Un escándalo político es un signo adverso, pero un escándalo por violación de una menor es gravísimo. Eso enfrenta el diputado local del Partido de la Revolución Democrática, Celestino Rivera Hernández, uno de los cuatro legisladores perredistas en el Congreso de Veracruz.
Su caso es especial. Se le acusa de haber violado a una joven indígena de 15 años en la comunidad El Puente, municipio de Tempoal, donde Celestino Rivera fue alcalde. Tiene, para terminarla de complicar, el señalamiento de la agraviada.
Es de tal relevancia el caso, que la directora del Instituto de la Mujer en Veracruz, Martha Mendoza Parissi, lo ha hecho público y le ha pedido a la Procuraduría de Justicia del Estado que realice la investigación y proceda en términos de ley. A la par de ello, se ha movilizado a un sector amplio de la prensa para que destaque el señalamiento y tácitamente pida que el legislador sea llevado ante los tribunales.
Tanta disposición, amén del interés periodístico, provoca sospecha. Conforma la idea de que frente a la posibilidad de que el diputado perredista haya incurrido en una conducta deleznable, haya en el trasfondo una motivación política que sentaría al legislador y al mismo PRD en el banquillo de los acusados.
A como se presentan los hechos, don Celestino Rivera va a tener meses de incertidumbre y un futuro oscuro, plagado de nubarrones y un escenario en que tendría que ser desaforado para enfrentar los señalamientos en tribunales y quizá pasarse el resto de su vida en prisión.
Existe, sin embargo, otro hecho de semejantes características al que no se le dio la misma difusión que en el caso del diputado Celestino Rivera. Se trata de un caso de seducción y abuso sexual cometido por un amigo cercano del hoy diputado federal electo por el distrito de Cosoleacaque, Antonio Benítez Lucho.
El hecho ocurrió hace ya un par de años. Pedro Castelnau González enamoró a una joven, entonces menor de edad, y la embarazó. Vivió con ella una temporada y tuvieron un hijo. Al paso del tiempo fue acusado por el padre de la doncella, Alejo Abino Hernández Matías y logró que lo aprendieran.
Según la investigación ministerial 546/08, radicada en la agencia del Ministerio Público Especializada en Delitos Sexuales, se acreditó el delito por parte del amigo del hoy diputado Benítez Lucho, quien en un acto de solidaridad intentó ayudarlo, le tendió la mano y a punto estuvo de involucrarse en el caso.
De haberlo hecho, la campaña del candidato priísta habría sufrido un descalabro. Benítez Lucho casi exigía que lo liberara la Procuraduría de Justicia de Veracruz, pero hubo una voz sensata que terminó por disuadirlo.
Pese a la gravedad del asunto, la acusación fue desestimada cuando el padre de la joven mancilla cobró 50 mil pesos; en eso tasó el honor de la hija y el agravio emocional que sufrió. Pedro Castelnau burló así, la acción de la justicia.
Son dos casos, el del diputado perredista Celestino Rivera y el del amigo del priísta Benítez Lucho, observados con un cristal distinto y medidos con un rasero que condena de antemano a uno y exime de culpa a otro.
Justicia, a secas, pues.
Archivo muerto
Alberto Estrada Magumes es algo así como un chivo loco en cristalería. Desoye al regidor Claudio Cahuich Velázquez y a la agente municipal de Mundo Nuevo, Mayra Gutiérrez, quienes le han sugerido con quién cubrir espacios de trabajo en el Ayuntamiento. Como el líder sindical tiene compromisos propios, simplemente hace como si el edil y la agente municipal no existieran, y peor aún, como si ambos tuvieran menor rango y jerarquía que el charrito del Sindicato de Trabajadores del Ayuntamiento de Coatzacoalcos. Eso ocurre mientras don Magumes ni siquiera ha logrado que se le asigne un espacio a los empleados de Servicios Generales, quienes deben aguardar sus órdenes de trabajo sentados en el suelo en el pasillo que comunica al viejo palacio municipal con el edificio anexo. ¿No habrá quien le explique que un regidor es parte del cabildo y que éste es el máximo órgano de autoridad en un Ayuntamiento? ¿O será muy difícil comprenderlo?… Una más del Partido de la Revolución Democrática: será multado —y la multa será millonaria— por desacato al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación al haber incumplido en la sentencia que lo obliga a realizar una nueva elección interna en Veracruz. Los líderes de las tribus perredistas simplemente no se ponen de acuerdo e ignoran el mandato del TRIFE, que ordenó reponer el procedimiento de elección ante una serie de irregularidades registradas el 16 de marzo de 2008. Varios de los dirigentes dicen que antes que convocar a una elección, prefieren que el IFE aplique la multa. Claro, como el dinero no tendrá que salir de su bolsillo… Palabrería pura del ex secretario de gobierno, Flavino Ríos Alvarado, cuando intenta insertarse en el proceso electoral, en 2010. Es mal visto a los ojos del gobernador Fidel Herrera; cada vez tiene menores adeptos en Minatitilán y para colmo, ni siquiera es veracruzano. Los cargos que ocupó sin cubrir los requisitos de ley, son fraudulentos. En la pasada elección del 5 de julio tuvo un desempeño mediocre; perdió casillas en la zona urbana de Minatitlán, que supuestamente tenía controladas, lo que provocó irritación en Jalapa… Cónclave perredista en Minatitlán. El ex líder estatal del PRD, Rogelio Franco Castán, se reunirá el domingo 9 con sus operadores. Se espera que entre ellos esté el ex regidor del Ayuntamiento de Coatzacoalcos, Alejandro Wong Ramos, quien logró dejar sin efecto la orden de aprehensión que tenía en su contra por la gresca contra cuatro periodistas…