* Cae Amado Cruz a 3 por ciento de intención de voto * Dice Tony que sólo tres pen... leen INFORME ROJO * Cierto: uno se llama Fidel, otro Javier y el otro Tony

 

Dicen, y dicen bien, que Jaime Rafael Quintanilla Hayek tiene las virtudes de Al Capone. Le sobran los líos con la justicia; se hunde en un fango que él mismo creó; confía en la impunidad que le conceden sus amigos políticos, y es un ingrato superlativo que prefirió ver a su padre, don Jaime Fidel Quintanilla Garza, con una orden de aprehensión encima, que reintegrarle al gobierno federal los 5 millones de pesos que con acciones fraudulentas le cobró.

Jaime Quintanilla hijo, es único. Se ha declarado duartista a morir. Aunque entrado en años, canoso y maltratadón, se deja ver con la Juventud Dinámica (JD), una de las máscaras del proyecto Javier Duarte. Acude a sus eventos, convive con el gordobés, posa la foto y olvida que meses atrás, cuando era panista, alardeaba que sería el próximo candidato azul a la alcaldía de Coatzacoalcos.

Quintanilla Hayek no aspira a la presidencia municipal; aspira a la impunidad política. Se ufana de ser un mago de las finanzas, un hacedor de fortuna y el futuro operador financiero de Javier Duarte de llegar al gobierno de Veracruz.

 

 Nada es cierto. Jaime Quintanilla es un tramposo de los números, un fraude esférico y un perseguido de la justicia. Le llueven denuncias, juicios mercantiles, acusaciones por agenciarse bienes inmuebles ajenos, rentarlos, cobrar cantidades elevadísimas y pasar a arder a bancos, particulares y a las mismas empresas de bienes raíces que en mal momento le dieron su representación.

Hoy, la vida lo ha situado en su justa dimensión, en su ínfima estatura. Urdió un negocio fantasioso para cobrarle una millonada a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, falsificó dos sentencias judiciales y terminó provocando una orden de aprehensión contra su padre, Jaime Fidel Quintanilla Garza, el flamante secretario del Consejo Concultivo Ciudadano de Coatzacoalcos, un hombre de avanzada edad.

La historia se resume en unas cuantas líneas. En 2002, cuando se conoció que la SCT construiría un libramiento vial, al que se denominó Acceso al Puerto de Coatzacoalcos, la empresa Inmobiliaria Parque Industrial Coatzacoalcos, S.A.

de C.V. pretendió adjudicarse terrenos cercanos al río Coatzacoalcos, a la altura de la central camionera. IPICSA era representada en instancias judiciales por Jaime Rafael Quintanilla Hayek; su tío Sami Hayek Domínguez, padre de la actriz Salma Hayek Jiménez; su padre, Jaime Fidel Quintanilla Garza, y el abogado Cosme Atonaltzin René Cruz Cruz. Sobre ellos recaerían las acciones legales.

Tiempo después, para ostentarse como dueños de 5 hectáreas afectadas por la construcción de libramiento vial, clonaron dos sentencias judiciales, la 904 y la 1936, supuestamente emitidas por el Juzgado Segundo de Primera Instancia de Coatzacoalcos para determinar la nulidad del título de propiedad que le otorga a la sucesión Bringas Burelo los derechos sobre más de 5 mil hectáreas.

Aquello fue una estafa. El juicio 1936/2004 no existía, pues ese año únicamente se efectuaron 1903 litigios. El juicio 904/2004 se refiere a una demanda de pensión alimenticia que le formula la señora Thelma Ruth Hernández Tamayo en contra de Afelio Javier Leyva. Sin embargo, Quintanilla y socios las hicieron pasar por sentencias reales para anular el título de los Bringas y así apropiarse de 170 hectáreas, entre las cuales se hallaba la afectación por el libramiento vial.

Pese a haber sido alertada de la maniobra, la SCT consintió pagar casi 7 millones de pesos a los Quintanilla y socios. Se expidieron cheques por más de 5 millones de pesos, a nombre de Quintanilla padre, representado por su hijo Jaime.

 

La dueña del predio, Servicios de Ingeniería, Mediciones y Controles, vía su abogado Homero Gutiérrez Melchor, logró acreditar con dos certificaciones del Jugado Segundo Civil de Coatzacoalcos y con certificación notarial, que el Clan Quintanilla había falsificado dos sentencias judiciales.

Ante un hecho tan lesivo al derecho, presentó una queja ante el área jurídica de la SCT, pero fue desestimada. Le dijeron que no había daño patrimonial a la dependencia.

 

Llevó entonces el caso ante la Procuraduría General de la República y fue así como se encontró un cauce , pero sin tocar a los funcionarios de la SCT o a los de la Secretaría de la Función Pública que se prestaron a encubrir la pestilencia.

Cuando el caso fue consignado, llegó al Juzgado 9o. Federal de Coatzacoalcos. Este se declaró incompetente y lo trasladó al Juzgado Primero Menor, donde únicamente se giró la orden de aprehensión 835, de fecha 20 de abril, dentro de la causa penal 126/2010, únicamente contra Jaime Fidel Quintanilla Garza, padre del cerebro de toda la maquinación.
Un día después la impunidad volvió a tener efectos.

 

Advertidos de que el empresario, pese a su avanzada edad podría ir a la cárcel, se le tramitó un amparo federal, el 275/2010, para evitar ser aprehendido. Debe pagar una fianza y encarar un juicio por uso de documento falso.

Jaime Quintanilla, su hijo, sin embargo, vive la vida. Ríe, goza, construye castillos en el aire, sueña con ser el operador financiero de Javier Duarte, burlar la ley, atropellar el derecho y disfrutar la impunidad política.

No importa si para ello su padre tiene que ir a la cárcel.
Así era Al Capone.

Archivo muerto

Patético el caso Amado Cruz Malpica: tiene intención de voto de sólo 3 por ciento y, así, ni remotamente podría ser alcalde de Coatzacoalcos. El sondeo realizado por una empresa encuestadora —el nombre se reserva a petición de quien contrató sus servicios—, en los últimos días de marzo, revelan datos de miedo para el precandidato del Partido de la Revolución Democrática. No sólo no creció en las preferencias electorales, sino que va en caída libre. El 31 de enero habría votado por él el 7 por ciento del padrón electoral; el 30 marzo sólo lo habría hecho el 3 por ciento. A su tiempo se divulgarán los nombres de las empresas encuestadoras que realizaron el sondeo... Dice el señor Macías que INFORME ROJO sólo lo leen tres pen... Tiene razón: uno se llama Fidel; otro se llama Javier, y el otro se llama Tony, alias “El Nomames”. Servido..