* Las mafias sobre La Bestia * Tres migrantes asesinados * Pasto sintético, otro negocio de Marcos * Alcalde de Minatitlán incurre en desacato judicial * El caso Cibernética sigue * Desaire a la señora de Kidnie
Sometido a Fidel Herrera Beltrán, su amo y señor, padrino y tripulador, Javier Duarte de Ochoa gobierna a su modo y como puede, sin dejar de servir a intereses de grupo y sin que importe faltar a la ley, así sea burlando al Poder Judicial de la Federación.
Un caso, el del Holiday Inn en Coatzacoalcos, ejemplifica los deslices del gobernador de Veracruz en materia de justicia y el desenfreno que lo lleva a proteger, encubrir y solapar un negocio de 150 millones de pesos, la apuesta turística del fidelismo, montado el hotel sobre una fracción de los 6 millones de metros cuadrados de terreno robados “moralmente” a particulares desde los años 80.
Por enésima ocasión, el miércoles 27 de noviembre, el aparato de justicia duartista volvió a desacatar al Poder Judicial Federal y favoreció de nueva cuenta al grupo hotelero al que el ex gobernador Fidel Herrera vendió en sus días en que gozaba de la “plenitud del pinche poder” un predio de dos hectáreas a precio de regalo, un regalo fraudulento.
Esa mañana, poco después de las 7, llegaba al inmueble en construcción, ubicado sobre el malecón de Coatzacoalcos, la agente tercera del Ministerio Público del Fuero Común, Karla Marina León Perdomo, acompañada del personal del MP, elementos de la Agencia Veracruzana de Investigación (AVI) y patrullas del Mando Único Policial.
Atendía el acuerdo del juez federal Decimocuarto de Distrito, Pedro Antonio Rodríguez Díaz, quien ordenó restituirle la posesión a Joaquín González Menéndez, quien acredita ser uno de los legítimos propietarios del predio, incluso desde antes que el gobierno de Veracruz concretara la operación de compraventa con Hotelera Duport-Ostión, S.A. de C.V., responsable de la construcción del Holiday Inn en Coatzacoalcos.
Se trató de una diligencia con dados cargados. Auténtica mascarada, la fiscal acudió al inmueble sin elementos de Seguridad Pública del Estado y en ningún momento exhibió oficio alguno que acreditara que realizaría la restitución de la posesión y el desalojo de los albañiles que se hallaban laborando, tácitamente atrincherados en la obra negra del hotel.
Su contraparte, Rodolfo Azuara Sánchez, representante de Hotelera Duport Ostión —empresa con nombre de reclusorio regional—, cumplió con todas las líneas del guión. Alegó que “nos negamos a entregar el predio” por no haber Seguridad Pública. O sea, la fiscal acudió sin elementos de la SSP, aunque sí del Mando Policial Único y de la AVI, y el hotelero usó ese argumento para negarse a acatar la orden del juez federal. Y todos contentos.
Tampoco el subprocurador de Justicia en la Zona Sur, Jorge Yunis Manzanares, acudió a la diligencia, pese a que en el acuerdo del juez federal se le conminaba a estar presente.
No era esa la primera ocasión que el aparato judicial duartista incurría en desacato. La agente tercera del MP, Karla Marina León Perdomo, fue instruida en tres ocasiones por el juez Pedro Antonio Rodríguez Díaz para cumplir con la restitución del predio a Joaquín González. Y en tres ocasiones lo ignoró.
Originalmente, el juez federal defendía los intereses fidelistas y había negado darle entrada al amparo promovido por González Menéndez e incluso pidió al MP que lo consignara por el delito de despojo, lo que irritó a integrantes del Consejo de la Judicatura, a quienes se les hizo saber el proceder del impartidor de justicia.
En respuesta, González Menéndez promovió un recurso ante el Décimo Tribunal Colegiado de Circuito, el cual ordenó al juez darle entrada al amparo y que se procediera a la restitución del predio.
Con el agua al cuello, el juez Rodríguez Díaz determinó entonces la procedencia de la restitución y dio de plazo hasta el 26 de julio pasado para cumplir su instrucción. Sin embargo, la fiscal León Perdomo se negó a acatar el acuerdo.
