* Se ostenta Gonzalo Guízar como el gestor del área para atención de niños con cáncer * AMANC paga equipo, tratamiento y oncólogo pediatra, y se tiene que callar * INFONAVIT no podrá continuar ortorgando créditos de vivienda * Se le acaba el negocio a Casas Geo * Dama priísta gustaba de desabotonarse la blusa... al acercarse a Fidel
No sólo Jaime Quintanilla Hayek, el empresario que quiso ser diputado federal panista, tiene problemas con la justicia. Su tío, Sami Hayek Domínguez, padre de la actriz veracruzana Salma Hayek Jiménez, también ve en su horizonte inmediato un proceso penal y el riesgo de parar en la cárcel.
Quizá Sami Hayek no imaginó las implicaciones que tendría poner en las inquietas manos de su sobrino Jaime la conducción de una empresa, Inmobiliaria Parque Industrial Coatzacoalcos, de la que no se sabe que haya desarrollado en 30 años, cuando fue fundada, algún proyecto en ese giro.
Ha dado muestra, en cambio, de una desenfrenada obsesión por allegarse terrenos, cientos, miles de hectáreas con recursos tramposos, viciados, que incluyen algo a lo que nadie se había atrevido: falsificar sentencias judiciales.
Pues sí. Don Sami Hayek, otrora mago de los negocios, favorito del ex gobernador Rafael Hernández Ochoa, a quien le presentaba amigas que sólo él sabía de dónde procedían, y dueño de una simpatía sin par, tiene un problema mayor en su haber. Siendo accionista de la empresa Inmobiliaria Parque Industrial Coatzacoalcos (IPIC), enfrenta una acusación por parte de la Procuraduría General de la República por asociación delictuosa y uso de documento falso.
Su sobrino Jaime Quintanilla es el artífice de este conflicto. Simultáneamente realizó dos actos de audacia extrema cuando por un lado falsificó dos sentencias de un juez civil para hacerlas pasar como la resolución de un juicio en que tramitó la nulidad de un título de propiedad de los hermanos Bringas Burelo, dueños de 12 mil hectáreas entre Coatzacoalcos y Minatitlán, y con esos documentos apócrifos IPIC cobró casi 5 millones de pesos a la Secretaria de Comunicaciones y Transportes por la afectación de terrenos por la construcción del Libramiento Vial.
En IPIC, es Jaime Quintanilla Hayek quien lleva la batuta y quien toma las decisiones. Sin embargo, la sociedad dueña del negocio incluye a su padre, Jaime Fidel Quintanilla Garza y su tío Sami Hayek Domínguez. La responsabilidad de lo que se haga recae, pues, en los tres, así como en su abogado, Cosme Atonaltzin René Cruz Cruz, quien también aparece en otros litigios turbios.
Su problema legal no es un invento ni un asunto menor. El 30 de noviembre de 2009, la agente del Ministerio Público Federal, Elena Pulido González, cursó el oficio 3169, correspondiente a la averiguación previa AP/PGR/VER/CTZ//I/187/2009, al Juzgado Noveno de Distrito, consignándolos como probables responsables de asociación delictuosa y uso de documento falso y solicitaba la orden de aprehensión correspondiente en contra de los Jaime Quintanilla, Sami y Cosme Atonaltzin.
El 4 de diciembre, a las 15:48 horas, se turnó la consignación, con el número 000333/2009. En ella se vuelve a señalar al padre de la actriz veracruzana, nominada al premio Oscar por su actuación en la película Frida, que recrea la vida de la controvertida pintora mexicana.
Aunque el caso se turnó a un juzgado del fuero común, o sea del sistema de justicia veracruzano, actualmente se halla en fase de apelación y es inminente que Sami Hayek y sus socios sean aprehendidos.
No se trata de un hecho banal. En el fondo fue una maniobra para cobrarle a la SCT una afectación en terrenos que no son suyos. Fue también un intento de anular un título de propiedad que ampara 12 mil hectáreas, que a la postre le generó al Clan Quintanilla-Hayek, una derrota en los tribunales y la obligación de pagar una suma descomunal por gastos del juicio. Pero ese es asunto aparte.
Lo cierto es que en el vértice del escándalo se halla Sami, el padre de la actriz Salma Hayek. Y eso es una bomba.
Archivo muerto
Menuda bronca en la que se metió el diputado local Gonzalo Guízar Valladares. Se asume como el gestor del piso de oncología pediátrica en el Hospital Regional Valentín Gómez Farías, y con ello provoca la irritación de la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC), que aportó equipo, tratamiento y sufraga el pago del oncólogo pediatra, responsable de la atención de los menores con esa grave enfermedad. AMANC en Coatzacoalcos se siente usada y, sobre todo, burlada por el diputado Guízar que se ciñe una corona que no es suya. AMANC no puede hablar, mucho menos denunciar.
AMANC está amordazada por razones políticas. Quien mueve los hilos en esa institución a nivel local es Alfonso Rojas, ex jefe de Adquisiciones en el Ayuntamiento que presidiera Iván Hillman Chapoy. Por eso no puede hablar.
Lo silencia el pacto entre Iván Hillman y Gonzalo Guízar para recuperar la alcaldía de Coatzacoalcos. Tiene que callar. Gonzalo Guízar seguirá ostentándose como el artífice del piso para niños con cáncer en el hospital regional, aunque el médico especialista, los tratamientos y el equipo médico los pague AMANC.
Tarde o temprano saldrá a relucir la verdad... INFONAVIT es la dependencia que mayores daños sufrirá cuando sea notificada de la demanda interpuesta por la familia Bringas Burelo para que les sean restituidas varias miles de hectáreas de las que se apropió el gobierno de Veracruz.
Lo peor no estriba ahí sino que en cuanto se trabe la suspensión provisional, INFONAVIT deberá abstenerse de otorgar más créditos de vivienda, lo que prácticamente acaba con el negocio de Casas Geo y el desarrollo habitacional Puerto Esmeralda... ¿Quién es esa priísta que en cada gira del gobernador Fidel Herrera Beltrán solía desabotonarse la blusa y acercarse al señor feudal, sin reparar en los comentarios que suscitaba? Fue tan efectiva su táctica que nunca le faltó trabajo, aun cuando de todas las dependencias salía entre acusaciones de corrupción .
Es algo vival y cínica, pero sabe que tiene la sartén por el mango, y sabe por qué... Aquí se dijo y así es: Chicontepec fue un proyecto fallido para Petróleos Mexicanos.