* El jet-set y el fraude con las cédulas catastrales * Quintanilla, Ramón, Hillman, Montes de Oca, Fernández, entre los beneficiarios * Pérez Cruz, el apologista de la Virgen Lu-pilla * ¿De cuál fuma “Piel de nena”? * 12 millones para el parque Jurásico y nada para salarios * Las 7 hectáreas de Pancho Colorado * Para Mariú, viajes a Europa y EU; a Roselia no la llevan ni a Catemaco
Para muy poco le sirve Javier Duarte de Ochoa a Veracruz, rebasado por la violencia, sojuzgado políticamente, pero en lo suyo, lo suyo, que son las finanzas, y hasta un doctorado de dudosa calidad presume, el gobernador resultó todo un fiasco.
Su gobierno salió reventado en la cuenta pública de 2012 por un daño al erario de casi 278 millones de pesos, cuyo mayor impacto se registra en la entonces Secretaría de Comunicaciones, hoy Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas, y en dos fideicomisos, uno para el puente sobre el río Coatzacoalcos y otro para el túnel sumergido.
Ajusticiado desde las entrañas de su cuasigobierno, el Órgano de Fiscalización Superior de Veracruz detectó lo que técnicamente denomina “inconsistencias” y que recaen en el ex titular de Secom, Raúl Zarrabal Ferat, hoy diputado local por el distrito de Boca del Río, a quien el gobernador pudo ver como alcalde de no ser porque las encuestas reflejaban que de haber contendido contra el panista Miguel Ángel Yunes Márquez habría sido masacrado.
De los 277 millones 755 mil 404 pesos clasificados en el estatus “irregularidades”, 225 millones 717 mil 543 pesos corresponden al Fideicomiso Público Irrevocable de Inversión, Administración y Fuente de Pago para la Operación, Explotación, Conservación y Mantenimiento del Puente sobre el Río Coatzacoalcos, cuya vida útil concluyó hace tiempo pero que gobierno federal y estatal se han empeñado en parcharlo y remendarlo, so riesgo de que un día se venga a tierra con saldo mortal, daños a la economía y el ahorcamiento del flujo de vehículos hacia el sureste del país.
Otras inconsistencias se advirtieron en el fideicomiso del túnel sumergido bajo el río Coatzacoalcos, unos 7 millones 431 mil pesos, obra que sigue siendo una sangría económica, rebasada con mucho la inversión estimada originalmente y plagada de errores técnicos, hasta quedar en suspenso su construcción por una disputa financiera entre el régimen duartista y la empresa responsable, Concesionaria de Túnel de Coatzacoalcos (COTUCO).
Un tercer boquete financiero fue detectado en la Secom, por 44 millones 606 mil 779 pesos, que tiene como origen las obras carreteras, una de las mayores fuentes de ingresos turbios para la élite del gobierno duartista —como antes lo fue para el régimen fidelista— por el cobro de diezmos y la asignación de contratistas que sirven de máscara a la pandilla de gobierno.
Duarte, pues, está hecho un enredo con los recursos públicos del ejercicio 2012, atrapado en la deuda que le heredó su sensei político y predecesor, gurú y poder tras el trono, Fidel Herrera Beltrán, con quien diseñó y ejecutó la quiebra de Veracruz hasta arrastrar pasivos por 40 mil millones de pesos.
Abogado con dos maestrías, por la Fundación Ortega y Gasset y el Tecnológico de Monterrey, Javier Duarte es una vergüenza para la Universidad Complutense de Madrid, donde cursó un doctorado por el que ha sido acremente cuestionado. Sus detractores le imputan que todo lo simuló y solía ostentarse como doctor en Economía e Instituciones sin serlo, mientras él y sus corifeos y bufones de la prensa vendida arguyen su autenticidad.
Del doctorado patito se han reseñado decenas de historias, la más sólida cuando surgió un documento que contenía la relación de estudiantes egresados de ese posgrado y ahí no figuraba el nombre del hoy gobernador de Veracruz.
