Sigiloso, Javier Duarte pudo haber perpetrado el robo perfecto. Sustraía recursos, vía empresas fantasma, usando la identidad de los pobres, sus nombres y domicilios, asignando contratos de suministro de servicios y bienes, hasta agenciarse 645 millones de pesos. Pudo ser perfecto.
Cambió todo la mañana del martes 24 cuando Animal Político, portal en internet de noticias, detonó el escándalo, evidenció que el robo tiene aroma a Duarte, que hiede y repugna, inmoral el gobernador de Veracruz y los 40 ladrones.
Describe Animal Político la mecánica del fraude. Exhibe la podredumbre, el uso de los programas sociales, los apoyos a los marginados, la bondad ficticia de un gobierno sin ética, que no reparó en echar mano de su identidad, de su hogar, de sus ligas familiares hasta constituir empresas a su nombre, sin que los olvidados intuyeran que habrían de ser arte de una infamia.
Se trata de 21 empresas cuyos socios eran esos pobres, la mayoría promotores del PRI, a los que un día se les recabó su firma para hacerlos beneficiarios de los programas sociales concedidos por el gobierno de Veracruz.
Se les asignaron 73 contratos de suministro de bienes y servicios, vía licitaciones falsas, amañadas, con dados cargados para cumplir con lo que ley establece, o burlar la ley de ser necesario. Al final, ese solo fraude alcanza los 645 millones de pesos pagados a empresas fantasma. Hay mucho más.
Explica Animal Político así:
“El procedimiento es simple: al arranque del sexenio se selecciona a promotores del voto del PRI, se les pide su firma sin decirles para qué la quieren y éstas se usan para crear nuevas empresas. A estas compañías se les asigna un domicilio fiscal falso, que ninguna autoridad revisa.
“Una vez creadas, las empresas se registran como proveedoras del gobierno, capaces de vender desde pañales hasta cemento. Un pequeño grupo de funcionarios, cercanos al gobernador, se asegura que se les otorguen contratos, vía adjudicaciones directas o licitaciones cerradas.
“En estos contratos se finge la compra de productos, que debían distribuirse en zonas populares, pero de los que no hay constancia que hayan sido entregados. Después de obtener el dinero, la empresa cierra.
“El gobierno de Veracruz utilizó este mismo procedimiento una y otra vez para desaparecer al menos 645 millones 693 mil pesos entre 2012 y 2013.
“En esos años, funcionarios de la administración de Javier Duarte en Veracruz firmaron 73 contratos para la adquisición y distribución de bienes que, en el papel, serían destinados a personas en situación de pobreza, damnificados por desastres naturales, niños y ancianos. Pero que no hay constancia de que fueran entregados.
“Las secretarías locales de Educación, Protección Civil, Desarrollo Social y el DIF estatal fueron las responsables de firmar estos contratos, que en todos los casos fueron concedidos a una red de 21 empresas, las cuales tienen diversos elementos en común: fueron fundadas al arranque del sexenio de Javier Duarte, desaparecieron después de conseguir el contrato, o —como ocurre con 13 de ellas— los socios están relacionados entre sí.
“No son las únicas ‘coincidencias’: 12 fueron registradas ante la Secretaría de Economía con las mismas dos direcciones de correo electrónico y 11 están ubicadas en un mismo barrio habitacional popular. En todos los casos, las direcciones fiscales son casas, vecindades, lotes baldíos, panaderías o herrerías, en las cuales los dueños o inquilinos aseguran que nunca ha existido una empresa y menos aún que reciban contratos millonarios”.
Validan y operan el fraude las ratas de siempre, el círculo rojo de Javier Duarte, la pandilla de oro, enriquecidos a costa del erario público. Son los Benítez, los Tarek, las Noemí, los Spinoso, los Cines o Patos de Tuxpan, los Mota, citados, señalados, acusados por la Auditoría Superior de la Federación pero encubierto por la PGR, solapados por Enrique Peña Nieto.
Ellos firmaban los contratos, suscribían los contratos y liberaban los pagos
Habla Animal Político del caso Sedesol estatal:
“En 2013 la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) de Veracruz firmó 45 contratos en los que siempre participaron empresas de esta red, por un monto de 243 millones 766 mil 548 pesos. Los conceptos fueron variados: desde materiales de construcción para pisos y techos de viviendas en zonas marginadas hasta útiles escolares, artículos de limpieza, cobertores, cobijas y despensas.
