* Calla el procurador * Versión extraoficial: hallaron un cuerpo en Soledad de Doblado * Ni confirman ni desmienten * Cuando se vaya Peña Nieto, se sabrá la verdad * Renato no tiene con qué ganar Coatzacoalcos * En Minatitlán, la familia Wade suicidará al PRI * Un negocio sucio que produce millones
Nada se sabe del periodista José Moisés Sánchez Cerezo. No se sabe si está vivo. O si lo ultimaron. Pero lo que sí se sabe es que por no arruinar la visita del Presidente Enrique Peña Nieto a Veracruz, se está ocultando la verdad.
Días aciagos, inciertos, los que viven los suyos, su familia y sus amigos, la gente que cree en él. Lo “levantaron” el viernes 2, a eso de las 7 de la noche. Allanaron su hogar, una humilde vivienda de El Tejar, municipio de Medellín de Bravo, que deja ver la pobreza en que vive, con paredes sin repellar y apenas lo indispensable.
Lo trataron mal. Llegaron los sicarios en tres vehículos e irrumpieron en el hogar. De ahí se llevaron al director del semanario “La Unión”, un impreso que da voz al pueblo, ahí sus denuncias contra la autoridad municipal, contra las decisiones de gobierno, contra los abusos de poder, contra la inseguridad y la violencia.
Lo sacaron a rastras y se lo llevaron. Su familia llamó a la policía sin obtener respuesta. Pasó más de media hora, perdidos los minutos cruciales, el tiempo que pudo servir para establecer un cerco, para salvarle la vida a Moisés Sánchez. Tardíamente llegó el Ejército, sólo para realizar rondines, sin nada que aportar.
Son más de 100 horas sin Moisés Sánchez. Su historia inunda las redes sociales con pasajes de la vida del comunicador al que el gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, pretende demeritar con la sentencia de que no es reportero, “es taxista y activista vecinal”. Ah, y “tiene una página en Facebook”. Ah, y es que “hay que decir las cosas como son”.
Hablan de Moisés Sánchez en las redes sociales, en los noticiarios nacionales, en la prensa escrita, en las organizaciones defensoras de los derechos de los periodistas y hasta en el Time, Le Monde y The Guardian.
Es el primer periodista plagiado en México en 2015, en territorio agreste para la prensa crítica, en el Veracruz donde han perdido la vida 10 comunicadores, cinco incluido Moisés han desaparecido y 22 viven en el exilio, sólo en el sexenio duartista.
Todos hablan de Moisés Sánchez y todos aluden a su línea de denuncia, a su información crítica, a su compromiso social. Todos, menos el gobernador Javier Duarte y el procurador Luis Ángel Bravo Contreras. Para el gordobés no es periodista. Para el fiscal sólo será tema de sus habituales telenovelas.
Nada se sabe en más de cuatro días desde el “levantón”, excepto por un hallazgo la noche del lunes 5 que alteró al medio periodístico, lo puso sobreaviso por la presencia de un cuerpo sin vida en las cercanías de Medellín.
A eso de las 7 de la noche —reza una versión de prensa— policías estatales realizaban el levantamiento de un cadáver en el poblado Piedra de Indio, municipio de Soledad de Doblado. Tenía las manos atadas y se hallaba en el camino que va a Camarón de Tejeda.
Presuntamente llegaron elementos policíacos. Recogieron el cuerpo, limpiaron la escena y se retiraron. Los pobladores sostienen que algunos de ellos vestían con ropa militar y otros tenían bata semejante a la que usa el Servicio Médico Forense.
Alrededor de las 10 de la noche se presentaron periodistas acompañados de policía municipal, alertados por una llamada anónima que señalaba que podía tratarse del reportero Moisés Sánchez Cerezo.
No hallaron nada. Por la oscuridad y la falta de instrumentos para realizar la búsqueda, desistieron. Nadie en el pueblo quiso hablar del tema.
Retornaron el martes 6. Muy de mañana acudieron de nuevo a Piedra de Indio. Entonces sí habló la gente. Relataron cómo llegó la policía y los militares, levantaron el cuerpo y limpiaron la escena. Sin embargo, nadie pudo afirmar que se tratara del periodista Moisés Sánchez Cerezo.
Insistentes, los reporteros acudían a las fuentes oficiales. Llamaban al procurador Luis Ángel Bravo Contreras, a agentes del Ministerio Público, a jefes policíacos. No había respuesta.
Consultaron fuentes extraoficiales. Ahí fluyó la información. Confirmaban el hallazgo del cuerpo en Piedra de Indio, a 200 metros del poblado.
Las versiones de personal de servicios periciales indicaban que fueron hallados dos cuerpos; uno era de una mujer, embolsada, hallada en el río Cotaxtla; el otro era de varón. Ambos, sin embargo, presentaban estado de putrefacción, supuestamente por haber fallecido hacía un tiempo considerable. Esa hipótesis descartaba que se tratara de Moisés Sánchez.
