Siete años tejió su venganza * Lo dejó corromperse y ahora quién lo cubre en la alcaldía * Asaltan ivanistas la CMAS * Linares y las leches sepultadas por Bustamante * Vuelve a incurrir en desacato la MP * Juez ordena restituir terreno en que se construye Holiday Inn, y es ignorado * Propuesta 2000: dos alcaldes para Coatza
Carga un crimen a cuestas, golpizas a gente inocente y raterías con dinero del erario, pero Renato Tronco Gómez no ha olido aún que quien lo tiene a las puertas de cárcel es el que supone es su protector y cómplice: Fidel Herrera Beltrán.
Al filo de la navaja, el diputado local por Las Choapas enfrenta hoy la pérdida de poder político, una vez que la sala regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el TRIFE, invalidó la elección municipal, canceló el triunfo de su hermano Miguel Ángel y lo envió a un proceso extraordinario, pues el fraude finalmente se acreditó.
Transgresor de la ley, demencialmente violento, hocicón y echador, Renato Tronco ejerció por segunda vez la alcaldía —de 2011 a 2013— sin otro fin que enriquecerse a mansalva, someter a sus enemigos, imponer sus caprichos y controlar el territorio rural, ahí por donde se trafican lo mismo migrantes que drogas, tierra de nadie y paraíso veracruzano en renta al crimen organizado.
Requería, pues, que su hermano Miguel Ángel Tronco Gómez lo sucediera en el cargo, que borrara las huellas del latrocinio, que encubriera el peculado, los contratos de obra ilegales, incluidos los que le dio a su empresa contratista, la Unión de Ejidos 25 de Abril, según consta en documentos que los incriminan, los cientos de millones que les enviaba el gobernador Javier Duarte a través de la extinta Secretaría de Comunicaciones de estado.
Así ideó el fraude electoral. Compró al consejo municipal electoral y también al distrital porque si Miguel Ángel contendía por la alcaldía de Las Choapas, Renato lo hacía por la diputación en el distrito XXX; amarró al consejo general de Instituto Electoral Veracruzano; pactó con Juan Nicolás Callejas Arroyo para que el callejismo magisterial accesara al próximo ayuntamiento a cambio de operación de votos, y perpetró un descomunal robo.
Antes, durante y después de la elección del 7 de julio, el tronquismo hizo de las suyas. Repudiados por los priístas, Renato y Miguel Ángel debieron entrar por la puerta de atrás a la contienda. No los postuló el PRI sino el Partido Verde, que aliado con el tricolor y Nueva Alianza formalizaron el registro.
Encuerdado por el ex gobernador Fidel Herrera, solapado por Javier Duarte, no se podía esperar una elección limpia ese domingo 7 de julio. Y así fue. De la zona rural llegaron decenas de paquetes electorales embarazados, con urnas atípicas, la mano de los mapaches en plena faena, la huella de un fraude que se consumó sin pudor alguno.
Tras la elección, con las manos manchadas de lodo, sus porros —obreros de constructoras que laboran para el ayuntamiento— irrumpieron en la sede electoral. Llegaron a amedrentar al perredismo que exigía un cómputo final transparente y reivindicar el triunfo de su candidato, el ex priísta Marco Antonio Estrada Montiel. Acalorados los ánimos, en el filo de la violencia, la presidenta del IEV municipal, Erika del Carmen Reyes Escobar, decidió suspender todo y otorgar la constancia de mayoría a Miguel Tronco.
No terminaron ahí las trampas. El IEV trasladó los paquetes electorales a Xalapa. En el camino les metieron mano, los alteraron, acrecentaron el fraude y finalmente le validaron el batidillo a Tronco.
Pasó la patraña por el IEV y luego por el Tribunal Electoral de Veracruz. Ordenó éste un recuento, voto por voto, que no fue más que una mascarada. Vio las huellas del fraude, los paquetes alterados, la suciedad de los órganos electorales, pero los dejó correr.
