* Define el PRI precandidatos a la diputación * Zamorano, Castellanos, Montoya, Casarrubias, Flavino, Isela González, Loutfe y Estrada, los ungidos * Conflicto Oscar de la Cruz-Ayuntamiento * Violan funcionarios suspensión provisional en juicio de amparo federal * Amaga el constructor con pedir que el Ejército le dé posesión de predio en el malecón * ¿Habrá calculado Marcelo Montiel el costo político del enfrentamiento?

No es secreto el odio que se tienen los marcelistas y los gonzalistas en Coatzacoalcos. Marcelo Montiel Montiel ha llegado en dos ocasiones a la alcaldía y Gonzalo Guízar Valladares ninguna, y por lo que se ve, nunca lo hará.

Marcelo Montiel le cerró la puerta en 2007. Regresó del Congreso de Veracruz, donde era diputado local, avivó una campaña de imagen, maniobró con las bases de su partido, atizó la versión de que nadie como él para darle votos al PRI y envió a Guízar a la Legislatura como premio de consolación.

Esa afrenta no se ha diluido. Gonzalo Guízar construyó desde entonces su proyecto para arribar a la presidencia. Se alió con Iván Hillman, un ex alcalde de bajísimo perfil, mala fama y abundante repudio social. Se montó en el aparato de difusión del ivanismo, Diario del Istmo, propiedad de los suegros del ex edil, e inició su camino hacia el palacio municipal.

En el trayecto, sin embargo, agobiado por los escándalos de sus hermanos, acusados de despojo de terrenos y diversas historias delictivas, Gonzalo Guízar fue minando su potencial.

 

 Siempre estuvo en el ojo del huracán, cuestionado por la crítica periodística, indefendible su oferta política, se le observó como el gran traficante de influencias, cómplice de lo ilegal, ajeno, siempre ajeno a las frases propagandísticas que el rotativo le prodigaba sin mesura y sin sensatez.

Mientras Gonzalo Guízar se desgastaba en recomponer su imagen, Marcelo Montiel confeccionaba el escenario para arrebatarle de nuevo la candidatura. Hace unas horas se desplomó el Proyecto Guízar. No será alcalde de Coatzacoalcos impulsado por el PRI. Su lugar fue tomado por Marco César Theurel Cotero, secretario de Comunicaciones del régimen fidelista, a quien Diario del Istmo descalificó por años suponiendo en el golpe artero la fórmula para marginarlo de la sucesión.

Quedar fuera de los escenarios de poder, es traumático para el priísmo. También representa un riesgo para el PRI. El legislador detenta una estructura de poder, menguada pero que nadie desestima. De ahí que en el proceso de recomposición a Gonzalo Guízar le lluevan ofertas y promesas. Una de ellas fue la Secretaría del Ayuntamiento de Coatzacoalcos y tres regidurías, que don Gonzalo desdeñó.

Pidió la diputación local para su hermano Luis Fernando, pero no se le concedió; ésta le fue otorgada a José Murad Loutfe Hetty, operador del ex alcalde Iván Hillman Chapoy. Pretende imponer al próximo síndico municipal, pero no ha encontrado eco. Dicen que será el próximo contralor del gobierno de Veracruz.

Su suerte, pues, está echada. Gonzalo Guízar tiene un futuro incierto en el PRI. Pide y no se le da. Marcos Theurel, en cambio, llega con la venia del gobernador Fidel Herrera, acuerpado por el marcelismo. Montiel Montiel, para cerrar la pinza, reclama la Sindicatura para sus operadores.
Es una historia de odio de baja intensidad. Así han cohabitado, así les gusta.

Define el PRI sus candidaturas a diputados locales en el sur de Veracruz: Cosamalopan, Elena Zamorano Aguirre; Santiato Tuxtla, Jesús Castellanos; San Andrés Tuxtla, Tomás Montoya; Minatitlán, Flavino Ríos Alvarado; Acayucan, Abel Jacob Velasco Casarrubias; Cosoleacaque, Isela González Domínguez; Coatzacoalcos I, José Murad Loutfe Hetty, y Coatzacoalcos II, Marco Antonio Estrada Montiel.

 

Esos ocho distritos definirán la elección de gobernador. En 2004 fueron clave para que Fidel Herrera Beltrán, del PRI, ganara la elección... En el peor momento político para el marcelismo ocurre el enfrentamiento con el constructor Oscar de la Cruz Cruz por la posesión de un predio en el malecón de Coatzacoalcos, a la altura de la colonia FOVISSSTE.

 

El martes 16, vecinos del lugar, apoyados por personal del Ayuntamiento, impidieron que fuera colocada una malla en el predio, que Oscar de la Cruz reclama suyo, amparado en una escritura que valida la operación de compraventa y el título de propiedad. Al día siguiente, el miércoles 17, Oscar de la Cruz obtuvo una suspensión provisional tras solicitar un amparo federal. La juez novena, Irma Caudillo, le otorgó ese beneficio y con el documento en la mano se presentó a colocar nuevamente la malla.

 

Otra vez aparecieron los vecinos, respaldados por personal del Ayuntamiento de Coatzacoalcos, e impidieron que fuera cercado el terreno. Funcionarios municipales —el secretario de Obras Públicas, Joaquín Caballero Rosiñol, y el titular del área jurídica, Carlos de la Rosa, entre otros— negaron estatus de dueño del predio a Oscar de la Cruz. El secretario de gobierno, Víctor Rodríguez Gallegos, dijo desconocer la situación jurídica del inmueble.

 

Lo grave radica en que se violó una suspensión provisional derivada de un juicio de amparo federal. La versión del Ayuntamiento se funda en que los terrenos fueron donados por INVIVIENDA, dependencia conque el régimen fidelista se ha apoderado de amplias extensiones; nada más en Coatzacoalcos el robo de tierra fue de 6.6 millones de metros cuadrados.

 

Ya anteriormente Oscar de la Cruz había vencido en tribunales a INVIVIENDA, al suegro incómodo del precandidato priísta, Javier Duarte, el seudoempresario Jesús Antonio Macías Yazegey, y obligó al Ayuntamiento a respetar los permisos de construcción otorgados para la construcción de viviendas.

 

¿Qué motivó a los principales operadores del alcalde Marcelo Montiel a actuar en masa, violando una suspensión provisional de amparo, dizque para preservar un área verde? Oscar de la Cruz amaga con solicitar que se cumpla la determinación de la juez federal, así sea con la intervención de la Policía Federal Preventiva y, de ser necesario, del Ejército Mexicano.

 

¿Lanzará el alcalde Marcelo Montiel al personal del Ayuntamiento y a sus principales operadores contra la policía federal o contra elementos militares? ¿Habrá calculado el costo político de esa acción? Será este otro caso que habrá de reventar en el escenario nacional...