* Aprehensión en Guatemala * La familia, los dólares, la fuga * De la violencia no se le acusa * Yunes, ASF, SHCP: todos se cuelgan la medalla * El Peje le da estatus de inocente * SNTE quiere regidor varón en Coatza * Tribunal congela a Morena en Coatza * Tolentino reitera: no seré candidata a regidora
Hampón vulgar, Javier Duarte robó las arcas públicas, abusó del poder y algo aún peor: detonó la violencia, el levantón y la desaparición forzada, las fosas clandestinas y los muertos que yacen en la tierra clamando justicia. De eso no se le culpa. Nadie le imputa su historial criminal.
Detenido en Guatemala, cimbra, él sí, a México. Esposado, humillado, las manos al frente, el chaleco antibalas que lo envuelve, busca el ex gobernador de Veracruz los lentes de las cámaras, la foto o el video que registren su sonrisa, su cinismo, la imagen del que en la desgracia total, descendiendo a los infiernos, mantiene en sus manos a Dios.
Su captura sacude al poder en México. Al PRI por sus años de complicidad, solapando el atraco a Veracruz, la quiebra financiera, la parálisis total, el robo de los programas sociales para mantenerse en el poder, el enriquecimiento que insulta, la exhibición de ranchos y mansiones, la danza de las maletas con millones en efectivo presuntamente para la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto.
Cimbra al duartismo que robó con él, alcaldes y diputados, funcionarios afines, usando los presupuestos para beneficio personal y para torcer elecciones. Su red criminal se nutre de presidentes municipales con cuyas familias distrajo recursos, armó empresas fantasma, desvió el dinero de los veracruzanos, unos sostienen que 80 mil millones, otros que superan los 180 mil grandes.
Otra parte de la banda se conforma por legisladores federales y locales que servían de coraza de impunidad, que operaron amarres y complicidades en los altos círculos de poder, con los Peñas, con los Beltrones, con los Gamboas, o que le aprobaban por igual cuentas públicas y la contratación de más y más créditos.
Sorprende al yunismo azul, a su líder, el gobernador Miguel Ángel Yunes, que apenas conoció de la aprehensión se ostentó como el motor de la acción legal contra Javier Duarte. Lo mismo cuenta la Procuraduría General de la República, la Auditoría Superior de la Federación y el Servicio de Administración Tributaria. Al éxito le sobran padres.
Estéril disputa pues todos los entes públicos fueron conformando las acciones penales que cercaron al ex gobernador, acreditando raterías y evidenciando que si algo tenía de más eran las uñas de la mano.
Desde 2014, la Auditoría Superior de la Federación había presentado denuncias contra el gobierno de Javier Duarte por no acreditar el uso de las participaciones federales, por la simulación a la hora de reintegrar dinero, por el engaño con obras que no correspondían a los fines con los que se aprobó su presupuesto.
Yunes azul presume que desde hacía 13 años lo traía en la mira. Y así es. Desde 2004, cuando manejó la campaña de Gerardo Buganza en el PAN, y aún antes, cuando aún era priista, Miyuli denunció que había capitales de origen sucio, provenientes del narcotráfico —Cártel del Golfo— financiando al priista Fidel Herrera Beltrán. Javier Duarte era secretario de Finanzas del PRI en Veracruz y encargado de los dineros de Fidel.
Cayó Javier Duarte este sábado 15, sábado de Gloria, mientras se hallaba en el hotel La Riviera de Atitlán, en el municipio de Panajachel, Departamento de Sololá, a 140 kilómetros al oeste de la capital guatemalteca. Hacia las 9 de la noche, minutos después que la PGR lo confirmó, se sacudieron las redes sociales, los portales informativos, los círculos de poder.
Seis meses huyó. Había dejado el gobierno de Veracruz el 12 de octubre de 2016. Dos días después, el 14, un juez federal le giró una orden de aprehensión. Lo relevó su secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, acusado actualmente de complicidad al haber facilitado su huida al asignarle un helicóptero oficial que lo llevó del Agro Centro, en el municipio de Emiliano Zapata, cerca de Xalapa, a Coatzacoalcos, la tierra de su esposa Karime Macías Tubilla.
Lo seguían desde el 10 de noviembre. Un individuo fue sorprendido en Tapachula, Chiapas, con un par de pasaportes falsos con las fotografías de Javier Duarte y Karime Macías, y una cantidad considerable de dólares. “Fue el indicio de que el ex gobernador estaba el Guatemala”, dijo la policía guatemalteca. Sin embargo, al sujeto lo dejó ir la justicia mexicana.
Día intenso este sábado 15. Por la mañana, a eso de las 9:35, la suegra María Virginia Yazmín Tubilla Letayf, esposa del empresario Jesús Antonio Macías Yazegey, su cuñada Mónica Ghihan Macías Tubilla, su concuño José Armando Rodríguez Ayache, los hijos de éstos y y los hijos de Javier Duarte y Karime Macías, viajaron en un vuelo privado desde Toluca hasta Guatemala. A José Armando le fue detectada una considerable cantidad de dinero en dólares, euros y pesos. Y aún así, le permitieron viajar.