“Los contratos se entregaron vía ‘licitaciones simplificadas’, un mecanismo legal que establece que deben participar tres empresas en una competencia, pero son seleccionadas por los funcionarios. Este mecanismo sólo tiene una limitación: el monto total del contrato no puede superar los seis millones de pesos, pero los funcionarios cuidaron que esto no sucediera”.
Aquí la mecánica del fraude:
“En los 45 contratos participaron las mismas empresas. En algunas licitaciones les tocaba ganar y en otras perder, pero siempre eran las mismas.
“Por ejemplo, en la licitación 222-13 por paquetes de láminas, Sedesol Veracruz invitó a las empresas Importadora Denylk, Merca Carrey y AD911. La primera es propiedad de Román Ulises Alvarado y la segunda, de Adriana Montes Hernández. Román es sobrino de Adriana y ambos, en realidad, son habitantes de una zona marginada en Boca del Río y no sabían —según confirmaron— que eran ‘propietarios’ de empresas. La tercera empresa invitada, AD911, es una compañía creada seis meses antes de la licitación. El contrato fue para Importadora Denylk.
“Pero hubo ‘revancha’ para AD911 porque tres días después, la misma dependencia la invitó a la licitación 233-2013, también por paquetes de láminas. En esta ocasión ganó y derrotó a una empresa llamada Mogarver.
“Esta última empresa es propiedad de Martha Hernández, media hermana de Adriana y madre de Román Ulises Alvarado”.
Exhiben las redes sociales los videos en que uno de los “propietarios” de las empresas fantasma muestra su hogar en una colonia popular, carente de todo. Ahí llegan los avisos de dependencias sobre la actividad de la empresa. Señala que recibe las notificaciones de cuatro negocios con el domicilio suyo, sin saber que en libros, en registros notariales, ante el Sistema de Administración Tributaria, en los padrones de proveedores, él es el dueño.
Son dueños sin serlo. Son dueños gracias a un ardid perverso de Javier Duarte y su pandilla insaciable. Son formalmente dueños pero in haber cobrado un centavo de esos 645 millones de pesos.
Con el periodista Ciro Gómez Leyva, en Radio Fórmula, el director de Animal Político, Daniel Moreno, muestra evidencia de la falsificación de firmas. Con ellas siguieron los trámites y así se consumó el fraude.
Replica el gobierno de Veracruz. Su voz es indigna. Su vocero, Alberto Silva Ramos, endeudador de Tuxpan cuando fue alcalde, ordeñador de los chayotes de la prensa vendida, los textoservidores, resume que la tesis de Animal Político es “falsa”.
Falsa es la honestidad que presume el duartismo, incapaces los enviados de Javier Duarte al noticiario de Ciro Gómez Leyva, el contralor Ricardo García Guzmán y el secretario de Finanzas, Antonio Gómez Pellegrín, de justificar el atraco.
Iba bien Javier Duarte en su fechoría. Iba bien hasta que Animal Político develó la infamia, el uso de los pobres para conformar empresas fantasma, la simulación y el engaño en las licitaciones, el abuso que les permitió disponer, tan solo en 73 contratos, de 645 millones de pesos.
Pudo ser el robo perfecto, pero no lo fue.