Ante ello, el 28 de octubre el subprocurador Yunis Manzanares instruyó a la agente tercera a realizar la restitución, so pena de que le fueran aplicadas las sanciones que establece la ley en caso de desacato a una orden federal. Karla Marina, sin embargo, persistía en su actitud retadora al Poder Judicial Federal, presumiblemente por línea del alto mando duartista.
El 6 de noviembre, el juez federal le dio 24 horas a la fiscal Karla Marina León Perdomo para que realizara la restitución. Transcurrido ese lapso, nada ocurrió.
Casi un mes después, tras la visita de personal del Consejo de la Judicatura Federal a los tribunales de Coatzacoalcos, el juez Pedro Antonio Rodríguez Díaz fijó nuevamente fecha para realizar la restitución. Esta vez fue el 27 de noviembre, a las 7 de la mañana.
Ese día, sin elementos de Seguridad Pública, aunque sí rodeada de AVI y Mando Policial Único, la fiscal tercera era el hazmerreír del show. Con la barbilla temblorosa, sin el oficio del juez en la mano, acudió a cumplir con la diligencia y se retiró con las manos vacías.
A lo largo de tres años, desde que el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, en 2010, colocó la primera piedra sobre un terreno de dos hectáreas que sabía en litigio, comenzó una penosa telenovela para los propietarios del predio —Joaquín González Menéndez y Enrique Orta Romero— y para la empresa propietaria de los hoteles Holiday Inn, sorprendidos ambos por el atropello fidelista y el engaño en la transacción.
Fidel Herrera exaltaba la inversión del Holiday Inn —¿y también de los socios fidelistas en el hotel?— al mismo tiempo en que le era exhibida la suspensión otorgada por el juez federal y que mañosamente fue retirada días después contraviniendo los procedimientos judiciales. Ignorante, pues, no estaba el entonces gobernador de la situación del predio y aún así engañó a los dueños de la cadena hotelera.
Invivienda —hoy Instituto Veracruzano de la Vivienda— dispuso de terrenos que figuran fuera de la reserva territorial, que a su vez fue parte de la expropiación del frustrado proyecto del Puerto Industrial del Ostión. Se trata de 6 millones de metros cuadrados robados a particulares al moverse el polígono original de 904 hectáreas, cuya afectación alcanzaba desde la congregación Barrillas hasta lo que es hoy la colonia Lomas de Barrillas.
De ahí hacia el oriente de Coatzacoalcos, son terrenos de particulares, de acuerdo con diversos litigios en tribunales federales en los que el gobierno de Veracruz no ha podido acreditar que la reserva territorial alcance la zona del malecón ni las colonias fundadas en los últimos años. Así consta en las resoluciones judiciales.
A sabiendas de ello, la mafia fidelista vendió a precio de regalo —100 pesos el metro cuadrado— a empresas inmobiliarias y al mismo Francisco Colorado Cessa, alias “Pancho Colorado”, dueño de ADT Petroservicios, S.A. de C.V., hoy en prisión en Estados Unidos por vínculos con Los Zetas, quien en una treta de último momento se deshizo del predio estando en la cárcel. ¿Por qué la premura de deshacer la operación y quién facilitó el trámite? ¿De quién era el terreno? ¿Suyo o de Fidel?
Atrapado en ese enredo, a Holiday Inn lo enganchó el ex gobernador de Veracruz con una venta a precio preferencial. Le vendió, vía Hotelera Duport Ostión, dos hectáreas en 3 millones de pesos, es decir a 150 pesos el metro, a sabiendas que su precio real era de 4 mil pesos el metro cuadrado, o sea 80 millones de pesos. El fraude está a la vista. O por lo menos el daño patrimonial.
Inminente la restitución del predio a sus legítimos propietarios, y de paso la suspensión hasta nuevo aviso de la construcción del hotel Holiday Inn, el gobernador Javier Duarte se ha enfrascado en un juego de alto riesgo: torear al Poder Judicial de la Federación, burlarse del Consejo de la Judicatura y de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Dice Duarte que ya rompió con Fidel, pero en los hechos le cuida en negocio, al precio que sea.
