Demolidos ellos, humillado el PRI, Héctor y Pepe Yunes van del pacto al regateo, del acuerdo a la disputa, riñendo por una candidatura, la de gobernador en 2018, pujando por las alcaldías en un año más, reprochando la ausencia de Pepe en campaña, el clima de sospecha, la insidia de los que cuando hablan, hieren, el ambiente de traición.
Carga Héctor Yunes la vergüenza de perder. Trasluce frustración. Lo destroza el repudio al PRI, a Javier Duarte —“mi jefe político”—, a Fidel Herrera —del que fue subsecretario y líder de Congreso—, a la violencia y el saqueo, a la corrupción y el enredo con los cárteles, al mismo Héctor con su perfil de timador, demagogo, engañador.
Dice ahora que el pacto con Pepe —José Francisco— Yunes Zorrilla sería impecable de no haber un detalle: olvidaron que la derrota existe. Y que la derrota modifica todo. Y al no lograr el microgobierno de dos años en Veracruz, quiere ahora la candidatura de seis, en 2018. Y tácitamente, que Pepe puede esperar. Al fin que vida le sobra.
Héctor, el derrotado, razona todo al revés. Pasa a la historia como el primer priista que pierde una elección de gobernador. Habla como si no hubiera perdido, como si tuviera autoridad moral.
Su pacto era ganador a ocho años —dos para Héctor, seis para Pepe— como si el PRI hubiera tenido con qué ganar, como si el voto de castigo no contara, como si la elección plebiscitaria no existiera, como si la oposición, PAN-PRD o Morena, no concentrara la ira social.
Hablan los Yunes rojos desde un escenario de simulación, sospechando los hectoristas de los pepistas, imputando que Pepe contribuyó al revés electoral por indiferente, ajeno a la campaña, reacio a aceptar la coordinación general, más pasivo que activo, sin mover sus piezas, sin compromiso real.
Maniobra, pues, Héctor Yunes para desplazar a Pepe. No asimila que quien pierde una elección no tiene derecho a nada, que su luz se extinguió, convertido en el derrotado histórico, en el primer priista que no gana la gubernatura de Veracruz.
De ahí que Héctor Yunes hable de algo que el pacto no contempló: la derrota. Y la derrota le impidió gozar de sus dos años como gobernador. Y va entonces por la candidatura en 2018 y Pepe puede esperar para 2024.
¿Quedó tocado Héctor Yunes? Seguro que sí.
Habla la mezquindad. Habla la ambición. No cumple aún con la gira del adiós, agradeciendo a los que le dieron su voto y ya arrebata la próxima candidatura.
Es un caos. Se proclama ganador sin serlo. Calla cuando el conteo rápido lo pone en desventaja. Cita a los medios, refiere que las cifras no le favorecen, tácitamente la aceptación del fracaso. Reclama votos nulos y pide recuento.
No percibe que es una trampa y se hunde en ella. A medida que se realiza el conteo físico, en casillas específicas, en decenas de distritos de Veracruz, se reitera que la victoria es para el candidato del PAN-PRD, la coalición denominada “Unidos para Rescatar Veracruz”, Miguel Ángel Yunes Linares, su primo y verdugo.
Suben los votos para el PRI, también para Morena, también para el PAN-PRD. De 106 mil votos de ventaja, aumenta Yunes Linares a 126 mil. Queriendo bajarlo, lo encumbra.
A diario Héctor Yunes se reinventa. Un día amanece ganador, al siguiente derrotado. Otro día afable, al que sigue inaguantable. Dice que hasta que se resuelva la impugnación del PRI a la elección en los tribunales, nada es definitivo, y ahora admite que por la derrota modifica el pacto con Pepe Yunes.
No le tocaron sus dos años de gobernador y entonces arrebata los seis a los que aspira Pepe Yunes.
Patético, el espectáculo es un insulto para el de Perote, responsabilizado por los hectoryunistas de haberlo dejado morir.
No asumió Pepe Yunes la coordinación de la campaña y eso es traición.
No se metió de lleno Pepe Yunes y eso es traición.
No activó a sus huestes, apenas si pudo ganar el PRI en el distrito de Perote, y eso es traición.
Del alarde vive Héctor Yunes, sin éxito en la elección crucial, la de gobernador de Veracruz. Intransigente, sin brújula, no advierte que si el PRI anda mal, peor será si los protagonistas del fracaso vuelven a figurar.
Pepe Yunes es convidado a integrarse a la comparsa. Va al encuentro con Felipe Amadeo Flores Espinosa, líder espurio del PRI en Veracruz, con ellos Héctor Yunes, en torno a una mesa de café.
Sigue ahí Amadreo cuando su líder nacional, Don Beltrone, alias Manlio Fabio Beltrones Rivera, ha dejado la dirigencia nacional del PRI por el fracaso electoral del 5 de junio, siete de 12 gubernaturas perdidas. Pero en Veracruz Amadreo Flores se queda.
