Túndele, chíngalo. Túndelo y quiero la huella de sangre. Y tundían los esbirros a Alejandro de la O, acatando al Cisne Alberto Silva, el hombre que en el duartismo fue más que un vicegobernador.
Túndele, chíngalo. Túndelo y quiero la huella de sangre. Y tundían los esbirros a Alejandro de la O, acatando al Cisne Alberto Silva, el hombre que en el duartismo fue más que un vicegobernador.
* Represor de periodistas * Acusado de desviar 4 mil millones * Fiscalía solicita desafuero * Siete de los 18 crímenes en Coatza, ligados al H * Se dispara la violencia en el sur * Los Azuela ya no se sienten zetas * Leo Lozada a Comercio * Murió Héctor Lechuga * Cotorreando la Noticia, su mayor éxito
Túndele, chíngalo. Túndelo y quiero la huella de sangre. Y tundían los esbirros a Alejandro de la O, acatando al Cisne Alberto Silva, el hombre que en el duartismo fue más que un vicegobernador.
Recibió pela y tunda el conductor de Avan Radio, blanco de las iras del entonces alcalde de Tuxpan, llevado a Pacho Viejo con un montaje, una treta para configurar un intento de extorsión, que implicó al periodista Jorge Manrique, su feroz crítico, y a un empresario de la construcción.
Sobre Alejandro de la O vaciaba sus odios Alberto Silva Ramos, alfil desde entonces de Javier Duarte, saltando luego al gobierno de Veracruz, trepado en la Secretaría de Desarrollo Social, convertido en vocero emergente dos veces, incrustado en el PRI y enfilado a la sucesión hasta que el PRI nacional lo hizo desistir.
¿Por qué la instrucción de golpear a Alejandro de la O? Acaso porque ese día su caso llegó a TV Azteca, donde su hermano Francisco grababa telenovelas y participaba en programas de variedad.
Altivo y prepotente, sentía el Cisne que el gobernador era él. Y asediaba a sus críticos. Y montaba escenarios policíacos. Y usaba la procuración de justicia para procurar venganza. Y ordenaba golpizas que incluyeran “prueba de sangre”.
Hoy Silva Ramos enfrenta una denuncia por desvío de 4 mil millones de pesos a su paso por la Coordinación de Comunicación Social, usando empresas fantasma que traía desde la Sedesol estatal.
Lo liga la Fiscalía General del Estado con María Gina Domínguez Colío, su antecesora en la vocería duartista, y con el ex tesorero y actual diputado federal, Antonio Tarek Abdalá Saad, implicado en una denuncia por 23 mil millones, encubierto por la bancada priista en San Lázaro que impidió el desafuero para ser llevado ante la justicia.
Su acusador, el fiscal Jorge Winckler, sostiene que la Coordinación de Comunicación social fue usada primero por Gina Domínguez y luego por Alberto Silva, para desviar los 4 mil millones de pesos, implicando a por lo menos 12 dependencias del gobierno de Veracruz.
El mecanismo era el siguiente: Comunicación Social solicitaba a la Secretaría de Finanzas recursos pertenecientes a varias dependencias para el pago de supuestas campañas en medios de comunicación. Esto sin que hubiera ningún tipo de dictamen que acreditara que había el presupuesto suficiente.
El dinero iba a parar a compañías escogidas directamente por Comunicación Social, sin ningún tipo de proceso de adquisición transparente, y sin rendir cuentas ni al órgano de Fiscalización del Estado, ni a la Contraloría, el Congreso o el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información, lo que violaba múltiples disposiciones legales.
La evidencia con la que cuentan las autoridades, entre ellas cientos de facturas, arroja que mediante este mecanismo se desviaron recursos de las secretarías de Seguridad Pública, Turismo, Desarrollo Social, Desarrollo Económico y Portuario, Educación, Salud, Protección Civil, Gobierno, Medio Ambiente, Desarrollo Agropecuario, Comunicaciones y la ex Procuraduría de Justicia del Estado.
Los recursos fueron a parar a compañías fantasma o a empresas con alguna posible relación con los funcionarios. Animal Político publicó en abril pasado por ejemplo, que hubo recursos que llegaron a compañías y medios vinculados directamente con Gina Domínguez.
Sabíase de esa y otras tretas del Cisne Silva, las 18 empresas que operaron para el saqueo en 12 dependencias del gobierno de Veracruz con saldo descomunal: 502 millones de pesos birlados al erario sólo en el ejercicio presupuestal 2014.
