* Espionaje fiel * Iván Hillman, intervenido telefónicamente cuando era candidato a diputado * Vendedora de Bon-Ice en la estructura de Guízar * ese cuento le vendió a Yunes * El conflicto perredista por la alcaldía es político, no jurídico * Tomás González, reprimido por ejercer la libertad de expresión

 

Haber insertado a su esposa, Rosa Borunda, en la guerra sucia, ha sido el peor error táctico de Fidel Herrera Beltrán. La expuso al golpeteo mediático, al embate de Miguel Angel Yunes Linares y a la repulsa de un sector cada vez más amplio del electorado veracruzano.

Fidel Herrera es un tipo de pocos escrúpulos. Ha sido acusado públicamente por el candidato de la alianza Viva Veracruz, Miguel Angel Yunes Linares, de orquestar con el aparato de poder a su servicio, una estrategia de descalificación de imagen con el argumento perverso de que el panista es un pederasta consumado, indigno de llegar al gobierno estatal.

Bajo esa tónica, la prensa fiel día a día ataca a Yunes. Difunde protestas callejeras, evidentemente manipuladas, en las que los niños “manifiestan” su temor a que un pederasta gobierne Veracruz. Ese y otros señalamientos —distribución de panfletos, presentaciones de libros y conferencias internacionales— fueron advertidos por el candidato panista cuando se descubrió la existencia de seis minutas que recogían la estrategia fraguada entre el equipo del priísta Javier Duarte, el delfín del fidelato, y el propagandista venezolano Juan José Rendón.

Sin embargo, ver a la presidenta del DIF estatal insertada en una campaña sucia, cuyo único fin es retener el poder a través de un títere de ocasión, ha provocado reacciones de alto contenido político.

Rosa Borunda expresó el 30 de abril, durante la celebración del Día del Niño, una frase tan explosiva como insensata: “Hay gentes que son hasta candidatos que se dedican a ser pederastas; eso es muy grave. Los papás no podemos permitir que lleguen al poder gente que se dediquen a eso”.

Aquella declaración no fue un desliz verbal. Días después aludió de nuevo a los candidatos que ella etiquetó con el adjetivo de pederastas.

Como era evidente, la respuesta tenía que llegar.
Crónica del Poder, en columna Carrusel, consigna:
"Los sucios".

 

El candidato a la gubernatura por la coalición 'Viva Veracruz', Miguel Ángel Yunes Linares, expresó que la intensidad del gobierno estatal por hacer 'campaña negra' en su contra ha llegado a tal punto que el gobernador Fidel Herrera ha involucrado a su propia esposa, la presidenta del DIF estatal, Rosa Borunda de Herrera, lo que debería darle vergüenza.

 

'Es una vergüenza, que el gobernador del estado se haya atrevido a involucrar incluso a su esposa en una guerra sucia, hay que respetar a las mujeres y hay que empezar por respetar a la propia, eso es no tener vergüenza', señaló Yunes, quien dijo que quienes iniciaron esta campaña negra en su contra, 'se ensuciaron ellos mismos' y que su familia ha sido la mejor fortaleza ante las infamias que se han levantado en su contra por parte de los 'sucios' ”.

Error táctico de Fidel Herrera. Doña Rosa Borunda ya está en la guerra sucia.

Del espionaje telefónico que se practica en el régimen fidelista, no escapa nadie. Funcionarios, dirigentes políticos, candidatos, periodistas y todo aquel que pone en riesgo la estabilidad de la fidelidad y su proyecto de entronización en el poder, es monitoreado día y noche. Las transcripciones de conversaciones telefónicas acumulan toneladas de papel.

 

Esa nefasta conducta, reveladora del desprecio a la ética y la escasa moral con que se conduce a Veracruz, tuvo su mayor expresión en la elección federal del año 2009. Uno de los candidatos priístas más vigilados fue Iván Hillman Chapoy, quien contendía por el distrito XI con sede en Coatzacoalcos.

 

Ahí quedaron registradas sus conversaciones con su equipo de trabajo, con su familia política; los intentos de bajarlo de la candidatura dada su baja intención de voto; el ofrecimiento de moverlo a convertirlo en diputado plurinominal, que él rechazó.

 

Así se hizo entonces y así se hace ahora... Preocupa en serio la tomadura de pelo al candidato del PAN-PANAL, Miguel Angel Yunes Linares por parte de Gonzalo Guízar Valladares, quien se ufanó de disponer de una amplia estructura política para contender por la alcaldía de Coatzacoalcos.

 

Lo que se sabe, lo que tiene a los panistas con los pelos de punta, es que gran número de “operadoras” del gonzalismo son ciudadanos comunes sin mayor participación en tareas partidistas.

 

A Yunes Linares se le dijo que a la Fuerza G le sobran operadoras en las colonias cuando en realidad se trata de vendedoras de bolis —congeladas caseras o de la marca Bon-Ice— que lo único que saben de las elecciones es ir votar, pero sin una remota idea de cómo promover el voto o cuidar una casilla.

 

¡A qué Gonzalo! Hacerle eso a Yunes tiene su precio... De no haber cambio de agenda, hoy estará en Coatzacoalcos el presidente del Comité Político Estatal del Partido de la Revolución Democrática en Veracruz, Carlos Munguía Rincón. Viene a clarificar el por qué del conflicto por la candidatura a la alcaldía porteña, que disputan Amado Cruz Malpica y Gloria Rasgado Corsi.

 

Ayer, el representante del PRD ante el Consejo Distrital Electoral, Benito Soriano Aguilera, definió que se trata de un problema político, no jurídico... Solidaridad sin cortapisas al colega Tomás González Corro, respetadísimo analista y líder de opinión, quien hoy sufre los efectos de la represión a la libertad de expresión.

 

El lunes 24, tras una entrevista realizada al candidato a diputado local en el distrito XXX, Alejandro Gutiérrez Cabrera, en la que éste exhibió al gobernador Fidel Herrera Beltrán; al candidato priísta a la gubernatura de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, y al suegro de éste, Jesús Antonio Macías Yazegey, por el apropiamiento ilegal de terrenos en Coatzacoalcos, Tomás González Corro fue suspendido indefinidamente de la estación de radio jalapeña por internet Radiover.com.

 

González Corro, autor de la columna Libre Expresión, se une al club de los reprimidos por el régimen de la fidelidad, cuya intolerancia denota la decadencia en que se haya atrapada...