Fue tal la ira de Javier Duarte porque se le exhibiera ostentando un doctorado que no había concluido, que juró que se la pagarían quienes habían difundido el documento en cuestión. Buen número de periodistas tocaron el tema, pero la embestida del gobernador se habría de centrar en Jorge Manrique, autor de la columna Del Otro Lado del Cristal, quien evidenció que la tesis doctoral se acreditaba por investigación, no por asignaturas, y que la maestría cursada on-line en el Tec de Monterrey no era suya sino de un empleado de la Secretaría de Finanzas y Planeación, un subalterno suyo.
Recuérdese, pues, que apenas llegó al gobierno de Veracruz, Javier Duarte mostró su rostro real, lo más siniestro de su esencia. Encarceló a Manrique con una celada, un burdo montaje para atribuirle un intento de extorsión al ex alcalde de Tuxpan, hoy secretario de Desarrollo Social, Alberto Silva Ramos, el frívolo delfín que exhibe en las redes sociales a su hijo Emiliano Alberto, nacido fuera de matrimonio, y luego alega que nadie puede exponerlo al escrutinio público. Vaya incongruencia de este pelado, si él fue quien agravió al pequeño.
Así fue como encarcelaron a Jorge Manrique y en tiempo récord, seis meses, lo condenaron. El doctor en mala leche reprimía con descaro.
Como fuera, Javier Duarte ha sido un fiasco en finanzas, su materia, incapaz en más de tres años de bajarle un centavo a la deuda fidelista, contrayendo nuevas obligaciones, urgido por pensionados, proveedores, constructores, prestadores de servicios, municipios, estudiantes becarios en el extranjero, a los que les debe todo.
Quienes cuestionaron sus habilidades con los recursos públicos, con doctorado o no, con maestría o sin ella, tuvieron razón en advertir que Veracruz en sus manos iba al despeñadero. Y así fue.
Siendo secretario de Finanzas y Planeación, el doctor Duarte se jactaba de ser el padre de la bursatilización del impuesto por tenencia vehicular, el engendró que endeudó a Veracruz por 20 años, al que están atados gobierno y municipios, cuyos recursos no se aplicaron en obras sino que fueron desviados a cuentas personales y campañas políticas y que tendrán que liquidarse con intereses millonarios. Fue quien documentó los créditos bancarios y que hoy en sus manos son una bomba de tiempo financiera.
Tres años en el gobierno han sido un desperdicio. Javier Duarte ha estancado a Veracruz. Trae arrastrando la deuda con proveedores, prestadores de servicios, constructores; no le paga a los pensionados del IPE; no le cuadran las cuentas del fideicomiso del puente Coatzacoalcos I, nada más por 225 millones de pesos; otros 7 millones por el túnel sumergido, y 44 millones en Secom. Y eso sólo por el año 2012.
No se sabe qué hace con el dinero el doctor Duarte, pues las arcas están secas. En tiempos de campaña, los recursos fluyen para planchar a la oposición, para destruir la alianza PAN-PRD, para comprar el voto de los pobres. No hay recursos, en cambio, para obra pública, para sacar a Veracruz de la miseria, para abatir los pasivos sociales, el déficit en salud, para generar empleo bien pagado.
O sea que sí hay, pero mal repartido y peor cuadrado.
Vale decirlo. El gobernador Javier Duarte, financieramente es un fiasco.