A detalle lo describe el portal Eje Central:
“Utilizaron 18 empresas fantasma y a 12 dependencias del gobierno de Veracruz, para construir el entramado que les permitió desviar 502 millones de pesos sólo en 2014. La fachada: gastos de ‘promoción y publicidad’ del gobierno de Javier Duarte.
“La operación fue sencilla y crearon un patrón: pagaban facturas, en total 348, que emitían las compañías ¬—ninguna de ellas con algún contrato con el gobierno del estado—, sin registro y sin comprobar los supuestos servicios prestados. El expediente muestra cómo el Servicio de Administración Tributaria (SAT) logró deshilvanar las operaciones y confirmó que las 18 empresas funcionan como fachada y causaron un daño al erario en 2014, en específico en la gestión de Alberto Silva Ramos al frente de la Coordinación de Comunicación Social de la entidad.
“Silva Ramos se convirtió en el hombre de mayor confianza del entonces mandatario local, se mantuvo a su lado hasta el último día y a quien Duarte quería colocar como su delfín en el gobierno.
“El ahora diputado federal por el PRI renunció a su cargo en el área de Comunicación en octubre pasado. De los contratos que firmó en 2014, por 502 millones 571 mil 434 pesos, que supuestamente se ocuparon para los conceptos de promoción y publicidad, 75 millones quedaron pendientes de cobro ese año, mismos que Alberto Silva intentó recaudar a su regreso a la Coordinación de Comunicación en abril de 2016, pero no lo logró porque ya habían comenzado a ser públicas las operaciones ilícitas de su exjefe y amigo, Javier Duarte.
“Cuando Silva Ramos era secretario de Desarrollo Social de Veracruz, publicó 45 licitaciones que fueron todas adjudicadas a la red de 18 empresas, en 2013, firmados todos los contratos en su mayoría por el director jurídico de la dependencia, Juan Carlos Rodríguez, y su jefe administrativo, Humberto Benítez Pérez, ambos colaboradores cercanos a Silva desde que fue alcalde de Tuxpan en 2010.
“Anzara S.A. de C.V. es el nombre de una de las empresas que coincidieron en la obtención de contratos durante la administración de Silva en Sedesol en el 2013 y en la Coordinación de Comunicación. En ese entonces la compañía vendió al gobierno veracruzano blocks y arena.
“Para 2014, la misma Anzara ofreció nuevamente sus servicios al gobierno, pero cuando Silva Ramos era coordinador de Comunicación, la empresa consiguió contratos por más de 33 millones de pesos, sólo que ya no vendía material de construcción, sino era especialista en servicios de difusión.
“Esa misma operación se repitió con la mayoría de las 18 compañías que conforman la red. La Secretaría de Seguridad Pública fue la dependencia que pagó más por servicios no recibidos, pues en el año fiscal de 2014 facturó en 39 ocasiones a 15 diferentes empresas de esta red por un monto de 54 millones 423 mil 278 pesos.
“En esas facturas aparece un pago por 139 mil 200 pesos a Gabriel García Esquivel, reportero, locutor y columnista de La Crónica de Tierra Blanca, Veracruz y quien ha solicitado la protección de Reporteros Sin Fronteras, la Fundación para la Libertad de Expresión y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), por un conflicto con la (ex) diputada local Elena Zamorano Aguirre.
“En un año el reportero facturó 556 mil 800 pesos del gobierno estatal”.
Hoy el caso es de 4 mil millones. Y en ellos está la mano de Gina Domínguez y la operación de Tarek Abdalá.
Nada sin embargo, tan descarnado como sus odios y sus rencores, la inquina contra sus críticos, el uso del poder para montar escenarios judiciales, el puño para reprimir.
“Túndelo y quiero la huella de sangre”, decía. Y así fue.
Archivo muerto
Siete de los 18 homicidios cometidos en junio, tocan al H. Uno, el de Bernardo Cruz Mota, su lugarteniente, el 29 de junio, detonó lo demás. Al día siguiente, Hernán Martínez Zavaleta ordenó la masacre de la Nueva Calzadas: cuatro niños, ejecutados con tiro de gracia, su madre llamada Martidiana, su padre, el taxista de nombre Clemente, que porque él ultimó al Berna. Ahí se dispara el registro del Observatorio Ciudadano de Coatzacoalcos, que sitúa a junio como el mes más violento de los últimos años. Un disparo de 350 por ciento, pues en mayo “sólo” ocurrieron cuatro asesinatos y tres secuestros.
