Sacuden a Veracruz los cárteles, crecidos e impunes, golpeando y dando rienda al “levantón”, asesinando con crueldad, dejando su estela de muerte, prolongando el baño de sangre que iniciara con Fidel Herrera Beltrán y que extendiera su poder con Javier Duarte, su cómplice.
En el día 62 de la asunción de Miguel Ángel Yunes Linares, el caos asoma de nuevo, la violencia no amaina, se cimbra el sur y ahora el puerto de Veracruz, asestando los malosos dos golpes clave: la muerte de tres policías y el “levantón” de tres marinos.
Habían calado a Yunes gobernador los malosos en Suchilapan, municipio de Jesús Carranza, en una incursión que hacía suponer, por el armamento que portaban, que pretendían el control del sur de Veracruz.
Yunes les respondió con un operativo devastador: 18 muertos en tres días, desmantelado el comando armado, persiguiendo a otros cómplices que lograron huir internándose en la zona serrana.
Así fue en los primeros días del gobierno de la alternancia. Su bandera, la bandera de Yunes azul, fue el caos y la corrupción de Javier Duarte, la quiebra financiera y saqueo a las arcas, y la violencia que llenó de dolor a Veracruz.
Su argumento, antes y después de la campaña por el gobierno de Veracruz, fue el avance del crimen organizado, permeando el tejido social, siendo una alternativa al olvidado, dinero fácil ante la falta de empleo, poder ante los demás.
Permeó a la sociedad y a la vez infiltró el aparato policíaco y judicial, a su servicio los elementos de tropa y los mandos que llegaron a levantar sospechosos o a eliminar al que no se dejaba someter, y los del MP, los jueces y hasta los del Tribunal Superior.
Permeó, como dicen los teóricos de la violencia, porque hubo complicidad oficial, colusión de la fidelidad y el duartismo.
Decía Fidel Herrera, en sus días de poder, que en Veracruz ni quién supiera qué eran Los Zetas. Y así lo hizo repetir a su gobierno en pleno, a la prensa sumisa, cómplice, maiceada, que por un convenio de publicidad o un embute, prefirió callar.
Por decreto no hubo zetas en Veracruz. Por el decreto del sultán debía negarse la realidad violenta que se adueñaba de Veracruz. Y no se ha ido.
Fue peor en el duartismo. El silencio se volvió negocio. La brutalidad también. Callaban los textoservidores, cerraban los canales, ocultaban las palabras, cercenaban toda forma de expresión. A los dueños de los medios los enriqueció Javier Duarte con convenios de publicidad; a los reporteros con embutes y chayotes que los llevara a un estado de confort.
Su mundo no fue el mundo de los veracruzanos. Sabiendo del horror del secuestro, de la extorsión en los antros, del “levantón” al vecino, la violencia en las calles y en el campo, en las colonias y en zonas residenciales, la prensa duartista decidió callar.
Bermúdez, el falso general, secretario de Seguridad sin formación policíaca o militar, halló una fórmula tan exitosa como siniestra: dejar que la violencia llegara a niveles demenciales para que la sociedad demandara seguridad privada. Y la seguridad privada la vendía él.
Su policía se volvió criminal. Mató al cantante Gibrán luego, dice el padre de la víctima, de ser llevado a la casa del entonces secretario de Seguridad. Su policía “levantó” a ocho policías en el municipio de Úrsulo Galván. Su policía “levantó” a cinco jóvenes en Tierra Blanca cuando se dirigían a su tierra, Playa Vicente. Salvo uno de ellos —un fragmento de su cuerpo—, los otros cuatro no aparecieron ya.
La policía estatal pasó a ser policía criminal, brazo operativo de los cárteles, del crimen organizado, de las bandas dedicadas al secuestro, a la trata de personas, al tráfico de migrantes.
Una ola de sangre cubrió a Veracruz. Proliferaron las fosas clandestinas, negadas por el gobierno pero halladas por los familiares que no cesan de hurgar en la tierra buscando a los suyos, rebasando a las instituciones, exhibiendo la podredumbre que aparato judicial.
Se suponía que con Yunes Linares la curva de violencia habría de menguar. No es así. Los cárteles están de regreso. Retan. Vienen por el estado que Fidel y Duarte les endosaron como propiedad.
Día 62 del yunismo. Tres navales, del área de inteligencia, vestidos de civil, de los que infiltran al crimen organizado, extraen información clave, tocan las entrañas de los cárteles, fueron levantados en el Infonavit Buenavista de Veracruz.