Archivo muerto
Allana Fuerza Civil y Policía Estatal la casa de campaña del PAN-PRD. Irrumpió la noche del martes 24, en el inmueble ubicado en Ignacio de la Llave 913, a media cuadra del PRI, buscando gente armada. Eran seis patrullas, cuyos ocupantes amagaron al vigilante. Se cubrían el rostro con pasamontañas. Sin orden judicial para catear ingresaron, transgrediendo la ley. Se fueron como llegaron. Denuncia el hecho la candidata María Inés Núñez Monreal, su suplente Rosalinda Tolentino Escayola y el coordinador yunista azul, Rafael Abreu Ponce. Allanan la casa de campaña a sabiendas que no había nada ni a quién perseguir. Es la estrategia del miedo. Es el agravio. Es la intimidación. Es la escalada de violencia, los desmembrados de Córdoba, la masacre en el Madame de Xalapa, los levantados en todo Veracruz. Así se va generando el miedo para que la sociedad no acuda a votar. Y así se usa a la Fuerza Civil y a la Policía Estatal para allanar y atemorizar…
Tender cortinas de humo tiene lo suyo. Hay que ser hábil y audaz. A Héctor Yunes no se le da. Sale a decir que Cuitláhuac García es visitante asiduo a Casa Veracruz, que algo habla y pacta con el gobernador, que hay ligas entre el candidato de Morena y Javier Duarte. Y asume que él, candidato del PRI al microgobierno de Veracruz, se sumó a guerra de lodo contra Miguel Ángel Yunes porque el panista golpeó a su padre y sus hermanos, los Poliyunes, y sus hijas. ¿Será por lo del IPAX y los tres zetas en el evento de Nuevo Atoyac, donde su hija Liliana lo representó? Pésima, la cortina de humo no sirve para atenuar el escándalo sobre Javier Duarte por el fraude de los 645 millones de pesos, usando empresas fantasma, creadas a nombre de beneficiarios de los programas sociales. Vapulea al candidato de Morena, no para bajarlo pues sabe que a Cuitláhuac no le da para ganar la elección, sino para sofocar la andanada contra el gordobés por el robo de los 645 millones de pesos, para distraer y aminorar el impacto de sus ligas, las “hieleras”, el “marisco” que les repartía, a él y a Pepe Yunes, Francisco Colorado Cessa para recuperar contratos perdidos en licitaciones en Pemex, según documentos de la prisión de Bastrop, Texas, Estados Unidos, en que se transcribe y traducen las conversaciones con su hijo Francisco Colorado Cebado, hablando el empresario condenado a 20 años de cárcel por conspirar para lavarle dinero a la banda del narco llamada Los Zetas, de sus relaciones con “los senadores”, sus amigos, sus relaciones, de Héctor Yunes, al que había entregarle dinero. En alta la liga Pancho Colorado-Héctor Yunes y quiere el candiDuarte distraer diciendo que Cuitláhuac García tiene sus encuentros con Javier Duarte en Casa Veracruz. Ajá…
Más volado que siempre, suelta Ricardo Orozco amenazas y amagos. Dice el rufiancillo de marras, cuando las aguas se tranquilicen, cuando el ruido amaine, cuando los vientos cedan, irá por las cabezas de quienes le reclaman que el Tecnológico de Coatzacoalcos sea usado electoralmente, convertidos sus alumnos en carne de cañón para el PRI, estudiantes-fraude, a los que se les regalan calificaciones de excelencia y hasta títulos universitarios por operar para el tricolor. Así de pestilente es el tufo que emana del Itesco. Y así de inmoral es Ricardo Orozco, el que invita a los alumnos inconformes a que quemen el Itesco, financiados por él, con tal de que cuando egresen, por revoltosos, nadie les dé empleo. Su voz anda de audio en audio, describiendo su bajeza. Una calca de su mentor y encubridor, Flavino Ríos, secretario de Gobierno que reprime a pensionados, que gusta del uso de la fuerza pública, que calla ante las amenazas como si eso no fuera delito, uno más al rosario de inmundicia en que termina su gestión el duartismo. Por cierto, ¿quién es ese mequetrefe que mandó secuestrar a su propia esposa y luego la exilió dizque para darle seguridad, o para quitársela de encima?…
¿Quién es ese personaje, poderosísimo, que a las 2 de la tarde del martes 24, sostuvo un cónclave en discreta oficina-bodega ubicada atrás de los restaurantes Wings Army y Cabo Grill, sobre la avenida Juventino Rosas? Su segundo en el mando llegó, ingresó, permaneció unos minutos, salió con gesto agrio, chasqueó los dedos al chofer que en esos momentos “whatsappeaba”, le pegó un grito, le indicó que echara ojo y se marchó. ¿Quién es ese personaje y quién la persona con la que se vio? Una bomba a punto de estallar…
Focos rojos para el PRI en el sur. Alarma en los distritos Coatzacoalcos Urbano, Coatzacoalcos Rural, Minatitlán y Acayucan. Morena aventaja en intención de voto en los dos Coatza y Acayucan. La coalición PAN-PRD lidera en Minatitlán, producto de los conflictos en Morena y la soberbia del priista Ricardo Orozco que pretende arrebatarle el poder al gremio petrolero. Nueva Alianza-PRI tiene mejor intención en Cosoleacaque, cuya candidata es la joven Carla Enríquez Merlín, nieta de don Heliodoro Merlín Alor e hija de Gladys Merlín Castro, ambos ex alcaldes de Cosolea. No cuaja la oposición porque la candidata de Morena, María del Rocío Pérez Pérez, esposa del ex alcalde Darío Aburto, provocó el repudio de un sector del morenismo…
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