Bajo la sombra de Flavino Ríos, Ricardo Orozco roza los límites del poder demencial. Pervierte al Itesco, corrompe alumnos, falsea excelencia, en sus manos la estructura escolar que transforma en su estructura de campaña, desquiciado y rapaz.
Su otro yo es peor que el Ricardo Orozco Alor que sonríe en la propaganda oficial, invitando al voto por el PRI, con sus lastres y sus vicios, su lodo, como aquel que suele lanzar contra maestros y alumnos en uno de sus ranchos para medir quiénes están dispuestos a hacer lo que sea por él.
Se cuentan historias malas y se cuentan historias peores del cacique del Instituto Tecnológico de Coatzacoalcos, al que llegó como empleado, líder sindical, de su mano el último contrato colectivo, y luego el asalto a la dirección del plantel, para afinar los mecanismos con los que esa institución actúa como un motor de voto, una maquinaria electoral.
De Minatitlán llegó Ricardo Orozco al Itesco y hoy lo usa para mover al estudiantado —unos 10 mil alumnos cautivos, unos cuantos rebeldes—, al que encomienda usar fundaciones, tocar puertas, pedir el voto, el número de credencial, convencer e imponer con tal de llegar a ser diputado federal por su tierra natal.
Nueve audios exhiben y desnudan la podredumbre, en ellos la voz del candidato del PRI, evidenciado en su esencia, intratable, impositivo, rajando hasta del gremio petrolero, de la Sección 10, poderoso entre poderosos, al que promete arrebatarle el poder.
Nueve audios y decenas de documentos revelan de qué lodo está hecho el candidato del PRI a la diputación local por el distrito de Minatitlán, Ricardo Orozco Alor, protegido y alumno de Flavino Ríos Alvarado, secretario de Gobierno.
Retratan los documentos qué voraz es el candidato. Usa a los alumnos, los lleva a su redil, les encomienda la promoción del voto, los seduce con calificaciones de excelencia —de 100 a 90, mínimo—, tácitamente convirtiéndolos en profesionistas que nunca acudieron a clases, cuyas listas circulan ya en redes sociales.
Son cómplices los maestros que acreditan esas calificaciones para el selecto grupo de operación política de Ricardo Orozco, que no reparan en el engaño, alumnos-fraude que sin calentar la silla, sin exponer en clase, sin presentar exámenes, terminan siendo profesionistas con título y con chamba en la institución.
Crean fundaciones que mueven recursos. Cada semestre el Itesco asigna a cada alumno un talonario de cinco boletos para un sorteo. Su costo es de 100 pesos por boleto. Al año el alumno debe saldar el costo de los 10 boletos, mil pesos. Son 10 mil alumnos. Son 10 millones de pesos. Y no se sabe quién es el ganador del premio mayor.
SUTITESCO es la fundación clave. No se tiene registro de su origen, ante qué notario público se le dio vida, quiénes la integran, quiénes la mueven, cuál es su número de inscripción en el Registro Público de la Propiedad, pues con ella se realizan actos jurídicos.
¿Es fraude? No, es otro fraude.
Con un formato cualquiera, otorgando cursos gratuitos a menores, en Coatzacoalcos y Minatitlán, la fundación SUTITESCO se gana el favor de los padres. A cambio sólo pide llenar un formato con datos generales y uno clave: el número de credencial de elector.
Mueve Ricardo Orozco, o mejor dicho pervierte, a 425 trabajadores y otros 500 alumnos que a cambio de operar electoralmente obtienen calificaciones de excelencia, alumnos patito, alumnos fraude para la causa del PRI.
Uno de ellos, José Roberto Ramírez Guerrero, presidió la fundación. Impulsó la campaña de Joaquín Caballero Rosiñol. Sería secretario de Turismo municipal pero no le cumplieron. Hoy es secretario particular del alcalde de Coatzacoalcos.
Uno de los audios exhibe el conflicto de Ricardo Orozco por el poder. Su objetivo es vencer al gremio petrolero.
“Y se los digo así, no le tengo, porque sé, por eso les digo, préstenme o denme la oportunidad de hablar con la gente, yo sé cómo convencerla. Cuando a mí me dicen eso, yo soy muy práctico, se lo digo a la gente. A ver, ¿quieren seguir teniendo este pinche pueblo igual? ¿Quieren seguir viviendo así? Pues órele, camínele, total, yo me regreso a mi chamba y ahí muere. Es que estamos hasta la madre, que los caciques, pues síganle entonces coño, sigan votando por ellos, hay que hacer el disperse de la voz.
“Agarren la fuerza que traen ellos e inviértansela nada más, y ya a lo último va a salir la gente diciendo sí son unos rateros, son esto, esto y esto. Eso es todo. ¿Quieren que sigamos igual? Adelante. Y ya, les cambias todo a la gente, todo se los cambias, pero es nada más.
“Por eso les digo, ustedes tienen el poder de la palabra, son maestros, si no nos da miedo hablar con los alumnos ¿qué nos va a dar miedo hablar con la gente? No podemos poner ese pretexto eh, de que no puedo hablar, me da miedo. ¡Éntrenle coño, no les va a pasar nada! ¿Qué nos van a decir? Es que los ¡nombre! Acuérdense y se los voy a decir porque esto, esto se cobra eh, por dar ese tipo de clases se cobra y a ustedes no se las estoy cobrando, es de gratis.
