* Caro y sin urbanizar, el predio para periodistas de Coatzacoalcos * A las inmobiliarias les vendieron terrenos con servicios públicos pero a menor costo * Feliz Navidad

De no ser por el sur, Fidel Herrera Beltrán no sería hoy gobernador de Veracruz y el PRI se habría convertido hace cinco años en la principal fuerza de oposición, pero oposición al fin.

2004 fue, políticamente, el peor año para el priísmo. Fidel Herrera Beltrán ganó la gubernatura en los tribunales, con un margen de apenas 14 mil votos, tras limpiarse la elección y reducirse su ventaja, y tras comprobarse que los priístas actuaron como ladrones en la noche, con la uña larga y las marrullerías de siempre.

Don Fidel Herrera no llegó limpio al gobierno de Veracruz. Se le acusó de financiar su campaña con recursos del narcotráfico y de recibir parte del último crédito del gobierno alemanista, del orden de los 3 mil 500 millones de pesos.

Genio y figura, llegó al gobierno veracruzanao con la sospecha de haber sobornado a la Sala Electoral del Poder Judicial, que analizó y juzgó los comicios, y que se hizo de la vista gorda ante el cúmulo de transgresiones al Código Electoral y de la que el magistrado Emeterio López Márquez sacó raja convirtiéndose a la postre, pudor aparte, en procurador de Veracruz.

2004 fue también un escenario que los priístas quisieran olvidar. Perdieron más alcaldías que en aquella elección histórica de 1997. El PRI retuvo apenas 70 presidencias municipales; entregó 89 al Partido Acción Nacional, 42 al PRD y 10 al Partido Revolucionario Veracruzano.

Fue, sin embargo, el sur de Veracruz la región que llevó a Fidel Herrera al gobierno de Veracruz. De los 12 distritos que ganó en la entidad, ocho correspondieron al sur: Cosamaloapan, Santiago Tuxtla, San Andrés Tuxtla, Acayucan, Cosoleacaque, Minatitlán, Coatzacoalcos I y Coatzacoalcos II.

Vergonzosamente, don Fidel perdió los dos distritos de Jalapa, los dos del puerto de Veracruz y Boca del Río, que inclinaron su voto por el líder y dueño de Convergencia por la Democracia, Dante Delgado Rannauro, quien a la postre validó a Herrera Beltrán a cambio de la secretaría de Gobierno para Reynaldo Escobar.

Hoy, como ayer, el sultán jarocho sabe la importancia del sur de Veracruz. De ahí el encubrimiento a alcaldesas como Guadalupe Porras David, en Minatitlán, y Gladys Merlín Castro, en Cosoleacaque, donde proliferan negocios con la obra pública, dispendio, derroche, desvío de recursos, abuso de poder y tráfico de influencias. O complicidad con alcaldes como José Antonio Lázaro Sosa, en Jáltipan, quien lo mismo amenaza a diputados federales que a periodistas.

Se ha preocupado también el señor feudal de Veracruz en destroncar a la oposición. Por las causas que haya sido, políticamente le vino bien la muerte de Cirilo Vázquez, cacique de Acayucan y factor de decisión en el campo sureño.

 

Don Fidel se quedó con su herencia política: sus hijas Regina, a la que hizo alcaldesa de Acayucan, y Fabiola, a la que convirtió en diputada federal atropellando el estatuto del PRI.

Hizo suyo, políticamente hablando, a otro cirilista, Renato Tronco, el diputado rústico de Las Choapas, al que le perdonó la autoría intelectual del crimen del regidor panista, Alfredo Pérez Juárez, a cambio de que se declarara diputado local independiente, renunciara al PAN y asumiera el programa AFIELATE del PRI. Ahora es, para colmo de la intelectualidad y de las mentes pensantes, presidente de la Fundación Colosio en Las Choapas. A ese grado llega don Fidel.

Coatzacoalcos, en cambio, es tierra minada. Ahí tiene enclaves que le garantizan poco o simplemente no le representan nada. Sus aliados, Iván Hillman Chapoy y Roberto Chagra Nacif, se quedaron en el camino.

 

Iván El Terrible fue un fiasco como alcalde, desapareció 2 mil millones de pesos y tejió una red de negocios al amparo del poder; electoralmente fracasó cuando intentó ser, en julio pasado, diputado federal. A Roberto Chagra lo persigue la sospecha de haber malversado millones de pesos en su paso por la Dirección Estatal de Carreteras, cuya evidencia se halla en diversos documentos suscritos de su puño y letra.

Gonzalo Guízar Valladares y Marcelo Montiel Montiel no son propiamente fidelistas. El diputado Gonzalo Guízar es parte de Alianza Generacional, identificado con el diputado Héctor Yunes Landa, y Marcelo Montiel se mueve institucionalmente, como el PRI le marque la ruta.

Es el sur nuevamente la clave de la elección en 2010. Por eso amarra Fidel Herrera apoyos para su delfín, Javier Duarte de Ochoa, a quien inventó como diputado federal por Córdoba, tan sólo para acreditar los requisitos priístas para ser candidato a la gubernatura de Veracruz.

Sabe don Fidel que sin el sur de Veracruz, sin los ocho distritos clave, su futuro político y su libertad están amenazadas.

Una más de la Asociación de Periodistas de Coatzacoalcos: el terreno que le vendió el gobierno de Veracruz para un proyecto de vivienda carece de urbanización, de servicios públicos, se halla enmontado y el día que se realizó la entrega de los croquis que demarcan cada uno de los 67 lotes, hasta una vivienda les apareció en el predio, justo en el lote número 15.

 

Si a las inmobiliarias el gobierno de Veracruz les fijó el metro cuadrado en 105 pesos, ¿por qué a los periodistas se los vende en 330 pesos por metro cuadrado y, para colmo, sin urbanizar? Trastada fiel...

 

Que esta Navidad sea ocasión para la reflexión. Sirva para reencender el cariño entre aquellos a quien uno tiene a su lado; orar por los que se han ido; propiciar reconciliaciones y reencuentros; buscar a los ausentes, y construir desde lo más profundo de nuestro ser una mejor convivencia. Lo mejor para nuestros lectores y una felices pascuas de Navidad...