Horas después se intensificó la vigilancia en ambos países. Una empleada de una línea aérea privada en aquel país centroamericano alertó que Javier Duarte ofrecía pagar 40 mil dólares en efectivo por un viaje a Europa.
Hacia las 5 de la tarde, el gobierno mexicano formalizó la solicitud de extradición. La Interpol, que meses atrás había emitido su ficha roja para la captura internacional del ex gobernador de Veracruz, participaba en el operativo.
Fue el movimiento de la familia lo que permitió ubicar a Duarte y Karime. En un momento, afecto al alcohol como es, desfrenado su gusto por la bebida hasta perder el control, incluso besar varones como lo hiciera en Coatzacoalcos con el líder nacional petrolero, Carlos Romero Deschamps, el ex gobernador bajó al lobby del hotel y ahí se produjo la aprehensión.
Karime Macías, según el gobierno de Guatemala, se hallaba con él. Javier Duarte fue remitido a una prisión; ella no. Sobre Karime Macías no hay orden de captura pese formar parte de la denuncia que Yunes Linares presentó el 3 de abril de 2016, cuando iniciaba su campaña al gobierno de Veracruz, que a la postre marcó el fin del duartismo y etapa de persecución.
Esa denuncia es clave en la investigación que se le sigue a Javier Duarte. En ella implica a sus familias, a su madre y sus hermanos, los de Karime, amigos, prestanombres y 21 empresas que servían para lavar dinero. Es la denuncia 1135/2016, que pretendió congelar el ex fiscal Luis Ángel Bravo Contreras, alias “Culín”. La PGR atrajo finalmente las carpetas de investigación FESP/013/2016/1-04 y la FESP/216/2016/14-07, ambas por enriquecimiento ilícito, peculado e incumplimiento del deber legal.
Si Javier Duarte se allana a la extradición podría ser remitido a México en no menos de un mes y en un máximo de seis meses. Si no, su juicio podría durar hasta cuatro años.
Duarte se movía constantemente. De acuerdo con funcionarios de la PGR, en conferencia en la embajada, se investigó a familiares y amigos. Se detectaron operaciones de dinero y vehículos desde la ciudad de México. Lo mismo ocurría en Guatemala, donde incluso se sabía que diversas aerolíneas eran usadas para cambiar de ubicación.
En diciembre ocurrió otro hecho que confirmó que Javier Duarte desarrollaba acciones en el sur del país. Arturo Bermúdez Zurita, quien había sido secretario de Seguridad Pública de Veracruz, fue captado —diciembre 17, al mediodía— en el kilómetro 116 de la autopista Mérida-Cancún. Viajaba en una camioneta Suburban negra, una grúa y una ambulancia. Era custodiado por entre 10 y 20 motociclistas. Este reportero difundió las fotografías del general de cero estrellas con sus sus acompañantes.
Un par de horas después, el convoy se hallaba en el atracadero de yates de Cancún, sobre el bulevar Kukulcán. Ahí, presuntamente se escondía Javier Duarte. Semanas después comenzó una serie de ataques armados en antros de Cancún con saldo mortal.
Hay en la versión de la policía guatemalteca un contrasentido con la versión mexicana. Acá se difunden fotografías del momento en que los hijos de Javier Duarte se hallaban en el aeropuerto de Toluca con su abuela y tíos. El gobierno de Guatemala afirma que en la habitación donde permanecía escondido el ex gobernador de Veracruz sólo había adultos. ¿Y los niños quién los movió a otro sitio?
Duarte vuelve a casa. Lo acusan del saqueo a las arcas y la quiebra financiera. Pero de lo peor, nada.
Su gobierno, él mismo, Bermúdez Zurita con él, y con ellos Fisculín Bravo, son cómplices de los cárteles, del crimen organizado. Los dejaron pasar. Lo dejaron actuar. Los encubrieron siempre.
Oficialmente, en seis años han desaparecido 2 mil 600 personas. Es la cifra de la Fiscalía General. Es el período del duartismo. Las estimaciones de los colectivos que buscan a sus familiares es de 28 mil tan solo en Veracruz.
Como avizorara el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, coordinador de la Pastoral de Movilidad Social en el Pacífico Sur de la Iglesia católica, Veracruz es la mayor fosa del país, un cementerio gigante y clandestino.
Sólo en Colinas de Santa Fe, aledaño al puerto de Veracruz, han sido hallados 250 cráneos y 17 mil restos óseos. En Arbolillo, municipio de Alvarado, 47 cráneos.
Igualmente criminal, la Policía Estatal se vio implicada en desaparición forzada. Donde iba el delegado de la Secretaría de Seguridad, Marcos Conde Hernández, el policía favorito de Arturo Bermúdez, levantaban inocentes, lo mismo en Tierra Blanca, donde cinco jóvenes originarios de Playa Vicente, que en Úrsulo Galván. A otros, como el cantante Gibrán Martiz Díaz, un grupo policíaco lo sacó de su departamento en Xalapa, lo torturó, lo trasladó a la casa de Bermúdez, luego a la Academia de Policía el Lencero, y apareció muerto en un montaje para simular un choque entre bandas criminales.