Archivo muerto
Tres migrantes mueren a bordo de La Bestia y, por supuesto, habrá más. Atacados la noche del martes 26 por un grupo armado que exigía el pago de su cuota, 100 dólares, o ver cancelado su viaje a la frontera norte, quienes se resistieron lo pagaron con su vida. Se sabe que fue el crimen organizado, dueño de los territorios veracruzanos, pero a esa versión replicó el gobierno duartista con el viejo cuento de que los autores son hondureños que se dedican a la extorsión sobre el ferrocarril de la muerte. Algo no anda bien. Incumplió el gobierno veracruzano con el protocolo de seguridad que garantizaba que elementos policíacos a bordo de La Bestia para evitar hechos de sangre y, así, atrapar a los delincuentes que esquilman a los migrantes. Pero hay más. Si los indocumentados viajan en vehículos, se les intercepta y remite a las garitas del Instituto Nacional de Migración con fines de deportación. Eso obliga a los miles de migrantes a realizar su recorrido en La Bestia, donde “la Migra” los deja pasar sin mayor objeción. Y es ahí donde viven su infierno. Sin seguridad alguna, como ya lo ha denunciado Fray Tomás González, responsable de la Casa del Migrante “La 72”, de Tenosique, Tabasco, quedan en manos del crimen organizado. O sea, si viajan en autobuses o vehículos particulares, los detienen y los deportan, y si abordan La Bestia, los extorsionan los malosos. Y el gobierno lo sabe y lo consiente. Algo perverso y criminal…
Vendedor hasta de su alma, Marco César Theurel Cotero –“Te rompo tu puta madre”— anda desaforado, desmedido, vendiéndole al ayuntamiento de Coatzacoalcos, que él mismo preside, lo que sea y cobrando las últimas facturas del trienio infernal, vía sus proveedores pantalla. Uno de los atracos del alcalde es el pasto sintético de las nuevas canchas deportivas, que hizo construir a lo bruto, por todo el municipio, como si algún día le hubiera importado el futbol. De pasto alfombra fueron las primeras; luego llegaron en decenas de contenedores, provenientes de China, toneladas de eso que quiso hacer pasar por pasto sintético y que se quedaba pegado en la suela de los zapatos deportivos de quienes estrenaban las canchas. Marcos —“Te vendo tu puto pasto”— sólo tiene ojos para el dinero fácil, y si es del erario, mejor. Un día le dijeron que la alcaldía era para robar, y él, buen alumno de Fidel, quiso ser el alumno más aventajado…
De casi nada se ocupó Leopoldo Torres en su paso por la alcaldía de Minatitlán, incluidos los temas legales. Hoy está a las puertas de un juicio por desacato a un ordenamiento judicial, que no sólo lo puede inhabilitar para ocupar cargos públicos, sino que de seguro será encarcelado por suponer que podía burlarse de la magistrada Gladys de Lourdes Pérez Maldonado, presidenta de la Sala Superior del Tribunal de lo Contencioso Administrativo. En concreto, el caso tiene que ver con el juicio 30/2009-111, entablado por Comunicaciones Cibernéticas, del empresario Julio Aldana Prieto, cuando la entonces alcaldesa Guadalupe Porras David lo bloqueó, saboteó y le rescindió sin causa justificada el contrato para el tratamiento de la basura de Minatitlán…
Ocurrió en Coatepec, cercanísimo a Xalapa, bautizo con lo más granado de la política. El anfitrión Othón González, nuevo rico, corriente pero ostentoso, lleva y trae de Fidel Herrera, lleva y trae en aviones particulares con destino a Centro y Sudamérica, a Panamá y Argentina, con maletas de dudoso contenido. Rodeado de una buena parte de la delincuencia organizada en el poder, Othón tuvo dos invitados VIP, Javier y Karime. Y en torno a ellos giró la fiesta. Tuvieron saludos para todos, o para casi todos. Abrazo y sonrisa de don Javier, besitos de doña Kari. Sólo para una dama hubo desprecio: la señora de Víctor Kidnie, a quien Karime, “La poderosa”, evitó saludar. Minutos después, el líder petrolero se retiró. Cuentan que más vale no irritar a Rosa Borunda. ¿Será? Cuentan también que Kidnie expresó que en cuanto releve a Romero Deschamps la que tendrá que ir a implorar respaldo para don Javier será “La Poderosa”…
twitter: @mussiocardenas