Con altura de miras, Javier Duarte maniobra. Patalea para evitar la cárcel, apelando a la complicidad del Congreso de Veracruz, a la miseria de los diputados, que le obsequien un fiscal anticorrupción y un contralor, dos alfiles que impidan que se aplique la ley. Así ocurre cuando el miedo manda.
Patético, ya olvidó que en Veracruz no pasa nada, si acaso los robos de Frutsis y Gansitos en los Oxxo, quizá una cosa mala frente a 99 aciertos policíacos, como el levantón a los cinco jóvenes en Tierra Blanca que ya nadie volvió a ver, la verborrea que dominó su sexenio en el vano intento de ocular la realidad violenta y la repugnante corrupción que él, como capitán del navío en vías de naufragio, le tocó liderar.
Impulsa el gobernador un esquema de violación a la ley, fraguado en Casa Veracruz, en la sede de su poder menguado, aterrorizado por el amago de cárcel, la promesa del gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares, la demanda de 8 millones de veracruzanos que demanden que pague por sus crímenes.
Quiere su fiscal anticorrupción y su contralor. Quiere un fiscal que simule y oculte el saqueo a Veracruz, el robo de los dineros, el desvío de los recursos de origen federal, la retención de partidas a municipios, la desaparición del dinero de la Universidad Veracruzana, el agravio al Instituto de Pensiones del Estado, las becas a estudiantes en el extranjero, los apoyos al campo, las vacunas y las medicinas, los pupitres y los pizarrones, y todo aquello que debió destinarse a solventar la demanda social.
Quiere un contralor independiente. O supuestamente independiente. Lo quiere para usarlo cuando haya dejado el poder, para encubrir sus robos, el agravio a las arcas públicas, al uso de los dineros para pago a empresas fantasma, los 645 millones hurtados usando el nombre de los pobres, implicados notarios priistas y la Secretaría de Finanzas y Planeación.
Con su fiscal anticorrupción, su contralor y “Culín”, alias el fiscal general Luis Ángel Bravo Contreras, maniobra Javier Duarte para eludir el riesgo de cárcel, usando la figura de la autonomía de las instituciones para atar de manos a Yunes Linares.
Nunca un gobernador había diseñado leyes que blinden la impunidad. Javier Duarte sí. Crea y propone. Lo avala el Congreso de Veracruz. Le concede al mecenas de la pandilla legislativa fiscalías y contraloría, autónomas e independientes.
Su fin es designar incondicionales y cómplices, subalternos y empleados que tejan la red con la que el gordobés ha de evitar que el brazo de la ley lo alcance.
Pretende ahora que sea el Congreso actual, en sus últimos meses en función, el que realice las designaciones de fiscal anticorrupción y contralor, con facultades autónomas, al servicio del tirano de marras, el artífice del hundimiento de Veracruz, corresponsable del endeudamiento desde los días en que era titular de Finanzas en el gobierno fidelista y luego como gobernador.
Sus esbirros legislativos lo secundan. Uno de ellos, Nino Baxzi Mata, reclama que el derecho a designar a los cómplices de Javier Duarte es suyo. Otro advierten que antes que concluya el período legislativo tendrán fiscal anticorrupción y contralor ajeno a los designios del nuevo gobernador.
Sobre ello, refiere el columnista Aurelio Contreras Moreno:
“Y si a nivel federal la supuesta lucha contra la corrupción es una tomada de pelo gigantesca, en el plano estatal, en la realidad veracruzana, adquiere visos de comedia del absurdo.
“En su desesperación por cubrirse las espaldas y evitar ser llamado a cuentas una vez que inevitablemente entregue el poder, el todavía gobernador Javier Duarte de Ochoa arma su propio sistema estatal “anticorrupción” (no se ría) a modo, para buscar impunidad para sí y los suyos.
“Además de fortalecer a “su fiscal general”, Luis Ángel Bravo Contreras, para que se mantenga en el cargo nueve años y evite que los duartistas vayan a la cárcel, Javier Duarte perfila como fiscal “anticorrupción” (que no se ría, pues) al abogado Jorge Reyes Peralta, cuyo único “merecimiento” para ocupar un cargo de esa naturaleza es haber sido defensor de oficio de todas las cruzadas y persecuciones judiciales de éste y el anterior gobierno estatal en contra de sus adversarios políticos, así como ser enemigo jurado del gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares.