Reflejan los medios a un Pepe Yunes molesto, horas después, cuando se le inquiere sobre el empeño de Héctor a regatear la candidatura al gobierno de Veracruz en 2018.
“Para el 2018 no tengan la menor duda, pero sin lugar a dudas buscaré la candidatura. Eso es definitivo, total, y estaremos haciéndolo en condiciones de competencia y respeto”.
Él, dice, sí trabajó para que el proceso interno de 2016 fuera “satisfactorio para el partido”. Y lo fue, impidiendo que Javier Duarte impusiera candidato, para Héctor Yunes el sueño de gobernar Veracruz por dos años.
Agrega:
“Desde entonces estoy puesto para competir para el 2018 y competiré con quienes se enlisten. En el 2018 yo estaré trabajando en mi candidatura, con mucho respeto, de manera muy franca, pero es una candidatura que públicamente ya está hablada con ustedes, los medios”.
Sin decirlo, enfrenta a Héctor Yunes, pues para llegar a 2018 hay que pasar por 2017, en disputa las alcaldías de Veracruz.
“Lo que estamos haciendo hoy —precisa— es tratar de no adelantarnos de más en el 2018. En este sentido reconocer que el papel que tiene que desempeñar el Revolucionario Institucional, implica mucha prudencia de sus militantes e implica un rediseño de su rol y en este sentido el rol será, de confirmarse lo que ya confirmó el OPLE, pues de alguna forma ser una oposición responsable”.
Describe a un PRI en picada, despeñado por el efecto Duarte, con una repulsa social descomunal, fracasada la candidatura de Héctor Yunes, en riesgo el 2017 en que puede perder las principales alcaldías de Veracruz.
Admite que es buena la relación con Héctor Yunes “pero la candidatura la voy a buscar. Yo no me voy a quitar”. Suena a advertencia.
Hay indicios de tensión, acusado Pepe Yunes de traición, de no meterse en la campaña del PRI, de dejar morir solo a Héctor.
Son varias las telarañas mentales de Héctor Yunes. Una es la derrota en las urnas. Otra la traición de Pepe. Una más ser candidato de nuevo en 2018.
Sin padrino a la vista, Don Beltrone reducido a Beltronillo, fuera de la dirigencia del PRI, rechazado por las corrientes priistas que lo dejaron solo y que le enviaron voto en contra, hincado ante Javier Duarte —“es mi jefe político”—, Héctor Yunes apesta como el muerto, y el muerto huele a derrota.
Su prestigio es un cascarón, despeñado políticamente, abandonado hasta por el hectoryunismo del sur, que no operaba ni amarraba con núcleos de votación priista.
Sobran los mensajes de texto en que trasluce la guerra entre de fans de Héctor Yunes, los reproches al marcelismo en Coatzacoalcos, los reclamos a la propia gente del candidato por vivir en la luna y dormir en los laureles.
Dice Pepe Yunes que no hay conflicto. Sí lo hay. Al no ganar la elección de dos años, Héctor Yunes afirma que la derrota modifica el pacto. Y así buscará ser candidato en 2018.
Y Pepe Yunes, y cualquier otro priista, tendrá que esperar.
Archivo muerto
Madrugando, Morena ya perfila candidatos a alcaldías. Recurre para Nanchital a un fantasma, el de Chico Balderas, otrora líder de la Sección 11, en la figura de su hija Zoyla, que políticamente nada representa y que nadie tiene la certeza si la señora pretende participar, ni lo que queda del balderismo. Se cocina la candidatura en el Clan de la Succión, la familia Robles, que de entrada ya se asumen como los nuevos dueños del sur de Veracruz, por la caída del PRI, por la votación de Morena, sus triunfos en cuatro distritos por el voto del hartazgo, y sobre todo porque la franquicia AMLO es suya y de nadie más. Que se sepa, los muertos no votan. Que se sepa, los fantasmas no son candidatos. Que se sepa Chico Balderas murió y lo que hizo por Nanchital se pierde en el tiempo. La mayoría de quienes hoy votan ni idea tienen de quién fue, qué hizo, a cuántos trabajadores les concedió ingresar a Pemex, a cuántos los marginó, a cuántos disidentes los reprimió, golpeada Elda Luz Palma en el aeropuerto de Canticas por la mano del cacique en plena gira de Fernando Gutiérrez Barrios. Y a todo esto, Zoyla Balderas ¿qué ha hecho por Nanchital?… Réplica de José Emilio León Villa a lo aquí publicado, las bajezas contra Luz Martha Medina, tildada de “mercenaria” por haber trabajado el voto para Miguel Ángel Yunes Linares, candidato del PAN-PRD, y para Amado Cruz Malpica, de Morena. Rechaza ser vival y malintencionado y pide este reportero una disculpa. Aquí la réplica: “En estricto apego a mi derecho de réplica, y en mi carácter de Representante General del PAN y encargado de la Coordinación política de una zona, quiero hacerte unas precisiones sobre la publicación que hicieran en mi página de Face y a lo comentado en tu columna ‘Informe Rojo’ con relación al escarnio y la denostación hacia Luz Martha Medina (…)