Archivo muerto
Quintanilla, Ramón, Hillman, Montes de Oca son cuatro de muchos apellidos que de las páginas rosas podrían trasladarse a las ocho columnas de la nota roja. Brillan sus blasones en la investigación sobre el fraude con las cédulas catastrales en la administración theurelista que permitió un millonario negocio, ventas de terrenos en litigio y adjudicación de inmuebles ajenos. Cuentan que por las cédulas catastrales y la expedición de cuentas de predial el ingreso fue de 10 millones de pesos, pero lo que hicieron los que las tramitaron —Quintanilla, Ramón, Hillman, Montes de Oca, Fernández, entre muchos— es diez veces mayor. ¿Se trata de Jaime Quintanilla, miembro de las juventudes duartistas, o será un homónimo? ¿Será Alfredo Ramón de Diego, quien de buenas a primeras, con una prescripción positiva que no procedía, se agenció la franja que va de avenida Universidad al malecón, a la altura de Home Depot y Café La Parroquia? Pronto se sabrá y el jet-set se va a cimbrar…
Abogado de causas perdidas, engañador de bobos, José Luis Pérez Cruz tiene fijación por el cobre bañado de oro, pero al cobre al fin. “Piel de nena” lleva años en el fallido rescate de la maltrecha y vilipendiada imagen de Guadalupe Porras David, cuya vileza en sus días de alcaldesa de Minatitlán la convirtieron en el personaje sobre el que se vierten todas la repulsas de la población. Pérez Cruz se inventa encuestas o difunde las que suele pagar la insaciable Lu-pilla —vaya rigor periodístico el del Narciso del Istmo que publica patrañas sin apego a la verdad—, conchudo ante las risas, las mofas y las burlas que le hacen los medios independientes de la vecina Minatitlán donde saben cuánto suele dilapidar la abuelita impune por el aplauso demencial de los apologistas de lo absurdo. Entre sus joyas periodísticas está aquella en que Pérez Cruz osó afirmar que en Minatitlán se vivía un fervor guadalupano, no por la Virgen del Tepeyac sino por la veneración que despierta Lu-pilla mayor. Con esa clase de embustes va tejiendo el subdirector operativo de Diario del Istmo su fama de volador, mentiroso de marca y manipulador de la realidad. ¿Fervor guadalupano por Lupe Porras? Pues de cuál fuma “Piel de nena” o ya le entra al alcohol adulterado. Y por cierto, Pulgoso Lagunes no se desdice aún de su sospecha de que el Traidor del Istmo tuvo que ver con el robo de su camioneta…
No hubo para salarios de fin de año ni para aguinaldos en el ayuntamiento de Coatzacoalcos, pero sí para un parque jurásico, con dinosaurios mecánicos y un paseo en lago, relumbrón puro de Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”— en el que dijo haber gastado 12 millones de pesos. Entre rechiflas y mentadas dejó Theurel la alcaldía, con un adeudo justamente de 12 millones con sus trabajadores, sobre todo los de confianza, a quienes es la hora que ni les pagan ni les justifican por qué se les trata como peones de quinta…
Y que a Francisco Colorado Cessa le tocó ser vecino de los dinosaurios de Marcos Theurel en Coatzacoalcos. Frente al parque Jurásico, en la confluencia de las calles Jirafas y Mártires de Chicago, se halla el terreno de 7 hectáreas que entregara el gobierno de Fidel Herrera Beltrán a la empresa ADT Petroservicios, S.A. de C.V., propiedad de Pancho Colorado, hoy condenado en Estados Unidos a 20 años de prisión por vínculos con Los Zetas, lavándoles dinero mediante la venta de caballos que arrasaban en los hipódromos norteamericanos en carreras arregladas. ¿Será que el terreno era de Pancho Colorado o era de Fidel, o de Los Zetas?… Ni a Catemaco le invita Pepe Robles un viaje a Roselia, pero qué tal a Mariú: París, San Francisco, Nueva York, incluso un nevado retiro en Squaw Valley, California, a orillas de Lake Tahoe. Que disfruten Mariú, las gemelas y el joven Rafael. Que disfruten su gusto por los autos, la velocidad, las pistas, la música, el periodismo culto. Los Robles (Moreno) Martínez de Las Ánimas, tienen derecho al calor que da el amor; los Robles de Coatzacoalcos, sólo a la frialdad de los negocios. Mariú sí que pasea. Chéquense esta.:
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