Una vendetta y la violencia se fue a las nubes, peor aún que en 2016 cuando Julio Rodríguez, El Caballero, rival del H, ordenó levantones y secuestros, crímenes y amenazas que sacudieron al jet-set de Coatzacoalcos, advirtiendo que los próximos serían el jefe zeta tan apreciado en sociedad y la familia Chagra. Otros números del Observatorio Ciudadano: cuatro personas desaparecidas, 20 robos a casas habitación y seis a comercios, y 12 automóviles robados, duplicando la cifra del mes anterior. Grave la inseguridad y peor si por la mano del H, el líder zeta, pasan el del Berna y la masacre de la Nueva Calzadas… Bandera blanca entre los Azuela —Leonel, Andrés y Carmen— por el sainete con la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento de Coatzacoalcos.
Pagarán su respectiva multa y el costo del agua al precio que establece la tarifa oficial, no los 400 pesos mensuales por el consumo del hotel Terraza del Sol, y la hija incómoda del clan, la que mienta madres a la cuadrilla de CAEV, Carmen Azuela, tendrá que realizará la reconexión de su línea de drenaje sin afectar a sus vecinos.
De no cumplir, y de no dejar sus alardes de diva, no le será retirado el tapón de concreto colocado por el personal de la dependencia de gobierno, lo que saturará su drenaje sanitario con sus consecuentes y fétidos olores en casa. Alardeaban Andrés y Carmen Azuela que “no saben con quien se están metiendo”, más o menos como si fueran el dúo zeta de Coatzacoalcos, y a la hora de demostrarlo mejor le bajaron de volumen… KVAR es otra compañía a la que Joaquín Caballero se niega a pagar.
Le debe 2 millones 96 mil pesos, más el 5 por ciento por daños y perjuicios, por remanentes de seis obras ejecutadas y terminadas y no hay voluntad para cerrar los expedientes.
Ni el área jurídica ni la sindica Alejandra Theurel Cotero dan respuesta a los emplazamientos extrajudiciales y el caso ya se ventila en la Sala Regional del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, que será sustituido por el Tribunal de Justicia Administrativa. KVAR logró acreditar que aún contando con Recursos para liquidar el adeudo, con partida presupuestal y dinero líquido, hubo negligencia del ayuntamiento de Coatzacoalcos.
Si con el caso Pluviales habrá acción legal aún después que concluya la gestión del cabildo actual, y hasta cárcel para los ediles por desacato a una autoridad federal, el caso KVAR es otra piedra en el sinuoso camino del alcalde Joaquín Caballero Rosiñol… Una vez más Leonardo Lozada Parra está en la función pública. Llega a cubrir el espacio dejado por Fernando Segovia en la Dirección de Comercio municipal, cesado por el incidente con un niño vendedor ambulante, viralizado el alegato, el jaloneo del funcionario al menor en un video que provocó su abrupta salida del ayuntamiento de Coatzacoalcos. Lozada Parra, cercano al alcalde Joaquín Caballero Rosiñol, será director de comercio por lo que resta del cuatrienio, poco menos de seis meses.
Su anterior cargo, titular del Registro Civil, también fue efímero. Sin embargo, podría ser el único funcionario de esta administración que permanezca en el cargo cuando asuma funciones Morena, el pejepartido que en Coatzacoalcos se nutre y es manejado por el Clan de la Succión, los Robles y los Hillman, el Grupo Integra, con los que Leonardo Lozada no anda mal… “Chúpale pichón”, fue un sello verbal, remate a sus ingeniosas bromas, a veces pasadas de tono, hirientes, punzantes, que hicieron de Héctor Lechuga un comediante único, insustituible en la TV con su “Ensalada de Locos” o en “Cotorreando la Noticia”, destrozando a la clase política, exhibiendo incongruencias, corruptelas, atropellos a la sociedad. Murió este jueves 13, cuando contaba ya 92 años de edad. Originario de Orizaba, Veracruz, conquistó el mundo artístico, en el cine, en la televisión.
Un tiempo terció con Chucho Salinas, el serio del sketch, el que leía la noticia e intentaba darle credibilidad mientras Lechuga se pitorreaba hasta de Chuchos Salinas. Con Alejandro Suárez y Manuel “El Loco” Valdés conformaron el trío explosivo de “Ensalada de Locos”, que alcanzó un rating impresionante en Televisa. Sus últimos años realizó trabajos para RTV, cotorreando las noticias de la clase política veracruzana. Un maestrazo al que se le va extrañar…
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