* Futuro regidor amarra negocio municipal * Contrato para mantenimiento de alumbrado público * Lupe Porras intentará llenar el espacio de Gonzalo en el PRI de Coatza * Desde hace 18 meses Robles ocupa ilegalmente la presidencia del Colegio de Periodistas * El juez y sus invitados * Comidas y bebidas con MP, subprocurador, jefes policíacos, abogados municipales y notarios * Amenazas a pequeño propietario para vender su predio

No deja Marcelo Montiel Montiel el Ayuntamiento de Coatzacoalcos por presiones ni acusaciones de corrupción. Lo hace por razones netamente políticas: el cobro de una factura al gobernador Fidel Berrera Beltrán y a su delfín, el gobernador electo, Javier Duarte de Ochoa.

Irá, presumiblemente, a la Secretaría de Desarrollo Social y Medio Ambiente aún en el régimen de la fidelidad y será confirmado en el cargo una vez que el ex candidato gordobés asuma el gobierno de Veracruz, si logra evitar que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le anule la elección.

Cuanto se ha dicho y escrito de Marcelo Montiel; acusaciones de sus enemigos, principalmente la familia Robles Barajas, propietaria del periódico Diario del Istmo, el bien llamado Clan de la Succión, amagos de ser denunciado y encausado penalmente, nada tiene que ver con la solicitud de licencia para separarse de la presidencia municipal a partir del 1 de septiembre.

Se va como pago a una factura política por su operación electoral en la campaña de Javier Duarte de Ochoa, que evitó una derrota no sólo en Coatzacoalcos sino en el sur de Veracruz y con ello la caída del proyecto de la fidelidad, que aún se halla en ascuas en el TRIFE.

Marcelo Montiel tuvo en sus manos el voto del priismo, el control de las estructuras que sumaron votos para Duarte y el manejo de los medios de comunicación que cerraron espacios al ex candidato del Partido Acción Nacional, Miguel Ángel Yunes Linares, y que de a tanto la línea a diario lo golpeteaban y descalificaban.

Factor de poder, pudo, sin embargo, romper con el señor feudal de Veracruz y asegurar la victoria de Yunes Linares y negociar espacios en el gobierno panista, obtener inmunidad y cambiar la historia política del estado e iniciar el desmoronamiento del priismo veracruzano.

Políticamente sólido, dueño de una estructura electoral que se mueve como legión romana, resistió embates y amagos a media campaña, acusaciones y señalamientos que intentaban empujarlo a vestirse de azul y destroncar la reserva de votos de la fidelidad en él su bastión, el sur de Veracruz.

No lo hizo. A cambio, Marcelo Montiel vendió su apoyo a Duarte de Ochoa empeñando su futuro político. Negoció desde entonces uno de los mejores espacios en el gabinete veracruzano: la Secretaría de Desarrollo Social y Medio Ambiente, de alta rentabilidad, forjadora de imágenes y con un presupuesto envidiable.

Así cobra Marcelo Montiel la factura pendiente a Fidel Herrera. Así lo pactó en campaña.

Archivo muerto

Superamarrado, el primer negocio en el próximo Ayuntamiento de Coatzacoalcos. Lo tendrá a su cargo David Cornelio, regidor primero, de extracción priista. Hasta donde se sabe, podrá recomendar al contratista que se encargue de realizar los principales trabajos de mantenimiento al sistema de alumbrado municipal. Uno de los beneficiados se desempeña como ejecutivo de un periódico local. Otro edil porteño, de oposición, también fue beneficiario de ese tipo de obras eléctricas y tiene asegurado un contrato para la introducción del cableado subterráneo en el centro de la ciudad. Sacrificados, los muchachos...

Todo indica que Guadalupe Porras David, actual alcaldesa de Minatitlán, vendrá a llenar el espacio dejado por Gonzalo Guízar Valladares en el PRI de Coatzacoalcos. Lupe Porras, casi suegra del alcalde electo Marco César Theurel Cotero, tuvo una activa participación en la elección del 4 de julio en Coatzacoalcos, enviando operadores que apuntalaron el trabajo de campaña de su hija, Guadalupe Félix Porras, futura esposa del señor Theurel. Repartían despensas, material de construcción, sillas de ruedas y todo aquello que les requerían los electores para comprometer su voto. O sea, incurrían en un delito electoral con tal de ganar los comicios por la presidencia municipal. Con un marcelismo que lo respalda a medias, Theurel Cotero intentará llenar el espacio dejado por la Fuerza G del hoy panista Gonzalo Guízar Valladares en la estructura del PRI. A ver si con Lupe Porras, casi desterrada de la política de Minatitlán donde se bronqueó con todos los grupos priístas, a don Marquitos no le resulta peor el remedio que la enfermedad...

Va que vuela Virginia Durán Campollo rumbo a la presidencia del Colegio de Periodistas de Veracruz. Cada vez son más quienes respaldan la propuesta de la autora de la columna “Mole de Gente”, lo mismo en el norte de la entidad que en el centro o en el sur, por su trayectoria, formación académica, solvencia moral y, sobre todo, por ser una auténtica periodista. En cambio, se repudia la entronización de José Pablo Robles Martínez al frente del Colegio de Periodistas de Veracruz, donde lleva ya más de siete años. Su período inició en febrero de 2003 con una duración de tres años. Según estatutos tenía una opción a reelegirse y así lo hizo, en febrero de 2006, debiendo ser relevado en febrero de 2009. Sin embargo, el jefe del Clan de la Succión se aferra al cargo. Ilegalmente ha permanecido al frente del CPV por espacio de 18 meses.

Sus días ahí están contados. La otra opción, César Augusto Vázquez Chagoya, autor de la columna Pasillos del Poder, es impensable. Tiene mente policíaca, obedece a intereses políticos, no ennoblece a la prensa y en un consenso simplemente no da el ancho...

¡Vaya juez! Cada semana, en una casa habilitada como restaurant del malecón costero, se reúne a comer y beber el juez Pedro Rodríguez, con quienes no debe hacerlo: agentes del Ministerio Público; el subprocurador de justicia; jefes policíacos, abogados municipales y notarios públicos. El espectáculo es de primera: el juez come, bebe, chulea y coquetea con la mesera de lugar, una mujer sobrada de peso y carente de atractivo; los auxiliares del juez, también habilitados como meseros, atienden a los comensales con el fervor de quien hace lo que sea para conservar la chamba. Ahí, en el lugar de mala muerte, entre copas de licor, se decide cómo hacer o no hacer justicia. ¿Pensó acaso que nadie de ellos le haría su video?...

Quienes lo conocen cuentan que a Félix Martínez no le fue fácil vender un extenso predio que poseía a unos metros de lo que hoy es la colonia El Tesoro. Presionado, amagado y amenazado, tuvo que ceder. Así lo cuentan quienes lo conocen de cerca...

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