Quiero señalar puntualmente que dicha señora trabajó para nosotros durante aproximadamente 4 semanas en las cuales se le abrieron todas las puertas y se le brindaron todos los apoyos, incluido un vehículo con gasolina a libre demanda el cual utilizó para su uso personal hasta para viajar en asuntos particulares, 3 semanas antes de la elección ella decide ya no continuar argumentando cuestiones personales; EN NINGÚN MOMENTO ELLA NOS EXPRESÓ NI MUCHO MENOS PACTO CON NOSOTROS QUE OPERARÍA UN ‘VOTO CRUZADO’, y desde luego jamás lo hubiéramos aceptado, ya que como te señalo líneas arriba, a ella se le brindaron todas las facilidades para realizar el proselitismo a favor de nuestros candidatos de la alianza PAN-PRD, incluyendo a la Candidata a Diputada y de lo cual te envío foto donde Luz Martha está en eventos junto con María Inés (…)
El trabajo de proselitismo que ella realizó fue gracias a dos personas que creo valen la pena mencionar: Desiree Hernández Bocanegra y Mau Ramirez Piquet, quienes debido a los desplantes y malos tratos de la Señora, decidieron continuar trabajando con nosotros, decidieron continuar en el proyecto del PAN-PRD (…)
Te puedo asegurar sin temor a equivocarme, que la Sra. Luz Martha Medina NO contribuyó con votos para la alianza PAN-PRD, pero TAMPOCO contribuyó en nada al triunfo de MORENA, a quienes benefició el hartazgo contra el partido oficial y el voto de castigo fue muy fuerte, de ahí que concuerde con la persona que amablemente la publicó en mi face llamándola ‘mercenaria política’, sin lugar a dudas acertada la definición, ya que no se vale colgarse medallas ajenas y querer hacer creer a los hoy Diputados Electos, que gracias a ella ganaron (…) Mi estimado Mussio, siempre he admirado tu trabajo de análisis político, el cual considero veraz y certero, por lo que lamento profundamente que defiendas lo indefendible (…) NOSOTROS NO SOMOS NI VIVALES NI MERCENARIOS; siempre hemos enfrentado las adversidades políticas de frente y sin temor al escarnio público, y nos hemos mantenido (y seguiremos) firmes en una línea (…) Quiero aclararte y puntualizarte que NO existe alguna línea o instrucción de atacar o denostar a dicha señora, para nosotros es caso cerrado y vuelta la página, ella sola con sus actitudes y acciones se está enterrando políticamente (…)
Por lo regular no hago caso de lo que se publica de tu servidor, pero lo que señalas en tu columna da a entender que de inicio estábamos de acuerdo en manejar un voto cruzado y con ello afectar a nuestra candidata a Diputada, por lo que sí considero prudente refutar lo escrito en tu columna, donde al final nos describes como ‘basura’, definición que no creo que tú con la amistad de tantos años que tenemos, hayas puesto de tu propio puño, y por lo cual de mi parte te solicito atentamente una disculpa, ya que he tratado de comunicarme vía telefónica contigo sin éxito (…)
A tus órdenes para cualquier duda y/o aclaración (…) Atte. Lic. José Emilio León Villa, Regidor Décimo Suplente”. Contrarréplica: tiene piel de señorita Emilio… Amenazas, amagos de cárcel, intimidación contra la disidencia magisterial y estudiantil en el Itesco. Dícese “secuestrada” la lideresa sindical Ana Isabel Hernández Jacobo, pieza del ex director Ricardo Orozco Alor, cuando maestros y alumnos se presentaron a la sede sindical. Ahí solicitaron documentos oficiales que la dirigente negó y conminó a bajarlos de un portal en internet, que por cierto nunca los suministra. Hasta el notario público que acudió, llamado por la pandilla de Ricardo Orozco, expresó que ahí no había secuestro alguno. Horas después, una fuente de la Fiscalía Regional reveló que había denuncia y que procederían contra el grupo disidente. Algo así como lanzarle gasolina a la hoguera, justo cuando la revuelta magisterial sacude al sistema, golpea a Enrique Peña Nieto, fortalece a Andrés Manuel López Obrador. Se lo va a agradecer la Secretaría de Gobernación a Ricardo Orozco. Faltan, pues, los encarcelados del Itesco para acreditar que Ricardo Orozco, el que no será diputado ni alcalde de Minatitlán porque el repudio social lo destrozó, usa la violencia y la represión, la intimidación y el miedo, para aplastar a sus adversarios…
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