* El presidente del Tribunal Electoral de Veracruz, en defensa del IEV, el gobierno y el PRI * Una vergüenza, el papel del PT en la elección de Veracruz * Terminó reconociendo a Duarte a cambio de no perder su registro * En Coatzacoalcos, la casa de campaña parecía tienda de abarrotes * Le brotan los problemas a Escalante Macario * Prefiere impulsar el teatro que apoyar la producción agrícola
Dejar sin agua a Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque no es un hecho fortuito. Es el resultado de la negligencia oficial y el desprecio a los indígenas y campesinos de la sierra de Soteapan.
La noche del domingo 2, el hartazgo de los pobladores de Tatahuicapan y Mecayapan alcanzó su punto culminante. El cierre de las válvulas del acueducto y presa Yurivia, desde la cual se abastece de agua a tres municipios, es la consecuencia del engaño y la simulación, del incumplimiento de obras y acciones prometidas por el gobierno de Veracruz, que fueron el caldo de cultivo que incubó una oleada de inconformidad.
Provocar el desabasto de agua y afectar a casi medio millón de habitantes, ha sido una medida dolorosa que la irritación de la sociedad por los estragos que comienza a generar entre la población. Sin embargo, es la respuesta lógica, a la medida de un gobierno que incurrió en el engaño y sorprendió la buena fe de pobladores que viven en la miseria y en el olvido.
Desde el año 2006, la población de Tatahuicapan había expresado el incumplimiento de añejos convenios que obligaban al gobierno de Veracruz y a los ayuntamientos de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque a otorgarles beneficios sociales. En ese año, para aliviar la protesta social se acordó la construcción de carreteras, asfaltado de caminos, reforestación del área donde se haya el yacimiento Yurivia, y el reencauzamiento del arroyo Tezizapa, así como el 50 por ciento de las utilidades que obtuvieran los sistemas administradores de agua en los tres municipios.
Parcialmente, el gobierno estatal cumplió con el convenio suscrito. A la fecha, los pobladores de Tatahuicapan y Mecayapan denuncian que no se han aplicado 30 millones de pesos en obras carreteras y que los sistemas de agua reportan cero utilidades en sus ejercicios anuales, un ardid que les sirve para no entregar ningún beneficio económico a esos municipios.
En respuesta, el gobierno estatal esgrime que las obras ya han sido concluidas y que algunas de ellas se hayan en proceso de construcción.
Esteban Bautista Hernández, alcalde de Tatahuicapan, había señalado que el gobierno estatal y los alcaldes se habían conducido con evasivas. En diversas ocasiones fueron convocados a Jalapa, a conversar sobre el tema y hallarle una solución integral al conflicto.
Con miles de trabajo, con limitados recursos económicos, las autoridades municipales acudieron a la capital veracruzana a encontrarse con el desprecio del gobierno estatal y de los alcaldes de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque, que ignoraron sus compromisos y no se presentaron a la cita.
Como era previsible, la población de Tatahuicapan, Mecayapan y 23 comunidades ejidales se niegan a entablar un diálogo con operadores políticos sin capacidad de respuesta.
Empero, lejos de atenuar el conflicto, el gobierno de Veracruz amaga con aplicar medidas legales, lo que radicalizará la posición de los campesinos e indígenas que se resisten a ser burlados nuevamente.
Lo que sembró el gobierno estatal y los sistemas de agua de los tres municipios señalados de negligencia, da la talla del desprecio que se tiene por los desposeídos. Reprimirlos sólo agravará el conflicto.
Archivo muerto
Daniel Ruiz Morales, presidente magistrado del Tribunal Electoral de Veracruz, es un peón de la fidelidad. En el recurso de inconformidad interpuesto por el PAN ante ese tribunal, se le describe con inclinaciones al priísmo, que defiende las causas del PRI y que exhibe una insólita repulsión a la oposición que le apostó a la judicialización del proceso electoral como la única vía para revertir el fraude con el que la fidelidad intenta permancer seis años más en el poder.
El PAN apela a la difusión de una nota informativa en la página veracruzanos.info, el 30 de junio pasado, en la que el magistrado Daniel Ruiz llega incluso a aludir al candidato panista a la gubernatura de Veracruz, Miguel Angel Yunes Linares, como un candidato que intentaba desacreditar en medios de comunicación nacionales al Instituto Electoral Veracruzano, al PRI y a los gobernantes estatales y de recurrir a tribunales electorales “donde marcadamente están del lado de la federación”.
¡Qué imparcial, su eminencia!... Una auténtica vergüenza el papel jugado por el Partido del Trabajo. De acuerdo con las cifras aportadas por el Instituto Electoral Veracruzano, no logró mantener su registro estatal y, por consiguiente, las prerrogativas económicas que le otorga el gobierno de Veracruz.
De ahí la desesperación de sus líderes que los ha llevado a reconocer al priísta Javier Duarte de Ochoa como gobernador electo, incluso antes de que el Tribunal Electoral de Veracruz declarara válida la elección. En Coatzacoalcos, el PT fue una auténtica caricatura de partido político.
Descendió drásticamente en la votación obtenida y la casa de campaña de su candidato, Amado Cruz Malpica, parecía una tienda de abarrotes en la que se observaban cientos de rejas de huevo para venderlas a bajo precio para granjearse la voluntad de los votantes. Y ni así.
En plena campaña, su dirigente Francisco de la Rosa se hizo a un lado y ofreció su apoyo al candidato del PRI a la alcaldía de Coatzacoalcos, Marco César Theurel Cotero... No sale de una cuando ya se ha metido en otra.
El alcalde de Agua Dulce, Vicente Escalante Macario, confronta el reclamo de los productores agrícolas por la desatención que ha tenido a la producción del campo. Lo menos que se le dice es que prefiere andar organizando presentaciones teatrales que impulsar el ámbito agrícola.
Si a eso se agrega la intención de entregar inmuebles públicos a medio terminar y la denuncia por no haberse puesto las pilas para concluir los trabajos de dragado del río Aguadulcita, donde andan bailando 200 millones de pesos de origen federal, se prevé un triste final para el alcalde Escalante Macario, pese a que con su voz encantó a dos que tres periodistas que pretendieron vender la imagen de quien vale tanto como un billete de tres pesos...