Dice la Secretaría de Marina, resumiendo los hechos:
“Estableció coordinación con integrantes de las dependencias de los tres órganos de Gobierno, para efectuar recorridos terrestres, aéreos y marítimos, así como diversas acciones para la búsqueda y localización con vida de los elementos navales desaparecidos.
“En el puerto de Veracruz, Boca del Río y en los municipios cercanos como Jamapa, Cotaxtla y La Tinaja, fuerzas federales patrullaron esta madrugada, y durante el día diversas colonias conflictivas de estos municipios veracruzanos para intentar rescatar con vida a los elementos de la Secretaria de Marina-Armada de México.
Y algo inusual. Convoca la Semar a la población a aportar información permita dar con el paradero de los marinos. Ofrece dos números telefónicos a los cuales comunicarse. Su objetivo es “recuperar con vida al personal naval”.
Simultáneamente se habla de tres civiles “levantados”. Se habla también de tres cuerpos hallados en la carretera México-Veracruz, a la altura del kilómetro 236, en el municipio de Maltrata. Estaban semidesnudos y con los ojos vendados. No se confirmó que se tratara de los marinos.
Ahí, en la zona del puerto, no operan ya Los Zetas. Es plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación, que abarca desde la costa de Veracruz y Boca del Río hasta la cuenca del Papaloapan.
Horas antes, en Las Choapas, cuatro policías municipales fueron levantados por un comando armado. Uno de ellos, con una navaja que logró extraer, lesionó a uno de sus captores y se arrojó del camioneta en que los transportaban. Así salvó su vida.
Sus compañeros —Anita Contreras López, Álvaro Navarrete Alducín y Benjamín Montejo Ávalos— fueron llevados con rumbo desconocido. Aparecieron en el municipio de Huimanguillo, Tabasco, decapitados.
Se atribuye su muerte a un jefe de plaza zeta, José María o Carlos Guízar Valencia, alias “El Charly” o el Z-43, de origen estadunidense, quien asumió el mando a la muerte de Heriberto Lazcano y la aprehensión de Miguel Ángel Treviño Morales y otros dirigentes de la banda.
Fuera de la detención de un campesino de Pajapan, que llegó herido al hospital regional de Coatzacoalcos, y que presuntamente fue uno de los que “levantaron” a los policías choapenses, nada más se tiene.
Se sacude Veracruz. Viene otra ola de sangre. Permanece el Veracruz violento, agraviado, calando el dolor entre la sociedad por los muertos de todos, por los levantados y los extorsionados.
Son los síntomas de la violencia que mueve al crimen organizado, que reta a Yunes, que va dejando muerte y dolor, la angustia que no abandona a los veracruzanos.
Día 62. Todo iba a cambiar.
Iba.
Archivo muerto
Lío mayor en el que se metió la Cofepris. Al vapor, sin concluir su investigación, da por hecho que no se suministró medicamento clonados a niños con cáncer en lo días del duartismo. “Hasta el momento no hay evidencia de la aplicación de medicamentos falsos o agua destilada en pacientes con cáncer en Veracruz”, dice su informe. Habla de lo que ya se sabe: que una enfermera lo detectó y lo reportó; que el laboratorio Roche determinó que carecía de la sustancia activa; que el empaque no correspondía a los originales. Luego asegura que hubo un paciente al que se le aplicó pero que no era niño, “casi iba a cumplir los 18 años”. Le responde el gobernador Miguel Ángel Yunes: la investigación no concluye y Cofepris ya exonera. Se descubrieron en 2010, siendo Fidel Herrera gobernador, 35 ámpulas sospechosas, de las cuales 14 se enviaron a analizar; eran clonadas. Desde entonces Cofepris tuvo conocimiento de los hechos y no actuó. En 2012 volvieron a seguir apareciendo medicamentos falsificados, lo supo Cofepris no se pronunció. Hoy analiza 150 expedientes y con ello, sin haber concluido la investigación, descarta que haya sido suministrado el medicamento apócrifo. Tácitamente Cofepris exonera a Fidel Herrera y solapa a Javier Duarte. Y se va con el tema de las pruebas de VIH-Sida también falsas, sin que revelaran si las mujeres embarazadas a las que se les aplicaron tenían o no la enfermedad. Cofepris es la misma que en los días de la fidelidad solapaban todo, arremetían contra los enemigos de Finamed, la empresa que presuntamente tuvo el respaldo de Rosa Borunda, la esposa de Fidel. Esto sigue…
