Son madres y hermanas. Son esposas, algunas esperando bebé. Son varones, viejos y jóvenes. Se irritan y reclaman, enfrentan al Ejército, lo repliegan, resisten y se oponen a que se roben los cuerpos, a que borren la evidencia de los muertos en Clorados 3.
Indigna la escena en las redes sociales, difundidas en portales de internet, al mediodía del jueves 21, formando vallas humanas en torno camionetas blancas en cuyo interior viajan funcionarios sindicales petroleros.
No pasan y no pasan. Les manotean y los conminan a regresar. Una de ellas se resiste y les cae una lluvia de piedras. Discuten con el propietario, obligado a descender del auto, observando cómo se intensifica la pedriza que perfora los cristales.
Se agrava el conflicto cuando un convoy militar pretende ingresar al complejo petroquímico y llegar a lo que fue la planta Clorados 3. Se torna férrea la resistencia, cuerpo a cuerpo, hablando los civiles, arengando los militares, renuentes los familiares de los obreros desaparecidos a permitir que los soldados dispongan de los cuerpos.
“Se los quieren robar”, expresa un joven que dice ser delegado sindical. “Se quieren llevar la evidencia, no reconocer que nuestros familiares murieron en la explosión, dejarlos en calidad de desaparecidos”.
Otro hombre, mayor, increpa. Dice que lo que importan son los cuerpos. A nadie le interesan en ese momento los fierros, lo que quedó de la planta Clorados 3
Apenas y hablan los militares. Y si es con la prensa, menos. Dicen que sólo iban por restos de la planta hecha añicos por el efecto de la explosión, ocurrida a las 3:17 de la tarde del miércoles 21, cimbrando a todo el sur, percibida la onda expansiva en Coatzacoalcos, Minatitlán hasta Agua Dulce y Las Choapas.
“Se quieren robar los cuerpos”, siguen diciendo los familiares de los caídos. Entre ellos hay mujeres de edad, bravas, aferradas, reacias a dejar que los militares den un paso adelante. Finalmente los obligan al retiro.
Dice la Agencia France Press, en nota de su corresponsal en Coatzacoalcos, Ignacio Carvajal:
“Unas 300 personas se agolparon a lo largo de la mañana en el cordón de seguridad establecido por un centenar de militares en torno de Petroquímica Mexicana de Vinilio, copropiedad de la estatal Petróles Mexicanos (Pemex) y de la privada Mexichem, que opera la planta localizada en Coatzacoalcos, Veracruz (este).
“ ‘Queremos que nos los entreguen, que no lo hagan perdedizo, si no nos dejan pasar nos vamos a pasar por la mala’, dijo a la AFP entre indignada y resignada a la fatalidad Guadalupe Torres, que busca a su hermano Fernando, de 21 años y que cumplía su última semana de un trabajo temporal.
“Por momentos, los militares batallaban por contener a los civiles, cuyos reclamos mezclados con llanto se agudizaron cuando llegaron camionetas de servicios periciales y vehículos castrenses.
“Al final, con lista en mano, militares permitían el acceso a grupos pequeños de personas para recibir informes sobre el destino de sus seres queridos.
“Un obrero sobreviviente a la explosión y que prefirió guardar el anonimato por temor a represalias, relató a periodistas que había unos 300 trabajadores al momento de la deflagración y que la fuga comenzó por la mañana, unas cinco horas antes del estallido fatal.
“ ‘Estaba en la parte de atrás cuando se vino la primera explosión, vimos cómo los vidrios se colapsaban, los fierros cómo se doblaban porque es un material viejísimo. Con la segunda explosión vi cómo volaban los cuerpos desde los andamios’, añade antes de irrumpir en llanto pues compañeros suyos murieron.
“El presidente Enrique Peña Nieto envió durante un acto público un mensaje de solidaridad para las víctimas y sus familiares y anunció que por la tarde recorrerá el sitio de la explosión.
“ ‘Sin duda este incidente ha causado pena y dolor en muchas familias’, dijo Peña Nieto.
“José Antonio Galicia, empleado de una firma contratista del complejo y que estaba a unos metros del complejo al momento de la deflagración, denunció que la planta "avisó" porque venía registrando fugas desde semanas atrás.
“ ‘La causa fue una fuga. La pregunta es por qué se escaparon esos gases de los contenedores. Todo indica que fue un accidente’, dijo a Radio Fórmula el director general de Pemex, José Antonio González Anaya.
“José Antonio Puente, coordinador nacional de protección civil de la secretaria de Gobernación, informó por la mañana del saldo fatal de 13 muertos, 136 heridos, 13 de ellos graves, y 18 desparecidos.
“ ‘No se ha ingresado a una zona muy delicada, puede haber derrumbes, la están enfriando con chorros de agua y esa cifra (de fallecidos) podría incrementarse. Tenemos todavía mucha gente en los hospitales’, detalló Puente a la televisora Milenio.
“Las víctimas son en su mayoría trabajadores de la planta conocida como Pajaritos y que se ubica en la costa del Golfo de México. Los familiares de obreros temen que los desaparecidos sean muchos más.
“En imágenes subidas a Twitter por Puente se observa a funcionarios recorriendo el complejo reducido a un enorme amasijo de metales y tubos, en parte quemados por el fuego que desató la explosión”.