“El poder, el poder no se recibe, el poder se arrebata, el poder se arrebata y se los vamos a arrebatar, pero acuérdense, el poder se conserva y el que no sabe conservar el poder está perdido, ¡perdido! Nosotros tenemos un tecnológico, un director, que deja al otro director y al otro director, que deja al otro director. Me fui al Consorcio Clavijero, un director que deja a otro director en el Itesco ¡eso es conservar el poder, eso es conservar el poder!
“Claro que toda la gente lo quiere, todos los grupos lo quieren, porque si aquí estamos nosotros pensando cómo llegar también del otro lado están pensando en cómo llegar eh, también del otro lado están pensando cómo hacerle para ganar. Pero, si nosotros dejamos, si nosotros nos dejamos somos los más. Entonces no, vamos por el poder sí es cierto, de que lo vamos a ganar es cierto y de que lo vamos a conservar es cierto.
“Yo siempre he dicho que la elección no la gano yo, la elección que yo voy a ganar es cuando deje al que sigue, ahí ésa es la elección que voy a ganar, ésta es una lucha, pero la verdadera elección es a quién voy a dejar cuando yo salga, ésa es la verdadera elección y se los dije bien clarito cuando me dijeron te vas del Itesco, sí, ¿pero qué va a pasar con el Itesco? Sino chingue su madre y me echo para atrás y no me voy. Tenemos que conservar el poder, entonces les pido de favor, comprométanse".
Es es uno. Soberbio, Ricardo Orozco se ufana del poder que atesora, del control de alumnos.
Así pervierte al Itesco.
Hay más.
Archivo muerto
Es un juez y es un tribunal. Ambos ratifican que el Clan Quintanilla, Jaime Quintanilla Hayek como apoderado, usaron sentencias judiciales clonadas para cobrar afectaciones a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes por la construcción del Libramiento Vial de Coatzacoalcos. Judicialmente se los demostró el abogado Homero Gutiérrez Melchor, apoderado de Servicios de Ingeniería, Medición y Controles, S.A. de C.V. (Simco), quien halló la evidencia en el libro cronológico de juicios civiles correspondiente al año 2004. Quintanilla invocaba el expediente 1936/2004, pero el índice de juicios sólo llegó al expediente 1903. Error de primaria por parte del hoy candidato del Partido Verde Ecologista de México. El secretario de Juzgado, Cristóbal Hernández Cruz, certificó el embuste, el 25 de mayo de 2005, diciendo que se trataba de un juicio ordinario civil de nulidad seguido contra los hermanos Bringas Burelo. La sentencia clonada “nulificaba” el juicio civil 2117/91 con el que los hermanos Bringas pretendían disponer de las 12 mil hectáreas heredadas por sus antepasados y reconocidas en diversas instancias legales. Pero Jaime Quintanilla iba más allá. En su sentencia clonada establecía que debían ser canceladas las inscripciones de escrituras a favor de la familia Bringas, incluidas las notas marginales. Contenía otro detalle la sentencia clonada de Jaime Quintanilla: los hermanos Bringas no habían dado contestación a la demanda civil. Y eso sí fue cierto. No contestaron porque el juicio nunca existió. Fue urdido por la mente enferma de Jaime Quintanilla, inventado el litigio, usado un número de juicio que no correspondía a ningún expediente del Juzgado. Así se demostró ante un juez y así lo avaló un tribunal de alzada. Hubo otra sentencia clonada, descubierta a lo largo de un juicio que duró 10 años. Hoy, Jaime Quintanilla y sus hermanos están obligados a pagar gastos y costos del juicio por cientos de millones de pesos por no acreditar que los terrenos afectados por el Libramiento Vial son de su propiedad. Están obligados a devolver a la SCT el dinero cobrado ilegalmente, más los daños y perjuicios provocados en una década. Hoy, un juez ha determinado trabar un embargo sobre cuentas de la SCT por 94 millones de pesos, congelando obras para saldar un adeudo con Simco. Eso no es tema mediático. Eso es tema judicial. Eso es tema de bandidos y bribones, descomunal la osadía del candidato verde y su acólito legal, Cosme René Atonantzin, pues nadie, literalmente nadie, se atreve a clonar una sentencia judicial y usarla para cobrar una indemnización. Jaime Quintanilla sí. Hay más, don Jaime, hay más…
Complot o no, hay evidencia de un acuerdo entre Javier Duarte y Andrés Manuel López Obrador. Hoy lo exhibe un audio en el que se escucha al secretario de Trabajo en Veracruz, Gabriel Deantes Ramos, referirse al acuerdo con el Movimiento de Regeneración Nacional y su desdén al perredismo por salir de la órbita duartista. Es el audio al que aludió Miguel Ángel Yunes Linares en el mitin de Coatzacoalcos, el domingo 15. “A ver, Morena es el fenómeno (…)
—se escucha decir a Deantes— Es un fenómeno digno de admirar ¿Qué tenemos que hacer? pegarnos a Morena. Vamos aliarnos un poquito a Morena y darles posiciones en el acuerdo con Andrés Manuel, para ya para que de una vez a los traidores del PRD, abrirlos”. Replican los morenistas que no hay tal, que es maniobra de Yunes azul, que Cuitláhuac García va en la punta, superando a Héctor Yunes Landa, del PRI, que ni soñando el Pejemesías se prestaría a pactar con la mafia en el poder. Será lo que digan pero no es la primera vez que hay evidencia de que la misión de AMLO fue llegar a Veracruz, medio testerear al gobernador Javier Duarte y arremeter contra Yunes Linares. ¿Y a Héctor Yunes? Ni con el pétalo de una rosa. Más lodo, más golpes, más enredos, más complot. Y el electorado viendo llover en Macondo, diría García Márquez…
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