Dante Delgado Rannauro va de mal en peor. Se monta en cuanto le pudiera generar imagen pública, dispara declaraciones de corte populista y se disfraza de demócrata visionario. Todo por cumplir su sueño de gobernar por segunda ocasión a Veracruz. Acaba de decir de que no es tiempo de candidaturas, pero hace unas semanas, al rendir su informe de actividades como senador por Veracruz, realizó un evento macro en el World Trade Center del puerto de Veracruz en el que tiró la casa por la ventana, inició de hecho su campaña por la gubernatura y se dejó mecer por la fuerza de la propaganda y la publicidad. Dice ahora que si llegara a ser gobernador, metería orden en los salarios de los alcaldes, a quienes se les recriminan sus elevadísimas percepciones, en la mayoría de las veces injustificadamente por los pobres resultados que los ediles le aportan a sus gobernados. Dante es incongruente. Realiza eventos faraónicos y simultáneamente condena el derroche en que incurren otros políticos con los recursos del pueblo. Se muestrea con cargo al erario público, aunque sin pudor alguno. Usa los reflectores de los medios de comunicación sin que su actuación como senador tenga el brillo que de él se hubiera esperado. Su actuación pública ha sido deprimente. Ha usado la tribuna del Senado para actos propagandísticos en los que sólo sirve de comparsa a las locuacidades de su nuevo patrón, el perredista Andrés Manuel López Obrador.
Una de sus mayores empresas —algo con qué hacerse notar— fue su rechazo a la reforma electoral, al manejo directo de la propaganda de los partidos políticos a través del Instituto Federal Electoral. Llevó su protesta a los tribunales y ahí mismo fue objeto de una nueva derrota. Esa defensa de los intereses de los medios de comunicación ha sido, además, una trama bien montada. Gana el respaldo de la radio y televisión a cambio de una supuesta defensa de los intereses de un sector poderoso por el que habla, gestiona y trafica privilegios que el sistema político había conculcado.
Entre sus diputados y senadores hay dirigentes estatales de cámaras y asociaciones de la radio y la televisión, o gerentes de empresas de ese ramo. A través de ellos mantiene espacios y tiempos que le permiten mantener su imagen y proyectar su sueño de ser nuevamente gobernador de Veracruz. Su paso por el Senado ha sido oneroso. Cobra caro y no vale lo que él le cuesta al erario público. Asalariado como senador, tiene un pobre desempeño y en tres años ha resultado un fiasco para los veracruzanos. Que ahora suelte la ocurrencia de que si llega a la gubernatura habrá de recortar el salario de los alcaldes, es parte de la demagogia y el populismo que lo distingue. Intenta hacerse agradable a los ojos de los electores, embaucarlos y, fiel a su costumbre, tomarles el pelo. Así es Dante, mañoso y cuentero.
Archivo muerto
Ahora resulta que Héctor García Hernández, “El Trampas”, la quiere hacer de juez de paz a favor de José Pablo Robles Martínez, propietario del periódico Diario del Istmo. Una versión extraoficial señala que pidió al alcalde de Coatzacoalcos, Marcelo Montiel, que retire la demanda por daño moral interpuesta contra el rotativo por los constantes señalamientos en los que se le tilda de corrupto y se le agrede de manera personal. Héctor García, célebre por los escándalos de corrupción que protagonizó cuando era líder petrolero y sus delaciones sobre la mafia de Joaquín Hernández Galicia, de la que formó parte, suponía que su “calidad moral” sería aval suficiente para convencer al munícipe de replegarse. Obtuvo un rotundo no y abandonó su encargo con la cola entre las patas. El Trampas es tan cínico que ya olvidó aquella campaña para denostarlo, emprendida por Robles Martínez, cuando el líder petrolero era propietario del periódico Tribuna del Sur, al que veía como un rival de peligro? Ahora se explica por qué las delirantes aseveraciones del columnista de Diario del Istmo, Federico “Pulgoso” Lagunes, quien lo muestra como un dechado de virtudes y afirma algo tan irreal como que El Trampas es un personaje que aún pesa en el medio sindical y político. ¿Con qué yerba le habrán guisado las croquetas a Pulgoso?... Regresaron a Coatzacoalcos los informes judiciales sobre la denuncia interpuesta contra el “empresario” Jaime Quintanilla Hayek. La Procuraduría General de la República determinó que sí procede la acción penal contra el panista por haber falsificado dos sentencias de juzgados civiles, que le permitieron cobrarle a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes 12 millones de pesos por afectaciones de terreno por la obra del Libramiento vial o Acceso al Puerto de Coatzacoalcos. Una vez que el caso sea consignado, Quintanilla Hayek quedará a un paso de la cárcel pues los delitos que se le imputan —fraude procesal entre ellos— no alcanzan el beneficio de la libertad bajo fianza… Alejandro Gutiérrez Cabrera, ex jefe de prensa del ex alcalde Armando Rotter Maldonado, sufre las consecuencias de hallarse cerca del consorcio legal que reclama los terrenos de la reserva territorial y que le pusieron el cascabel al socio del Parque Tecnológico Puerto México, Jesús Antonio Macías Yazegey, cuando le trabaron embargo por 142 millones de pesos, al igual que a INVIVIENDA. Hace poco más de una semana, mientras cenaba en el restaurant Saboga, su vagoneta Odissey fue rayada con alambre de púas. Los rayones aparecieron en el cofre, portezuela trasera y costados. Con ese mismo alambre le grabaron la leyenda “Primer Aviso”. ¿Quién cree usted que está detrás de esa forma de intimidación?...