Inútil, la visita de Enrique Peña Nieto sólo sirvió para el pavoneo, la foto y el video en noticiarios, provocando el repudio, desatando la ira general.
Dos aviones, uno de la Fuerza Aérea Mexicana y otro de la Policía Federal, aterrizaron en el aeropuerto de Canticas a primera hora. Va la avanzada presidencial y los expertos de la PGR.
Llega Peña Nieto pasado el mediodía. Se dirige a Pajaritos. Apenas si ve a los familiares de los muertos o heridos. Camina entre los fierros retorcidos, acompañado por Javier Duarte y el alcalde de Coatzacoalcos, Joaquín Caballero Rosiñol, funcionarios de Pemex, prensa extranjera, nacional y unos cuantos reporteros locales.
Pierde el tiempo Peña Nieto. Explica que no hay razón para ocultar los cuerpos, que habrá condiciones para ingresar a la planta, hallar los restos y que sean entregados a los familiares.
De ahí se mueve a Minatitlán. Visita a heridos del siniestro de Clorados 3. Pero ahí no está el nudo del conflicto. Ahí no está el grueso de los afectados. Ellos están en Coatzacoalcos, en la clínica 36 del Seguro Social y el presidente los Evade.
Por la tarde, Pemex revela que han perdido la vida 10 de los heridos, atendidos todos en hospitales de Coatzacoalcos y Minatitlán. Son ya 13 los muertos.
Por la noche el panorama es sombrío. Informa el director de Pemex, José Antonio González Anaya, que la cifra de decesos se ubica ya en 24. Se logró identificar a 12, ocho fueron entregados a sus familiares.
De los lesionados, aún había 19 hospitalizados de un total de 113 que ingresaron. Sin embargo, 13 de ellos permanecen en estado crítico. Trasciende que la mayoría fueron trasladados a hospitales especializados en casos de quemaduras graves.
Rocío Nahle García, diputada federal, lideresa de la fracción parlamentaria de Morena en San Lázaro, increpa y dispara. Dice que Mexichem es la responsable del siniestro, no Pemex.
Pemex da la cara, agrega, pero la responsabilidad es de la empresa salinista, propiedad del ex banquero Antonio del Valle, con la Çcual se asoció Pemex. Advierte que le sea retirada a Mexichem la concesión.
Sea lo que sea, los familiares sólo quieren saber de los suyos. Por eso se enfrentan al Ejército. Por eso increpan a los militares. Por eso se engallan cuando les dicen que sólo van por los f¡erros
Saben que quieren los cuerpos. Y no lo van a permitir.
Archivo muerto
Con rictus de tristeza, Héctor Yunes expresa su pesar. Se dirige a los familiares de las víctimas de Clorados 3, la explosión que cimbró a Pemex, al complejo petroquímico Pajaritos, al sur de Veracruz. Con rictus irreal dice el candidato del PRI al gobierno de Veracruz, en Facebook: “¡Unidos saldremos adelante! Lamento lo sucedido en ‘Pajaritos’, he dado puntual seguimiento. Mi solidaridad a las víctimas de esta tragedia, estoy a sus órdenes con todo el apoyo que se requiera en el 22 86 90 24 66”. Pocos le creen. Sus seguidores sí. Otros lo tildan de oportunista. Otros lo increpan. Otros lo insultan. Una más en redes sociales, en Twitter, cuando desde la plataforma priista Registro partidario CDE Veracruz “solicitamos su apoyo para reunir los materiales que hacen falta en los hospitales donde se encuentran los heridos. pueden llevarlos a la Cruz Roja de sus municipios y ellos los trasladan a Coatzacoalcos”. Lo suscriben: PRI en Acción, Movimiento PRImx Veracruz, Secretaría de Mujeres Jóvenes Veracruz, Héctor Yunes Landa, Verónica de la Medina de Yunes, Andrea Yunes Yunes, Liz Yunes, Observatorio PRI. Éste último es usado para lanzar ataques contra los enemigos, adversarios y críticos del duartismo. Eso no se hace…
Prescinde Víctor Rodríguez Gallegos de las promotoras del PRI. Su argumento es que ya no mueven el voto, son inoperantes. Y en muchos casos es real. Va el pupilo de Marcelo Montiel a la contienda por la diputación local por el distrito 29, Coatzacoalcos Urbano, con el apoyo de las coordinadoras de programas sociales, las que aglutinan a los beneficiarios de lo que fue Oportunidades, 65 y Más, Pisos y Techos Firmes, becas y lácteos, comedores comunitarios, Cruzada contra el Hambre. O sea, las promotoras no sirven y mejor usar los programas sociales federales. A ver. ¿Es acaso la versión sureña de Ladrones de Elecciones en Boca del Río? ¿U otro capítulo del G-5, el programa con el que se agandalló la gubernatura Javier Duarte, apoderándose de los recursos federales y convirtiéndolos en voto duro? No escarmienta Víctor Rodríguez. Tiene denuncias en la PGR, que de un momento a otro se reactivan, y una en curso en la Fepade, y no cambia sus métodos de fraude…
Sorpresa la que cocina Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”— con el partido Alternativa Veracruzana. No ceja en que su esposa Lu-pilla sea candidata a diputada por el distrito Coatza Urbano y a la vez número dos en la lista plurinominal, sino que él usará al AVE para un proyecto propio que será el dolor de cabeza de sus enemigos…
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