Ya en el TRIFE, la historia cambió. Ahí donde Fidel Herrera Beltrán gana de todas, todas; donde la oposición no manda y nunca logra revertir fraudes, se le pulverizó la alcaldía de Las Choapas a Renato Tronco.
Dos veces habían deslizado los Tronco que su tragedia política tiene tufo a PRI y a operación fidelista. Tras la elección, Renato acusó a la directora del Hospital Regional de Coatzacoalcos, Nereida Santos Hernández, comadre de Fidel, de haber desplegado una red de operadores para votar en contra. Tras la anulación de la elección, Miguel Tronco volvió a señalar a los priístas y amagó con contender pero ahora bajo las siglas de la oposición, obviamente ni el PRD, ni el PAN, ni Movimiento Ciudadano, donde los detestan. Renato acusó, además, al líder formal de la Sección 32 del sindicato de maestros, Juan Nicolás Callejas Roldán, de jugarle las contras.
Sus dardos llevan la dirección correcta pero no atinan a acertar en el rey del ajedrez. Arremete contra los alfiles de la fidelidad, pero no en el amo del clan. Agudo para otros menesteres, vival para agenciarse los recursos públicos, Renato Tronco no ha enfrentado su cruda realidad: el orquestador de su desgracia política es Fidel. Y el asunto tiene historia.
Agraviado por Renato, aquel día —4 de abril de 2006— en que frente al entonces presidente Vicente Fox recibió reclamos, denuncias, insidia, Fidel se propuso enredar a Tronco en su red de intrigas.
Así, el crimen del regidor panista Alfredo Pérez Juárez le serviría a Fidel para hincarlo y someterlo. Acusó la Procuraduría de Veracruz a su jefe de policía y a dos secuaces más, y a Renato le imputaron la autoría intelectual.
Sometido a juicio de desafuero, fueron los diputados panistas fieles a Fidel quienes impidieron que el alcalde de las Choapas pisara los tribunales. Impune, el crimen de Alfredo Pérez Juárez ahí sigue, pero Renato salió disparado a los brazos del entonces gobernador, hoy dueño de Javier Duarte y aún Señor de Veracruz.
Fidel lo endulzó. Lo atrajo al PRI. Le demostró “amistad”. Renato dejó al panismo y se tragó el embuste de que era el mejor guerrero de Fidel, como oyó decir de labios del gobernador.
Fidel lo llevó a la alcaldía de Las Choapas por segunda vez. Le dio poder. Le entregó la seguridad pública para imponer terror. Le dio obra pública. Lo dejó robar. Le dio impunidad. Ya con las manos sucias, la corrupción hasta el cuello, el dinero y los ranchos a la vista, los caballos de buena raza, camionetas 4X4, su mansión en la Colina del Ratón, la constructora y mil negocios, el crimen del regidor panista, la cárcel es lo único que indica su oráculo.
Siete años tejió su venganza Fidel Herrera. Imputado, agraviado, pararrayos de la furia de Renato, aquel día ante Vicente Fox el gobernador debió soportar desplantes y locuras de un alcalde, el de Las Choapas, que no comprendió que el poder puede ser la peor perversión.
Perder la alcaldía es quedar a merced de la ley, sin hermano que cubra el peculado, en las manos de sus enemigos, a la suerte de la fidelidad, que lo toleró pero nunca lo tragó.
Y es que Renato no entendió que su peor enemigo era Fidel, supuesto protector y cómplice.