A lo largo del día, el procurador Luis Ángel Bravo, alias “Culín”, se negó a abordar el tema con la prensa veracruzana. Habló, en cambio, para Grupo Imagen y perfiló la autoría del secuestro hacia el alcalde de Medellín de Bravo, Omar Cruz Reyes, a quien el hijo del periodista, Jorge Sánchez, señala de haber amenazado a su padre.
Tres días antes del “levantón”, Moisés Sánchez dijo que una persona llegó a decirle que el alcalde “le iba a dar un susto”. Así lo relato a su familia.
Bravo Contreras señaló a Grupo Imagen que se estaban realizando las indagatorias y que por contar con fuero constitucional, el edil tendría que ser sujeto al procedimiento para poder declarar y enfrentar la denuncia correspondiente.
Para el procurador, el origen el plagio obedece a un conflicto entre Moisés Sánchez y Omar Cruz.
“Es debido al diferendo que sostenía Moisés como activista, demandando constantemente al alcalde obras incumplidas, demandando seguridad, demandando tantas cosas del gobierno municipal”, dijo Proculín.
Bravo Contreras también se cuida de llamarle periodista a Moisés Sánchez. En la entrevista con Grupo Imagen no lo categoriza como tal.
Entre 7 y 8 de la noche del martes, Bravo Contreras recibió una andanada de tuits en las redes sociales, demandante la prensa de que aportara información en torno al paradero de Moisés Sánchez, o que confirmara si el cuerpo hallado en Piedra de Indio correspondía al periodista. Nada dijo el procurador. Hizo saber que encabezaba las indagatorias para resolver el caso, pero no dio la cara.
A Javier Duarte lo peor que le pudo pasar fue el “levantón” de Moisés Sánchez. Veracruz vuelve a ser centro del escándalo por el riesgo en que realiza su labor la prensa crítica.
Ocurrió el plagio a cinco días de la visita del Presidente Enrique Peña Nieto para encabezar los 100 años de la promulgación de la Ley Agraria.
Javier Duarte es afecto a manipular hechos y circunstancias. Es truculento y falto de ética. Así lo hizo con el secuestro y muerte de la niña Karime Alejandra Cruz Reyes, en Coatzacoalcos. Sabía que ya había fallecido y le daba esperanzas a los padres. Había trascendido el infausto final, documentado en la prensa independiente, y el gobernador proseguía con la farsa.
Quería contener el impacto para no afectar la reunión con senadores del PRI y del Partido Verde, reunidos en Boca del Río. Antepuso una razón política a la verdad.
Hermético, el procurador no responde ahora a las versiones que dan cuenta de un desenlace adverso con el periodista Moisés Sánchez Cerezo. No confirma ni desmiente.
Javier Duarte está hecho un acertijo. Nada pudo ser peor que un periodista fuera plagiado en la víspera de la visita de Peña Nieto.
Pero en cuanto se marche el Presidente, se sabrá la verdad.
Archivo muerto
Por Coatzacoalcos, Renato Tronco Gómez no tiene posibilidad alguna de ser diputado federal. No pesa. No suena. Si se habla del ex alcalde de Las Choapas, hoy diputado local, el más faltista el Congreso, es para recordar las madrizas que le acomodaba a los choapenses que ejercían su derecho a la protesta, y con eso no se ganan adeptos. Renato tiene su público entre bases que no entiende de fórmulas políticas, que los compra con un kilo de verduras, un litro de leche y un queso fresco. Coatzacoalcos no es ese escenario. Una parte del electorado está bajo el control de los priístas. Son los beneficiarios de los programas sociales. A la otra parte le da lo mismo el PRI que la oposición. Y lo mismo da voto de castigo que voto de complicidad. Quizá Renato Tronco encaja en Agua Dulce, pero no en Coatzacoalcos y Nanchital. Su escenario está en Minatitlán, distrito al que pertenece el municipio de Las Choapas, enorme el número de votos que ahí se generan, con influencia en la zona rural minatitleca. Es su escenario porque el PRI carece de figuras en la vecina Minatitlán. Es su escenario porque el PRI va rumbo al suicidio si el líder petrolero Jorge Wade González impone a su esposa Reyna León o a su hijo Jorge Wade Zúñiga en la candidatura tricolor. Inefable, arbitrario, inmensamente abusivo, Renato Tronco ya no tiene el aparato de poder del PRI, ni el fraude a su favor. Ahora se cobija en Movimiento Ciudadano y en un pequeño descuido sería candidato de Morena, pues al Peje López Obrador no le importa con quien aliarse si eso le representa votos, aunque sean sucios y con olor a PRI...
¿Quiénes son esos personajes que de un negocio sucio, como es la basura, extraen cientos de miles de pesos al mes, una millonada a fin de cuentas, a sus cuentas personales, vía la renta de maquinaria, góndolas, camiones de volteo, un predio ocioso, tráfico de influencias? Una pista: son cuatro; un político, un ganadero y dos líderes obreros. ¿Y el impacto ambiental? Bien gracias. La ley puede esperar...
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