Obrador es, por su naturaleza misma, destructivo. Lo fue en el PRI y lo sigue siendo en el Partido de la Revolución Democrática. Ejerce el poder sin tregua, sin medianías y, por regla general, sin concesiones. Su voz es orden irrefutable; sus designios, caprichos. Se impone a seguidores que cada vez son menos y confronta a otros, que son, para su desgracia, una mayoría incómoda. No atesora ya el control del PRD pero tiene aún la capacidad para restarle influencia, margen de maniobra y efectividad política. Donde no se le acata, responde con tácticas en que sin el menor rubor sabotea al perredismo. A veces no gana y a veces pierde, pero la meta es debilitar las estructuras perredistas. Seis meses antes de iniciar la contienda por la diputación federal, López Obrador ya tenía una moneda de cambio. Ofrecía reconocer a la dirigencia de Jesús Ortega si se le entregaba el 60 por ciento de las candidaturas que el PRD inscribiría ante el Instituto Federal Electoral. Como era de suponerse, se quedó esperando. Su reacción fue perpetrar una traición al PRD, postular a sus incondicionales a través del Partido del Trabajo y Convergencia por la Democracia. Su reacción fue, en esencia, un atropello a los estatutos perredistas. Pensar en sancionarlo e incluso en expulsarlo, no tuvo eco en el PRD. Prevaleció entre sus enemigos el criterio de que victimizarlo le restaría votos al PRD. La expulsión vendría después de la elección.
Hace semanas el PRD anunció la expulsión de traidores. Habló de 3 mil, pero que se aplicarían primeramente a 500. Hoy, ante los abusos y las imposiciones de López Obrador, se sabe que sí serán los 3 mil y que la cereza del pastel será El Peje. Llegar a esa decisión no fue fácil. De hecho la propició el propio Peje. Al responsabilizar de la derrota perredista y del bajo número de curules conseguidas en la Cámara de Diputados al líder nacional del PRD, Jesús Ortega Martínez, firmó su sentencia. Pretendió, además, seguir controlando las instancias de dirección en el comité nacional perredista mediante sus aliados que no son mayoría. Provocó fracturas en el PRD; confrontación entre militantes, y apoyó a otros partidos —PT y Convergencia— donde incrustó ncondicionales como candidatos. La violación a los estatutos fue tan evidente como documentada y su conducta fue propia de la de un paranoico político. Acreditó así, diversas agravantes. Su expulsión, pues, está en camino. Y con él se irán los parásitos del sol azteca.

Archivo muerto

Siempre no viajó la UCISVVER a Jalapa. Pese a que su líder, Rafael Carvajal Rosado, anunció en conferencia de prensa que trasladaría su protesta a la capital del estado de Veracruz —protesta cada vez menos contra INVIVIENDA y más contra el Ayuntamiento de Coatzacoalcos—, lo cierto es que el movimiento se diluyó sin que a los “solicitantes de vivienda” les hubieran cumplido su exigencia de  dotarlos de terrenos. UCISVVER, en el fondo, va por espacios políticos. Se meterá en la lucha por las candidaturas del Partido de la Revolución Democrática en 2010. Aprovechará a los cientos o miles de “solicitantes de vivienda” que se adhirieron a su movimiento por un pedazo de tierra, pero que servirán para conformar un grupo numeroso que dispute la presidencia del comité local perredista y para que Carvajal Rosado intente ser candidato a alcalde o a diputado local, o ya de perdida para obtener regidurías en el próximo Ayuntamiento Municipal. En esa estrategia se inscribe el proyecto de convertir a Mónica Robles, esposa del priísta Iván Hillman, en candidata del PRD a la alcaldía de Coatzacoalcos… En entredicho, el Consejo Distrital del Instituto Federal Electoral en Coatzacoalcos por la resolución en torno a la queja del entonces candidato priísta a la diputación federal, Iván Hillman Chapoy, por la colocación de un anuncio espectacular en el edificio donde se aloja el consultorio del hoy diputado federal electo, Rafael García Bringas. Se trata de un solo caso, juzgado en dos ocasiones. Los consejeros no vieron en un principio qué sancionar, pero cuando la Junta Local del IFE les ordenó que volvieran a estudiar el caso, variaron su criterio y votaron a favor de sancionar al Partido Acción Nacional y a su candidato. Existe un cúmulo de irregularidades, documentadas y a la vista de cualquiera. Con ese antecedente, difícilmente los consejeros volverán a integrar algún órgano electoral, aunque varios de ellos no podrán hacerlo en consejos del IFE, pues ya agotaron el número de períodos que la ley les permite… De Cancún a Jalapa, viajó el diputado federal electo por Coatzacoalcos, Rafael García Bringas. Dio por terminadas sus vacaciones y de inmediato le puso marcaje personal al conflicto poselectoral o a la judicialización de la elección del 5 de julio. La sanción al PAN y al propio García Bringas por parte del Consejo Distrital del IFE, y el riesgo de que Iván Hillman logre que el TRIFE le dé la razón y anule el proceso electoral, concentran la atención de García Bringas… Papelazo de Ciro Félix Porras, hijo de la alcaldesa de Minatitlán, Guadalupe Porras David. Intentó ejercer su derecho de réplica a un comentario del periodista y ex funcionario del gobierno de Veracruz, José Luis Lobato Corrigeux, al que el joven Porras le niega el derecho a opinar. Entre otras barbaridades, el hijo de la alcaldesa dice: “Usted no puede criticar sino ha servido a la gente, y lo conosco bien, no he sabido que alguna ves haya usted un servicio por Minatitlán y por su comunidad y mire que ya fue servidor  publico estatal y fue meramente gris su paso por ahí (…) En fin, en veradd se lo sugiero, no escriba por escribir”. Se respeta la redacción original y la pésima ortografía del joven Porras. El represor en potencia, diputado federal suplente por accidente, deja constancia de lo que es capaz de hacer y de su escaso talento. Ojalá nunca sucumba a esa tentación de la mordaza. El PRI se lo agradecería…