Archivo muerto
Con las uñas más filosas y la ambición remasterizada, vuelve la pandilla ivanista a la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS) de Coatzacoalcos. Apuntala hoy a Alberto Mijangos Martínez, cuya gestión anterior, cuando Iván Hillman Chapoy se engullía 2 mil millones de pesos del presupuesto municipal, se distinguió por no hacer nada por el abasto de agua a Coatzacoalcos y sí negocios cifrados —obras hidráulicas y proveeduría de ficción— que le reportaron millonarios dividendos a la pandilla de Integra. Mijangos dejó un pasivo tan insultante como el de Roberto Chagra Nacif —40 millones en números redondos— pero lo peor no fue eso, sino lo que en sus perfumadas narices hacía su subdirector financiero, Eduardo Jiménez Ziga, a quien de pronto, como al nopal, comenzaron a aparecerle más y más propiedades, entre ellas un predio casi a orillas del río Calzadas, donde solía presumir sus motos acuáticas, como buen nuevo rico. Mijangos sólo calienta la plaza para José Murad Loutfe Hetty, el gris ex diputado, traficante de influencias, hacedor de negocios con cargo al erario y gestor de créditos para una élite empresarial entre los que se cuentan preponderantemente los amigos de su papá. Historia de podredumbre la de los hijos políticos de Iván El Terrible y la que ha de venir…
Con toda intención, Gustavo Linares pregona que a cualquiera, a quien sea, debiera dársele la dirección del DIF Coatzacoalcos, no así a Alfonso Morales Bustamante. Y recuerda que en los días de Iván Hillman Chapoy en la alcaldía fue hallado un lote de leche, semienterrado y quemado para borrar evidencia. Con mala leche, cuentan en el cuartel de mando del ivanismo, Morales Bustamante ocultó la fechoría, empeñado en que no se supiera que los recursos usados para aliviar el hambre de los sectores marginados no cumplían su fin y para borrar evidencia, decenas de envases conteniendo el lácteo fueron quemados y sepultados bajo tierra. Del episodio pocos se acuerdan, pero Gustavo Linares, quien llegó a ser coordinador del DIF, va de café en café refrescando la memoria para descalificar al operador marcelista…
Día que pasa, resolución que emite, el juez federal 14 de distrito, Pedro Antonio Rodríguez Díaz sigue siendo el hazmerreír de la justicia y la burla de los juzgados de Coatzacoalcos. Primero, por negarse a cumplir con su obligación legal, fue conminado por el Tribunal Colegiado número 10, también de orden federal, a darle entrada al juicio de amparo interpuesto por Joaquín González Menéndez, propietario del predio en que se construye el hotel Holiday Inn, a unos pasos del malecón costero; Pedro Rodríguez le dio tres días de plazo al Ministerio Público para restituir el terreno, pero la agente tercera, Karla Marina León Perdomo, se negó por una argucia legal de los hoteleros fidelistas que interpusieron una queja, y el juez se quedó como si nada hubiera ocurrido; este miércoles 6 vuelve a resolver, da 24 horas para cumplir con la restitución y la MP se vuelve a mofar del juez Pedro Rodríguez. A eso se le llama desacato y el jurista pareciera estar conforme con que el MP y de paso el subprocurador de Justicia en la Zona Sur, Jorge Yunis Manzanares, se pitorreen de sus decisiones. ¿O es que de eso se trata? ¿O está a la espera de que sea el Tribunal Colegiado el que le haga la chamba y determine el desacato y el MP y Yunis sean detenidos, consignados y enjuiciados, y así se evita afectar intereses? ¿Pues qué le debe el juez federal Pedrito Rodríguez al grupo Fidel para no tocar al Holiday Inn? ¿O quién lo obliga a pasar por alto un desacato judicial?…
Dos alcaldes hasta ahora ha dado a Coatzacoalcos aquel legendario grupo político Propuesta 2000: Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”— y Joaquín Caballero Rosiñol, quien el 1 de enero de 2014 asumirá la presidencia municipal. Caballero fue quien lo concibió, le dio forma, lo insertó en la dinámica del PRI y finalmente comenzó a proyectar a sus miembros para cargos públicos. Theurel lo usó para encajar en el grupo marcelista y ser director de Obras Públicas, mientras Caballero ocupaba la subdirección de Desarrollo Urbano. Luego lo absorbió el entonces alcalde Marcelo Montiel y lo desmanteló, renuente a dejar que alguien le compitiera a sus ratas de asfalto, las del marcelismo depredador. De Propuesta 2000 han surgido alcaldes, un síndico, regidores, funcionarios municipales y estatales, notarios, magistrados, que hoy están en franco reagrupamiento para dolor de cabeza de las corrientes que tienen secuestrado al PRI…
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