Uno menos por la alcaldía. Juan Manuel Rodríguez Caamaño, ex priista, aspirante a la candidatura del PAN, difícilmente lo será. Su esposa, Nora Edith Torruco Vera, asumirá en cosa de horas el Registro Civil de Coatzacoalcos, relevando a Leonardo Lozada Parra. Van dos cargos para el Clan Torruco: Alejandro, el ex alcalde de Agua Dulce, es director de los Tecnológicos de Veracruz, y Nori se convierte en encargada del Registro Civil de Coatzacoalcos. Uno más sería nepotismo. Juanelo Rodríguez fue aspirante a diputado local en 2013, cedió, aceptó la Secretaría del ayuntamiento de Coatzacoalcos y al final renunció hasta dejar el PRI. Ahora su esposa asume su nueva función, lo que tácitamente vuelve incompatible que sea candidato del PAN a la alcaldía. Hay fiesta en el cuartel de Jesús Moreno Delgado, que se encamina a ser el ungido para enfrentar a Morena. A menos que se imponga el billete de Lu-pilla Félix de Theurel… Inicia el juicio de desafuero contra el diputado federal Antonio Tarek Abdalá Saad, acusado del desvío de 23 mil millones de pesos en los días que fue tesorero de la Secretaría de Finanzas y Planeación en el gobierno duartista. Arranca el procedimiento para retirarle la inmunidad, a solicitud de la Fiscalía General de Veracruz, y que se le pueda juzgar. Refiere el coordinador de los diputados del PRI, César Camacho Quiroz, que todo se hará conforme a derecho —ajá— y pide al gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y al fiscal Jorge Winckler Ortiz que no politicen el caso —ajá—. Tarek ya tocó el purgatorio. Ante la Auditoría Superior de la Federación reconoció no poder justificar el paradero de 315 millones de pesos pues, dijo, los metió en la “licuadora” duartista. Llegará al infierno cuando tenga que explicar uy demostrar qué hizo con 23 millones mas…
Vil barbarie, no fiesta en Tlacotalpan. La Candelaria es usada como desfogue de rufianes. Cunde el desprecio a la vida, el maltrato animal, el cinismo y la complicidad de imbécil que se hace llamar alcalde, Homero Gamboa Martínez, que no aplica la autoridad, que se suma a la turba, que exige a la Fiscalía de Veracruz ceder ante la agresión en el embalse de toros. No torean ni burlan a los animales en las calles. Los golpean, los jalan, los patean. Todo en nombre de La Virgen de la Candelaria. Y al final, pese a la prohibición legal y a la advertencia de que quien infringiera la Ley de Maltrato Animal sería sancionado, la turba se impuso. Otro reto para Yunes gobernador. Se ríe Tony Macías, el suegro incómodo de Javier “Prófugo” Duarte; se ríen los saboteadores de Morena en Tatahuicapan, los que exigen sus 2.5 millones de pesos mensuales o toman la presa Yuribia, como ya lo hicieron; se ríen los vándalos de Tlacotalpan porque lo suyo es golpear, patear o ahogar toros en el embalse y nadie los puede tocar… Al garete y sin rumbo, el PRI está cañón. De locos y de farsantes eso de expulsar de sus filas al ex secretario de Seguridad Pública de Veracruz, Arturo Bermúdez Zurita. Imposible, simple y llanamente imposible porque Bermúdez no es militante del PRI. Lo resuelve así el Tribunal Electoral de Veracruz, al establecer la improcedencia de la expulsión. Quiso acreditar el PRI su razón con una hoja de Excel en que aparecía el nombre del falso general Bermúdez, sin logo ni seriedad. Ni siquiera exhibió un recibo que acreditara que hubiera cubierto alguna cuota. Se ríe Bermúdez con la pifia, del PRI de Enrique Ochoa Reza que así, a punta de payasadas quiere simular que combate la corrupción…
Finalmente, PAN y PRD compartirán fórmula en Coatzacoalcos. El panismo designará al candidato a alcalde y el sol azteca el síndico. Cada partido inscribirá su lista de regidores y en base a la votación se determinará quiénes irán al próximo cabildo. Actualmente el PAN cuenta con cuatro regidores y el PRD, por primera vez en años, no tiene edil. Según sondeos, Morena apunta a llevarse la alcaldía, lo que le daría hasta seis regidores; la coalición PAN-PRD tendría el segundo sitio con cuatro ediles azules y dos amarillos, y el PRI en tercero con un sólo regidor.
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