Recordman en lo sucio, Javier Duarte acumuló 19 periodistas asesinados en su sexenio, cuatro desaparecidos, una treintena de exiliados y decenas de amenazados, hostigados, golpeados. Manzanas podridas, les llamó. Les dijo que algunos tenían vínculos con el crimen organizado, que a los malosos servían. Persiguió, encarceló, pretendió sofocar la crítica con mensajes demenciales.
A su historial de muerte anexó los nombres de Regina Martínez, Milo Vela, Rubén Espinosa, Goyo Jiménez y otros 15 periodistas cuyas casos hasta la fecha no han sido esclarecidos.
Detonar así la violencia, el levantón y la desaparición forzada, las fosas clandestinas y los muertos que yacen en la tierra clamando justicia, es criminal.
De ahí demanda de los colectivos que exigen que a Javier Duarte se le juzgue por delitos lesa humanidad, por el involucramiento de las policías con los cárteles, sirviéndoles para desaparecer personas, por llenar de fosas clandestinas a Veracruz.
De eso no se le culpa. Nadie le imputa su historial criminal.
Impune en eso, vuelve a casa el criminal.
Archivo muerto
Qué pifia la del Dios Peje. Javier Duarte, según Andrés Manuel López Obrador, es sólo un “chivo expiatorio” de los demonios que deambulan en el PRIAN. Le falla la cultura al dueño de Morena pues el “chivo expiatorio” del episodio bíblico es en el que se depositaban todos los pecados de los judíos y era sacrificado al ser lanzado al desierto done habría de morir.
Chivo expiatorio es un inocente al que injustamente se sacrifica. Chivo expiatorio es la “persona o grupo de ellas a quienes se quiere hacer culpables de algo de lo que no son, sirviendo así de excusa a los fines del inculpador”. Javier Duarte ni remotamente es inocente de lo que se le acusa. Sobra evidencia de sus acciones, el saqueo a las arcas, las empresas fantasma, la colusión con el crimen organizado, el robo del presupuesto de programas sociales, de medicamentos y tratamientos en hospitales. Su gobierno fue sinónimo de corrupción.
Que hay una trama entre el PRI y el PAN para aprehender a Javier Duarte y sacarle raja electoral, sí, como afirma El PejeMesías, pero su categorización como “chivo expiatorio” tuvo el efecto del búmeran, golpeando al que la lanzó. Si Miguel Ángel Yunes Linares le imputa a Morena que haya sido financiado por Javier Duarte en los días en que desgobernaba Veracruz, vía pagos mensuales a sus operadores en Tatahuicapan, so pena de tomar la presa Yuribia, con lo dicho por AMLO los incrédulos se van convenciendo de que el pacto PRI-MOR es real… No malas, pésimas noticias para la ex diputada federal priista, Patricia Peña Recio.
Tras bambalinas le cierran el paso al próximo cabildo municipal. Propone la Sección 32 del sindicato magisterial que sea un maestro varón el que ocupe su espacio en la planilla con la que el PRI intentará retener la alcaldía de Coatzacoalcos. Por su condición de favorita del maestro Juan Nicolás Callejas Arroyo, líder de la Sección 32, Patricia Peña daba por hecho que nadie le objetaría ser regidora pero en el círculo cercano al cacique magisterial se viene tejiendo el desplome de la priista que llegó a diputada federal de rebote, siendo suplente del hoy alcalde Joaquín Caballero Rosiñol. Sólo un manotazo de la rémora Callejas la podría salvar… Complica el Tribunal Electoral de Veracruz, para Morena, el caso Coatzacoalcos.
Anula el resolutivo CNHJ-VER-186/2017 emitido por la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del pejepartido que dejaba sin efecto la asamblea en que fueron electos los 10 militantes que formarán parte de la planilla que contenderá por la alcaldía de Coatzacoalcos. Determinó que al morenista Rufino Soriano García, quien interpuso el juicio para la protección de los derechos políticos electorales 116/2017, se le negó el derecho de audiencia y con ello declaró invalida la asamblea de Morena del 17 de marzo.
Rufino Soriano sostuvo no haber sido emplazado a juicio. LA CNHJ de Morena realizó la notificación pero vía su página en internet cuando sus estatutos señalan que tratándose de emplazamientos debe ser de forma personal. Ante ello, Morena fue instruida a respetar “el derecho de audiencia del actor en el procedimiento partidista para la designación de candidatos a ediles”, según comunicado emitido por el TEV.
De ahí que Coatzacoalcos no aparece en la lista de candidaturas aprobadas por el comité ejecutivo nacional de Morena, este sábado 16… Confirmado: Rosalinda Tolentino Escayola no será candidata a regidora sexta en la planilla del PAN en Coatzacoalcos. Refrenda la aguerrida panista que no va en ninguna posición, pues por su trabajo debió valorarse ser postulada en la regiduría 2 o 4, que su compromiso con el PAN no está a discusión y que cuando expresó que no contendería era su última decisión. Habrá que ver qué tantos votos puede mover el resto de los panistas que acompañan a Jesús Moreno Delgado en la contienda por la presidencia municipal…
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