* Caos político por el asesinato del candidato priísta en Tamaulipas * Para Calderón fue el crimen organizado * Fidel dice que se deriva de las “campañas de odio y descalificacion”, su especialidad * Theruel llama Javier Herrera a Javier Duarte * Sacudida en el Consejo Electoral del Distrito XXX

 

De rodillas ante Fidel Herrera Beltrán y Marcelo Montiel Montiel, sus más acérrimos enemigos, termina la lideresa del Partido de la Revolución Democrática, Gloria Rasgado Corsi, su carrera política.

 

Ayer, en un evento insólito se doblegó ante el priísmo. Alzó la mano del candidato priísta a la alcaldía de Coatzacoalcos, Marco César Theurel Cotero; comprometió el voto de su fuerza electoral; pactó la voluntad de los suyos a cambio de la solución de supuestas demandas sociales bajo estériles promesas, sueños guajiros de poder y la palabra de honor de quienes siempre categorizó como priístas corruptos y enemigos de la democracia.

 

A lo largo de diez años, Gloria Rasgado lagrimeó con la bandera de que en el año 2000 Marcelo Montiel Montiel le había robado la elección a la alcaldía con un fraude descomunal.

 

En ese año, para aterrizar la derrota, denunció a su rival priísta, notarió la existencia de boletas apócrifas que alteraron el resultado de la elección, y logró que le tipificaran un delito electoral que nunca, sin embargo, pudo probar en los tribunales.

 

En esos diez años, tuvo la habilidad de reposicionarse. Desplegó destreza y recompuso su estructura política para combatir a sus rivales de contienda. Siempre se ufanó de vencer al PRI.

 

Antes de aquel oscuro episodio, coordinó campañas perredistas, hizo diputados federales a cuatro miembros del PRD, fue diputada local e hizo alcalde a Armando Rotter Maldonado.

 

En 2006 se revitalizó al convertirse en diputada federal y fue la imagen viva de la fortaleza perredista.

 

No obstante, 2010 marca su debacle. Bloqueada para ser candidata a la alcaldía o a la diputación local, terminó entregada al marcelismo y, peor aún, a la fidelidad.

 

Ayer, frente a la prensa, dibujó una imagen decadente. Sin palabras convincentes, el rostro descuajado, otorgaba su aval a Marcos Theurel y a Javier Duarte.

 

¿Cuánto costaría doblegar a la otrora poderosa lideresa del PRD? Renato Tronco Gómez, candidato priísta a la alcaldía de Las Choapas, fue tasado en 10 millones de pesos, según consta en una conversación grabada con el gobernador Fidel Herrera.

 

¿Cuánto, entonces, y de dónde provino el recurso que puso a Gloria Rasgado de rodillas ante los priístas a quienes categorizaba como corruptos y antidemócratas? ¿Cuánto le costará al erario su jubilación política?

Ahí, frente a la prensa, naufragó en un mar de incongruencias. Admitió que votará por el candidato del PRI a la alcaldía y por el delfín del fidelato.

 

Dice, sin embargo, no traicionar al PRD. Dice también conocer los estatutos del PRD. Dice saber que el voto por un candidato que contienda contra su partido es causa de expulsión.

 

Se sabe que por lo menos tres veces tuvo encuentros en lo oscurito con el candidato Theurel. De ahí salió el acuerdo y el alineamiento al marcelismo y a la fidelidad.

Oscuro final para quien fuera el pilar más sólido del perredismo en Coatzacoalcos.

Convulsionó al país el asesinato del candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, ayer en el municipio de Soto La Marina. Se perfilaba para arrollar en la elección del domingo 4 de julio y, con ello, continuar el proyecto del gobernador actual, Eugenio Hernández Flores.

 

Fue una emboscada en la que murió también el diputado local priísta Enrique Blackmore Smer y tres escoltas; su secretario particular, Alejandro Martínez, falleció horas después en un hospital.

 

Este crimen político planteó la posibilidad de suspender elecciones en cinco entidades —Tamaulipas, Veracruz, Puebla, Hidalgo y Oaxaca— dadas las condiciones de inseguridad y por la revelación de algunos candidatos y el gobernador de Tabasco, Andrés Granier Melo, de que han sido amenazados de muerte.

 

Ha provocado, también, otra confrontación: el presidente Felipe Calderón lo adjudicó al crimen organizado, mientras gobernadores como Fidel Herrera Beltrán, de Veracruz, lo atribuye al “clima de crispación en que han derivado de las campañas del odio y la descalificación”, como si no fuera el sultán jarocho el principal promotor de la guerra sucia electoral en suelo veracruzano. Beatriz Paredes Rangel, lideresa nacional del PRI, ha dicho que no se dejarán intimidar y que no hay por qué suspender los comicios.

 

Saben los priístas que mientras menos ciudadanos acudan a votar, más seguro será el triunfo del PRI por su capacidad de movilicación de su voto duro... En el espacio sideral, el candidato priísta a la alcaldía de Coatzacoalcos, Marco César Theruel Cotero.

 

Le llamó Javier Herrera a Javier Duarte de Ochoa, el delfín fidelista, carta del gobernador Fidel Herrera Beltrán para sucederlo en el gobierno de Veracruz. Rubricó así el priísta su intervención en su cierre de campaña, el domingo 27. Suscitó risas y frases hirientes.

 

El periodista Pablo Jair Ortega, en twitter, lo rebautizó como Marcos Montiel, mezcla de Marcos Theurel y Marcelo Montiel, su mentor político... Sacudida en la sesión de ayer en el Consejo Electoral del distrito XXX. Víctor Hugo Espinosa Hernández, el representante del Partido Acción Nacional, esgrimió el derecho de petición, que es garantía constitucional, y la obligación de la autoridad a responder en consecuencia para indagar quiénes son los ciudadanos que renunciaron a ser funcionarios de casilla; cuál es el status académico de quienes presidirán las mesas de votación en la elección del 4 de julio, y argumentó las razones por las que se debe realizar una verificación de campo para determinar si se realizó la capacitación de dichos funcionarios electorales.

 

Fue evidente la intención de la presidenta de ese consejo electoral, Florida Jiménez Ulloa, a limitar la participación de los partidos políticos, lo que contraviene el Código Electoral para el Estado de Veracruz. Quedó en claro que ni siquiera existe un reglamento al cual deben sujetarse las sesiones; no se respeta el sistema de rondas para exposición, réplica y contrarréplica con tiempo fijo. Son sesiones de caricatura....