“Por cierto, de confirmarse el arribo de Reyes Peralta, será interesante ver cómo interactúa con Luis Ángel Bravo Contreras, su superior jerárquico inmediato, y a quien en el año 2013 señaló como parte de una “cofradía” en la que participaba junto con su entonces patrón, el empresario cordobés José Abella García, y a quien repetidamente acusó de corrupción y mala reputación.
“El sistema es el mismo. Y la lucha anticorrupción, una farsa grotesca”.
Yunes azul también advierte que es una farsa y que debe ser el próximo Congreso de Veracruz el que realice las designaciones.
“Preocupa en particular que pretenda que se designen a los responsables de áreas vinculadas al combate a la corrupción y a la revisión de las cuentas del Gobierno del Estado, en un momento en que la exigencia ciudadana de castigar a quienes incurrieron en graves hechos de corrupción y llevaron a Veracruz a la quiebra sean sancionados”, dijo.
Subrayó que lo anterior es contrario a la institucionalidad y a la ética política con que deben conducirse las instituciones del Estado.
Yunes Linares enfatizó que la actual Legislatura debe escuchar la voz de quien es ya Gobernador Electo del Estado de Veracruz y consultar también a quienes integrarán la siguiente Legislatura.
Manifestó que es por ello que le solicita se le permita comparecer ante el pleno del Congreso Estatal para exponer su opinión al respecto, así como también sobre otros temas que preocupan al pueblo de Veracruz, antes de que se continúe el proceso que de manera precipitada se lleva a cabo a iniciativa del actual Ejecutivo.
“Exhorto a las y los legisladores de todas las fuerzas políticas a que actúen con responsabilidad y respondan al reclamo de justicia que hacen todos los días millones de veracruzanos, cuya voz están obligados ustedes a escuchar”.
De todos los legisladores, sólo el líder cameral, Juan Nicolás Callejas Arroyo, expresa que la Legislatura está abierta a escuchar al gobernador electo y que el tema lo amerita.
Mientras, Javier Duarte vive sus miedos.
Archivo muerto
Siete diputados pluris para el PAN y tres son de Enrique Cambranis. Gana, pues, el ex líder estatal panista, hoy diputado federal, con la cosecha de representación proporcional albiazul en el Congreso estatal. Son cambrianistas Cinthya Amaranta Lobato Calderón, Hipólito Deschamps Espino Barros e Iván Noé Villegas Arévalo. Cinthya Lobato va por segunda vez al Congreso de Veracruz, antes por Convergencia por la Democracia; Polo Deschamps es el suplente de Cambranis en la Cámara de Diputados federal, e Iván Villegas es un operador de alta efectividad en el norte de Veracruz. Sergio Hernández Hernández es línea del dirigente estatal, Jesús Mancha Alarcón; Teresita Zuccolotto Feito, de Víctor Serralde, ex mancuerna de Silvia Monge, antes yunista y ahora duartista —¿dónde perdió la brújula— Marco Antonio Núñez López, el Choriqueso, alfil de Julen Rementería del Puerto, y María del Rosario Guzmán Avilés, ex diputada local, única posición de Miguel Ángel Yunes Linares… De toda la fracción panista en el Congreso de Veracruz, quien acumula más experiencia, más tablas y que conoce mejor las mañas de los priistas, es Marco Núñez López, una de las cartas más firmes para coordinar al grupo parlamentario del PAN en el Congreso de Veracruz. Ha sido regidor en Veracruz, diputado local y secretario general del comité directivo estatal panista… ¿Quiere o no quiere Darío Aburto a su pareja, Rocío Pérez, en el Congreso por Morena? Así se lo preguntan en Cosoleacaque, luego de ver el esfuerzo, el disimulo, para que fuera la candidata de Nueva Alianza, Carla Enríquez Merlín, quien se llevara la elección por ese distrito. Muy atento, el ex alcalde Darío Aburto observaba el conteo de votos. Y muy a propósito dejó pasar un detalle: los votos del Partido Cardenista le iban siendo sumados a Nueva Alianza. Y así hasta que una voz alertó que esos votos, los del Cardenista, no tenían por qué contabilizarse a Nueva Alianza-PRI, pues no eran coalición. Con toda su experiencia, con todo su colmillo, Darío Aburto no lo objetó. El Partido Cardenista obtuvo casi mil votos, que habrían sido clave para darle el triunfo a Carla Enríquez Merlín. Tras el recuento en Xalapa, ganó Morena por 467 votos. Y cuentan que Darío Aburto aún se duele porque 5 millones y una camioneta valen más que ver a su esposa en el Congreso de Veracruz luchando por una buena causa…
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