* Yunes Landa, Duarte y Ranulfo, los tres finalistas * Tonicho es el patiño del teatro priísta; declinará por el diputado gordobés * Héctor Yunes podría cambiar la ruta de la sucesión
Hay pánico en el círculo fiel. Tocado en sus fibras sensibles por la revista Proceso, que exhibe encuentros con La Compañía, uno de los apéndices de Los Zetas, el gobernador Fidel Herrera Beltrán se cobija en el coro judicial, lanzado al rescate de su honra y calidad moral.
Así vemos que el ex procurador Emeterio López Márquez señala, juzga y sentencia en tiempo récord, que hay en la información de la revista Proceso una “calumnia”. Si así procuraba justicia, se entiende por qué Veracruz es un estado de impunidad.
A don Emeterio le debe Fidel Herrera ser gobernador. Su voto en la Sala Electoral del Tribunal de Justicia de Veracruz fue el que validó el triunfo del PRI en 2004.
En pago a sus servicios, López Márquez se convirtió en procurador de justicia, desarrollando un deprimente papel, convertido en figura decorativa, rebasado por los amigos del señor feudal que eran quienes acordaban con titular del Ejecutivo y manejaban —y manejan— la dependencia a su antojo. Ahora es notario público.
Otros miembros del coro fiel son los magistrados del Tribunal Superior de Justicia. Se queman las manos por la “calidad moral” del gobernador Fidel Herrera y por su “verticalidad”. Dicen que en Veracruz, gracias al estado de derecho, “el que la hace la paga” y que no hay espacio para transigir con nadie “ni se dobla la justicia”.
Pero no es así como se disipan las dudas ni se extingue la sospecha. Proceso dio pormenores del contubernio entre el gobierno fidelista y La Compañía, a partir de testimonios de ex empleados del régimen que encabeza don Fidel que se coludieron con Los Zetas y que luego intentaron acogerse al programa de testigos protegidos de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), que los ha dejado a su suerte.
El reportaje señala que están involucrados empleados del secretario de gobierno, Reynaldo Escobar Pérez; los jefes policíacos Alfonso Lara Montero y Remigio Ortiz Olivares; el subprocurador en la zona sur, Jorge Yunis Manzanares; entregas de dinero para corromper instituciones, y la participación de elementos policíacos en la agresión armada y persecución a los hijos del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, donde fueron asesinados sus escoltas.
Van aquí algunos párrafos:
“Añaden que a finales de 2008, dos ayudantes de Escobar (Reynado Escobar, secretario de gobierno) fueron detenidos con fotografías de familiares y casas de los empresarios que viven en el fraccionamiento (Las Animas, en Jalapa), además que se les confiscaron cámaras de video, radios de telecomunicación y armas de uso exclusivo del Ejército. Sin embargo, fueron puestos en libertad al día siguiente.
“Relacionan un hecho más: el asesinato de cuatro escoltas de la familia del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, integrantes de la Agencia de Seguridad Estatal. Indican que el ataque, ocurrido en mayo de 2007, en Boca del Río, camino al puerto de Veracruz, fue ordenado por El Gonzo (extinto jefe de Zetas), al confundir el convoy en que iban los hijos de Peña Nieto con integrantes de La Familia michoacana.
“Para el operativo, además de los sicarios, se movilizaron alrededor de 30 patrullas, tanto de Coatzacoalcos como de la intermunicipal Veracruz-Boca del Río. En toda, estiman, fueron ocupados unos 90 uniformados, incluidos los de Coatzacoalcos, que está a cuatro horas del puerto. Ninguno de los agresores está detenido.
“Los entrevistados —señala Proceso— dicen que ese episodio y el de las fiestas en el fraccionamiento Las Animas también fueron omitidos por la SIEDO con el argumento de que 'eso es política' ”.
No hay en el coro de las honras fieles argumentos que contradigan las aseveraciones de los testigos entrevistados por Proceso. Alegan sin más sostén que el acomodo de frases en serie, extraviada la elocuencia, usado el elogio como arma de convencimiento.
Veracruz, empero, es desde hace tiempo santuario del crimen organizado. Los Zetas rebasaron al aparato de gobierno. Policías estatales y municipales, mandos medios y comandantes, han sido vinculados a lo ilícito. Yacen en las hemerotecas decenas de historias que describen que la seguridad ha estado encomendada a emisarios de la delincuencia. Esa es la policía de Fidel Herrera.
Lo insólito es haber organizado porras sin mucho qué decir. Los expusieron al ridículo, al juicio popular y a la crítica. Juristas que juzgan, califican y sentencian sin pruebas en la mano, son la imagen del Veracruz sin orden legal. Asumen la condición de empleados del fidelato, parlanchines de mediano perfil.
Así desafina el coro fiel. Qué vergüenza.
Archivo muerto
Héctor Yunes Landa, Javier Duarte de Ochoa y Ranulfo Márquez serán tres finalistas de la sucesión priísta por Veracruz. Tras la convención estatal del PRI, a realizarse entre el 14 y el 28 de febrero, y la emisión de la convocatoria, el maquillaje jurídico del dedazo tricolor, se iniciará el registro de aspirantes.
Los tres tomarán parte. Sin embargo, Ranulfo Márquez será el patiño del teatro fiel. Días después declinará a favor de Javier Duarte. Luego vendrá la carga de la bufalada que se pronunciará por la candidatura del diputado gordobés-jarocho, y simultáneamente el gobernador buscará planchar a Héctor Yunes.
El proyecto suena demasiado fácil y optimista entre los amigos del gobernador. Pierden de vista el crecimiento político de Yunes Landa; que puntea en las encuestas; el repudio a Javier Duarte; el agravio a las corrientes priístas que se sienten burladas, usadas y desdeñadas, y el bajísimo perfil del delfín de la fidelidad.
Si Héctor Yunes se lo propone, cambia la ruta de la sucesión. Si se queda en el PRI, habrá voto de castigo; si renuncia a su militancia, suscribirá pactos con la oposición para pulverizar al PRI...